Thursday, January 06, 2011

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En su sueño se refugiaba en una casa. Barricadas. Puertas y ventanas tapiadas. Afuera una horda de seres que eran una combinación de hombres, perros y zombies. Había más gente dentro de la casa. Él, me contaba, era el único que sacaba las pistolas para defenderse. "Que se mueran los otros pendejos".

En mi sueño, otro día, el de ayer, me hablaba para pedirme ayuda pero la llamada entraba directo al buzón de mi celular. Se había ido en taxi y me había quedado con el pendiente de que llegara con bien a su destino. Voz acongojada, en el correo de voz. La angustia experimentada: marcar de vuelta y no encontrarla. Estructuras de hormigón y vidrio. Desperté con dolor de estómago.

Los vecinos tienen fiesta.

2 comments:

Ochoa said...

pero si hablamos cuando llegué.

Guillermo Núñez said...

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