Hace tiempo que no escucho el tecleo del chango de la pared. Esto bien podría ser una aseveración falsa a no ser que con ello lo que realmente quiero decir es que a pesar de que escucho un sonido que viene del rincón de la oficina del que antes venía el sonido del tecleo del primate en la pared ahora escucho, en su lugar, el sonido que hace el secador de manos -o el aire acondicionado- del baño de mujeres que colinda con la oficina. De este modo, aunque escucho el mismo ruido, el mismo ruido blanco de todos los días, ahora lo hago de distinta forma, con significado diferente. Y aunque hoy tampoco escuché ese ruido -vaya usted a saber por qué- recordé que antes de esa esquina de la oficina venía un ruido que yo imaginaba se trataba de un simio que teclea, como tecleo yo ahora y como tecleo a toda hora en la oficina donde trabajo, sobre una máquina de escribir.
Todo se debió a que en la red me topé con la portada del número de otoño de 1943 de Startling Stories, una vieja revista de ciencia ficción. Es la de arriba. Fue un buen rato que esto me atrapó, dejen les digo de paso: algunos ejemplares de la revista presentaban textos de autores que yo leía en mi adolescencia -Isaac Asimov y Arthur C. Clark, a saber- y textos de un autor que seguramente leeré en esta curiosa regresión que estoy experimentando de mi adolescencia -Ray Bradbury- y que ahora se venden, a través de la misma página, en precios que van de los 15 a los 30 dólares. En fin. Entre los contenidos, según el catálogo que leí acá, se encuentra el cuento The Monkey and the typewriter de un William Morrison. E intenté buscar el cuento en la red (puse William Morrison en Google y el título del cuento) pero pronto me dio pereza. Sí di, sin embargo, con información de Wikipedia no sobre Morrison sino sobre la idea del mono que escribe y da con una novela -relámpago conceptual de paso donde la red es una especie de novela escrita por millones monos- lo cual me sorprendió mucho pues incluso cuando tuve la locura de buscar el cuento Skule Skerry, de John Buchan, en la red, al menos di con una biografía del escritor (quien resultó ser un escritor inglés a la Lovecraft (y a quien busqué porque había leído su nombre en Seymour an introduction de Salinger (donde, por cierto, se define al lector de Salinger como un amante de pájaros, esas vibrantes criaturas que van de un lado a otro sin aparente ton ni son (y donde, dejen termino, se concluye entregando a lector un bello ramo de paréntesis)))).
3 comments:
que bien salió óscar en la foto de abajo-
Como los mil monos en mil máquinas de escribir de Burns.
¡Oooo Bradbury!, me divierte como nadie, amé sus "Crónicas Marcianas".
Aunque siempre le seré fiel a Bester, "Tiger!, Tiger!" me dejo marcado, la primera parte en la que el personaje, de ser un "don nadie" se vuelve un ser ávido de venganza me parece inigualable. Aunque no son los mejores, los tratados historicos de Asimov siguen sorprendiendome, a mi desgracia no puedo soportar toda su ciencia ficción, me parece descriptiva hasta el aburrimiento.
Quisiera adentrarme más al genero cientificcioso, desgraciadamente la novela historica sigue ocupando gran parte de mis lecturas.
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