Rocío Boliver, a quien no conozco, publicó en el número diez de Replicante una nota sobre la pasada visita de las Guerrilla Girls a México que en realidad es una nota sobre el enfrentamiento entre un feminismo sensato y un fenimismo radical que en realidad es una nota sobre la inutilidad del feminismo cuando se comprende bien, al grado que se presenta ya sea como otra cara del machismo, o bien, como un "lo que queremos decir es". Ella es mucho más lúcida que yo: "El feminismo se regodea en la compasión por las mujeres sumisas. La mujer necesita aprender a desarmar al violador, al golpeador, al misógnio. Y para esto lo primero que debe hacer es dejar de manipular con su sexualidad y aprender a degustar su sexualidad para obtener placer y no canonjías o dinero. Usar el sexo para disfrutar, no para someter". Y también: "El hecho de establecer una separación entre 'ellos' y 'nosotras' es discriminación y dificulta la posibilidad de llegar a borrar las diferencias de género".
Recuerdo que cuando le pregunté hace como un año a Margo Glantz cuál era la importancia de hablar de la violencia contra las mujeres en lugar de la violencia a secas, ella me desarmó y dio por clausurada la pregunta con un "Esa pregunta siempre me la hacen los hombres". Luego, ambos nos vimos muy sensatos y cambiamos de tema (algo que, lamentablemente, aparentemente, no se puede hacer en foros distintos, como una presentación de las Guerrilla Girls). En fin, esperaba desde hace tiempo el contraejemplo.
No sé a quién demonios se le ocurrió inventar el día de la mujer.
7 comments:
a quien se le ocurrió inventar el día de la familia y del amor y de la amistad.
Se vende todo en estos tiempos, hasta la lástima.
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¿Y la foto?
¿Qué tiene la foto? Sólo es ilustrativa. Perdón.
Definitivamente. La mercadotecnia nos invade. Como mujer te digo que no es halagador que comercialicen mi genero dandole un dia como palmadita en la espalda... Por que celebrar un dia, si nosotras damos vida a diario?
Pues a mí mi papá me dice que las mujeres por su naturaleza sólo sirven para cocinar, para planchar y para complacer todos nuestros antojos. Yo cuando voy a casa siempre encuentro mi cuarto ordenado y una deliciosa comida.
Se le ocurrió a mujeres comunistas gringas, en conmemoración del incendio en una fábrica de ropa en New York en el que murieron más de 100 costureras quemadas.
Si alguien me hubiera regalado una flor se la habría aventado en la cabeza. Bueno, sólo a mi hija le permito (y aprecio) ese tipo de cursilerías.
De seguro a un hombre... ¿a quién más?
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