Tuesday, June 30, 2009

Silencio con cara de farol


Así que hace unos días me encontré con la imagen de arriba en la red, es de un fotógrafo cuyo nombre escribiré ahora, Peter Funch, y a cuya página los dirigiré a través del siguiente vínculo. Allí podrán ver más de su trabajo y si buscan bien también podrán observar que varias de sus imágenes han sido alteradas -de hecho, ignoro si la imagen de arriba corresponde o no a la realidad en el sentido de que todas esas personas se hayan encontrado al mismo tiempo fotografiando Times Square. La imagen del algún modo me hizo eco a la de abajo, con la cual también me topé en la red.

Encuentro que la imagen de abajo es graciosa y es graciosa porque es una burla ingeniosa al turista que va y visita la Torre de Pisa y se fotografía con ella y no sólo se fotografía en el sitio sino que lo hace con ingenio, como muchos otros turistas lo han hecho antes de dicho turista. Pensé en estas dos imágenes hoy cuando leía el siguiente fragmento de Don Delillo, de su White Noise, uno de los fragmentos más citados de su novela. En él, un par de académicos (uno especializado en Hitler, el otro en Elvis, según recuerdo) deciden hacer un pequeño paseo en auto para visitar una atracción turística:

Several days later Murray asked me about a tourist attraction known as the most photographed barn in America. We drove twenty-two miles into the country around Farmington. There were meadows and apple orchards. White fences trailed through the rolling fields. Soon the signs started appearing. THE MOST PHOTOGRAPHED BARN IN AMERICA. We counted five signs before we reached the site... We walked along a cowpath to the slightly elevated spot set aside for viewing and photographing. All the people had cameras; some had tripods, telephoto lenses, filter kits. A man in a booth sold postcards and slides -pictures of the barn taken from the elevated spot. We stood near a grove of trees and watched the photographers. Murray maintained a prolonged silence, occasionally scrawling some notes in a little book.
"No one sees the barn", he said finally.
A long silence followed.
"Once you've seen the signs about the barn, it becomes impossible to see the barn".
He fell silent once more. People with cameras left the elevated site, replaced at once by others. [...] "Being here is a kind of spiritual surrender. We see only what the others see. The thousands who were here in the past, those who will come in the future. We've agreed to be part of a collective perception. This literally colors our vision. A religious experience in a way, like all tourism". Another silence ensued. "They are taking pictures of taking pictures", he said.

El pasaje no lo copié de mi ejemplar de White Noise (lo busqué en mi librero, sépanlo; debo haberlo prestado) sino de donde lo releí, en el ensayo de David Foster Wallace, "E Unibus Pluram: Television and U.S. Fiction", de su A Supposedly Fun Thing I'll Never Do Again, que releía hoy durante mi dos horas de comida. David Foster Wallace comenta después de haber citado (y traduzco conforme leo):

"Cito esto a pesar de su extensión no sólo porque es demasiado bueno como para editarlo sino para llamar su atención sobre dos elementos relevantes. Uno es el mensaje Dobynesco sobre la metástasis de la vista. Pues no sólo está la gente viendo una granja cuyo única fama es ser un objeto de la vista, sino que el académico de cultura popular Murray está viendo a gente ver la granja, y su amigo Jack está viendo a Murray ver ver, y nosotros los lectores estamos obviamente viendo a Jack el narrador ver a Murray viendo, etcétera. Si dejas fuera al lector, existe una recaída similar de registros de granja y del ver la granja.
Pero son más importantes las complicadas ironías que están en la escena. La escena misma es obviamente absurda y absurdista. Pero la mayor parte de la fuerza paródica del texto está dirigido a Murray, el supuesto trascendentista de la visualización. Murray, al ver y analizar, trataría de comprender el cómo y el por qué de ceder ante las visiones colectivas de imágenes masivas que se han vuelto a su vez imágenes masivas sólo porque se han vuelto objetos de una visión masiva. El "silencio extendido" del narrador como respuesta a los disparates de Murray habla por sí solo. Pero no debería entenderse como la implicación de simpatía por la masa borrega hambrienta de fotografías".
Se trata, en efecto, del silencio inmutable del ironista. Pues apenas este rostro es perturbado, explica Foster Wallace, se vuelve parte del chiste, perdiendo así su posición privilegiada de registrador que juzga desde su estación de mando.
Al momento que yo leía esto, sépanlo, yo escuchaba una conversación ajena, también. En una mesa contigua una actriz hablaba con un actor. Al escuchar lo que decían, mi compañero de mesa y yo intercambiamos un fugaz gesto irónico en el que -pero ustedes lo conocen bien- miramos hacia el cielo, rápidamente, con desesperación. Y es que, es terrible, pero es muy difícil no cometer estos gestos.

Sunday, June 28, 2009

Respecto a Edwin Booth


Hola sí qué tal, a continuación algunos datos curiosos sobre Edwin Booth, el hermano del asesino de Lincoln, tomados del fragmento de Assasination Vacation, de Sarah Vowell, que aparece en Housekeeping Vs. the Dirt de Nick Hornby:

1. Edwin Booth actuó junto a John Wilkes y Junius Brutus Jr. (sus hermanos) en Nueva York durante un evento de beneficiencia cuyas ganancias se destinarían a la estatua de Shakespeare del Parque Central de Nueva York. Actuaron en Julio César, de Shakespeare. Edwin interpretó a Bruto y se vio obligado a interrumpir la obra para calmar a la audiencia -simpatizantes de la Confederación incendiaron hoteles sobre Broadway durante la presentación.

2. Existe una estatua en la que se le representa, ubicada en Gramercy Park (la primera de un actor en la ciudad de Nueva York) y un retrato en la Iglesia de la Transfiguración en la calle 29, de la misma ciudad; dicha iglesia es conocida como la "Iglesia de los actores", o al menos así era conocida en el siglo XIX, pues era de las pocas en las que se les concedía, entonces, un "funeral decente" a los actores.

3. Cuando la iglesia llevó a cabo el funeral de Edwin Booth, el 9 de junio de 1893, justo cuando los portadores del féretro llevaban el suyo fuera de la iglesia en Nueva York, en Washington, lo que había sido el edificio del Teatro Ford (donde asesinaron a Lincoln), sufrió un colapso de tres de sus pisos. Después del asesinato de Lincoln, el teatro Ford se transformó en un edificio del gobierno. Aquél día, 22 empleados federales fallecieron.

4. Durante la Guerra Civil americana, en una plataforma de la ciudad de Jersey, Booth rescató a un joven que había caído en las vías de tren: Robert Todd Lincoln, el hijo del presidente.

5. En sus días, Booth fue considerado el mejor intérprete de Hamlet (el papel que interpretó cuando, obligado por su situación económica, regresó al teatro después de abandonarlo por la vergüenza de ser el hermano del asesino de Lincoln). Construyó su propio teatro, el Booth, en la calle 31 y la 6 de NY. Allí, Sarah Bernhardt, a quien recordarán por sus apariciones en A la búsqueda del tiempo perdido, hizo su debut americano.

Friday, June 26, 2009

Hammelín, de nuevo

Ayer Abel me recordaba la canción de Michael Jackson que puede escucharse en la secuela de Willard (1971), ese niño desadaptado que entabla amistad y entrena a Ben (1972), el líder telepático de la horda de ratas. También me señaló justo ahora que la última línea de la canción de Rats, la canción de Pearl Jam, es la primera de Ben, que pueden escuchar acá: "Ben, the two of us need look no more".
Yo le dije a Abel que todo eso era muy interesante (el tema de Hammelín, el músico, el pederasta, el temor atávico tanto a las ratas como a perder a los niños, aparte) si se recuerda que el actor de la nueva versión de Willard (2003), Crispin Glover, también es el actor que interpreta al supuesto enemigo de las Charlie's Angels (2000), el "Creepy Thin Man", un enemigo que después resulta no ser enemigo, sino un huérfano desadaptado que busca su camino en un mundo que, ay, no lo comprende. No olvide, tampoco, por favor, que ayer se murió la más prominente de las Ángeles de Charlie: Farrah Fawcett. Forzando la máquina uno podría recordar uno de los últimos papeles de Fawcett, en El Dr. T y sus mujeres, donde interpreta a una mujer que enferma de una enfermedad rara que la obliga a actuar como una niña de seis años. Añadir: Steven Spielberg se negó a que Jackson fuera el Peter Pan de su Hook (1991). Jackson, a su vez, se vengó de Spielberg -se dice- con una maldición vudú, aparentemente inefectiva. Del vudú viene el zombie. El zombie baila en Thriller (1983). Y ya basta.

Thursday, June 25, 2009

Te estamos esperando

En lugar de leer lo que debo leer (Proust), leo The Polysyllabic Spree, una especie de bitácora de fatigas, de Nick Hornby (una compilación de columnas que hizo para The Believer bajo el título de Stuff I've Been Reading). Son tres tomos de recopilaciones los que han sido publicados (la columna dejó de escribirse en 2008). El primero, el que leí, reúne catorce columnas (de septiembre de 2003 hasta noviembre de 2004). Además, el libro presenta algunos fragmentos de libros leídos por Hornby. A continuación, el fragmento de uno de esos fragmentos, de una carta de Chejov, que traduzco como Dios me dio a entender:

Leer Pickwick y aprenderse de memoria un discurso del Fausto no es suficiente si tu objetivo es volverte una persona realmente civilizada y no hundirte bajo el nivel de tu entorno. [...] Lo que debes hacer es trabajar incesantemente, día y noche, y leer constantemente, estudiar, ejercitar la fuerza de voluntad... Cada hora es preciada... Ir de ida y vuelta hacia Yakimanka no ayudará. Debes arremangarte la camisa y cortar por lo sano, de una vez por todas... Regresa a nosotros, rompe la botella de vodka y acomódate a leer... aunque sólo sea a Turgenev a quien nunca hayas leído...
Debes superar tu jodida vanidad, ya no eres un niño... ¡pronto cumplirás los treinta! ¡Es tiempo de crecer!
Te estoy esperando... Todos lo estamos haciendo...
Tuyo,

A. Chejov.

Wednesday, June 24, 2009

Convergencia



Juan Rulfo e Indiana Jones les mandan saludos.
Enlace(David, después de ver las imágenes anteriores, me pasó la que sigue, de Man Ray).

Tuesday, June 23, 2009

La venganza de los caídos

Alejandro Vázquez, del dúo creativo Pelafustán, me mandó esta propuesta para el cartón de cine de la próxima La Tempestad. Pero ya no cabía y como la película está por salir, ambos estuvimos de acuerdo en que la publicara aquí, a falta de un mejor foro.
Es raro, siento que el verano inicia oficialmente con el estreno de Transformers 2, y eso que ya salió la de Wolverine y Star Trek.
También: el otro día imaginaba un posible escenario que rebozaría ternura y tristeza, en este escenario tanto Transformers como Terminator Salvation estaba en cartelera y un viejito a quien sus hijos ya no visitan, acaso después de ahorrar parte de su manuntención para el día, se presentaría en taquilla y le pediría un boleto al adolescente que lo atendería para "Ver la de los robots". "¿Me da un boleto para la de los robots?", le diría. Y el adolescente se tardaría un momento en decirle: "¿Cuál?" Y tal vez ni le diría. Y le daría un boleto para la que mejor le parecería. "Claro señor, ¿tiene tarjeta del INSEN?". Y ya, el viejito entraría. Y apenas empezara, diría: "Pero yo pensé que iba a ser la de Robots, la animada, con voz de Robin Williams", que para entonces ya estaría fuera de cartelera con varios años de retraso. Muy triste.

Friday, June 19, 2009

Más zombies en los medios: Proust y Henry James

[Amiga] dice: (11:06:53 AM)
"Hay algo más interesante que la recopilación de papeles póstumos, ese algo es aquello que el escritor decidió «matar» en vida y condenar a una existencia casi zombi en un limbo eternamente crepuscular, a la espera de que algún día volviera a salir el sol de las ganas."
[Amiga] dice: (11:07:11 AM)
http://www.abc.es/abcd/noticia.asp?id=12101&num=907&sec=32
[Amiga] dice: (11:07:14 AM)
Vía Conversational Reading.

Otro de mis investigadores de tiempo completo dio con una mención de zombies en los medios, ahora en un texto de Rodrigo Fresán. ¿Es que ya a nadie se le ocurre hablar de redivivos, resucitados o muertos vivientes? No todo tiene que ser zombie. Puede ser moribundo, también. O, no sé, niño no nato, vampiro, espíritu, "aquello que apesta en Dinamarca". Oficinista sin oficina.

En fin, el texto es sobre la posible influencia de Proust en Henry James.

Wednesday, June 17, 2009

El cuidado de uno mismo: contra la partícula maldita

A partir de este ensayo, una apreciación sobre la obra de Foster Wallace, algunas conclusiones: Puede ponerse la complejidad al servicio de la sinceridad, estando al tanto de que, hoy en día, siendo adictos a un modo de pensar esencialmente sospechosista, no hay nada sencillo en intentar ser sincero, abierto o de alejarse de la ironía. Uno puede ser malinterpretado, ser tildado de egoísta.
¿Es la sinceridad sincera? ¿Es la verdad verdadera? ¿Alguien quiere, hoy en día, algo más que funcionalidad? ¿Puede la gente con la verdad? La esperanza es que sí.
Por cierto, en el texto, Jon Baskin cita este fragmento del cuento Good Old Neon, que apareció en la colección de cuentos Oblivion:

You think it makes you a fraud, the tiny fraction anyone else ever sees? Of course you’re a fraud, of course what people see is never you. And of course you know this, and of course you try to manage what part they see if you know it’s only a part. Who wouldn’t? It’s called free will, Sherlock.

Me recuerda, por alguna razón, esa frase de San Pablo "Hasta los pelos de vuestra cabeza están contados", o esa obsesión paulista de pedir perdón hasta por los actos que no hemos cometido.

Esto es lo mejor que me ha pasado en el día

[Compañera de la oficina] dice: (04:20:26 PM)
¿No te gusta el mole?
[Compañera de la oficina] dice: (04:20:29 PM)
:O
Guillermo dice: (04:21:03 PM)
El de olla.
[Compañera de la oficina] dice: (04:21:46 PM)
¿No te gusta el mole de olla?
Guillermo dice: (04:23:22 PM)
Ese sí.
Guillermo dice: (04:23:25 PM)
Es el mejor.
Guillermo dice: (04:23:35 PM)
Es mi mero mole.

(Aunque también está esta entrevista de Stephen Elliott, autor de Happy Baby, con Dave Eggers, sobre su nuevo libro, Zeitoun, y otros proyectos)

Tuesday, June 16, 2009

Nuevas adquisiciones

1. How Fiction Works de James Wood (por alguna razón pensé que sería más extenso).
2. The Journals of John Cheever, lo cual supone que finalmente me animaré a meterme a The Stories of John Cheever, que compré hace tiempo pero no había querido leer.
3. The Letters of Samuel Beckett, el primer volumen.

Vaya usted a saber cuándo leeré estas cosas. Joyce Carol Oates y Proust vienen antes, al parecer.

Monday, June 15, 2009

"Adivina qué, ya acabé Proust"

Con todas las fuerzas y con todas las ganas, no es así como me rasco la espinilla que me salió en la barbilla, es así, más bien, como a veces pienso y escribo, como si fuera a huevo que yo quisiera hacerme todavía más claras las obvias limitaciones de mi mente, una mosca que se golpea contra la- no, como una pelota de tenis que obsesivamente es rebotada contra la pared, para molestar al vecino o a la persona que intenta tomar una siesta en el cuarto contiguo.
Hoy: levantarse con el tiempo justo. Llegar al trabajo, consecuentemente, con cierto retraso -de tiempo. Con las películas rentadas entregadas. Con agruras y un jugo de naranja en el estómago. La sospecha de no haberme bañado eficientemente, la radio en el auto y la lista de pendientes armándose en la cabeza, en la medida que me acerco al edificio donde trabajo. Encuentro estacionamiento (el otro día imaginaba: ¿y si yo fuera un superhéroe cuyo superpoder fuera encontrar estacionamiento rápidamente? Cosa rara, antes, en mi adolescencia, imaginaba ser un superhéroe cuyo superpoder era determinar cuál era la chica más guapa e interesante en una habitación llena de gente; curioso cómo cambian las fantasías), y al bajar del auto veo un zapato de tacón, rojo, justo afuera de la puerta; está roto y sucio y veo cómo allí se contiene una historia de, o bien, imprudencia y diversión o, peor, de violencia y peligro urbano. "Peligro urbano". Más tarde en el día: después de subir notas y escribir obituarios, de ver boletos de avión y hacer cuentas, salgo a comer solo para poder leer -un libro atrasado- y regreso después del café a subir más notas y escribir más obituarios y así se desgranan las horas hasta que hago tiempo para salir. No anochece del todo, es verano, otro lunes acumulado. Comezón, comezón, comezón.

Por favor no olviden que-

-cuando Cerati canta "...me pondré el uniforme de piel humana", pienso en Leatherface.

Saturday, June 13, 2009

Espárragos en el verano


Qué ocultas hermandades ocurrían entre el otro día, cuando Sofía me informaba que le gustaba mucho comer espárragos, y el día en que, poco antes, yo había comido espárragos para descubrir, una vez más y con la misma sorpresa, que dejaban un perfume en mi orina, aún no lo sabía. Pero sí recuerdo que me parecía extraño que, así sin decir agua va, saliera Sofía con aquello de que le gustaba el olor que dejan los espárragos en la orina (pues eso dijo).
Hoy que leía a Proust entendí finalmente por qué lo sacaba a cuento. En un pasaje que, de acuerdo a Mauro Armiño, es un "pastiche burlesco del canto que Michelet entona en honor de las medusas en La mer ("diosas de la mitología... orquídeas del mar... reinas de la historia")", Proust escribe sobre los espárragos:

"...mi arrobo eran los espárragos, empapados de ultramar y rosa y cuya espiga, finalmente punteada de malva y azul, va degradándose insensiblemente hasta el pie -todavía sucio sin embargo de la tierra de la planta- con irisaciones que no son de este mundo. Me parecía que aquellos matices celestes delataban a las deliciosas criaturas que se habían divertido metamorfoseándose en verduras y que, a través del disfraz de su carne comestible y firme, dejaban percibir en aquellos colores nacientes de aurora, en aquellos esbozos de arcos iris, en aquella extinción de atardeceres azules, la esencia preciosa que yo aún podía reconocer cuando, tras haberlos comido en la cena, jugaban toda la noche, en sus farsas poéticas y rústicas como una fantasmagoría de Shakespeare, a transformar mi orinal en un jarrón de perfume".

Más adelante uno se entera que esa dieta de espárragos proviene de un celo excesivo de François, la fiel sirviente de la tía Leónie, quien busca, aparentemente a toda costa, mantenerse como la única sirviente estable en casa:

"Françoise hallaba, para secundar su permanente voluntad de volver insoportable la casa para cualquier criado, artimañas tan sutiles y tan despiadadas que, muchos años más tarde descubrimos que si aquel verano habíamos comido casi todos los días espárragos era porque su olor provocaba en la pobre fregona encargada de limpiarlos unos ataques de asma tan violentos que hubo de terminar marchándose".

Friday, June 12, 2009

Thursday, June 11, 2009

Leer a Proust en la era de la banda ancha

Benjamin Kunkel en un texto realizado a partir de libros sobre la Internet y nuevas tecnologías:

I can't claim that my life is any richer since I got a high-speed internet connection. For one thing, I no longer send or receive letters. And I wonder whether I made my way through Proust over a few winter months a number of years ago in part because those were still the days of dial-up; I went online once a day for maybe half an hour to read and send emails, and that was that. Even now, I guard my solitude jealously enough that I have never owned a mobile phone—a fact that may end up ensuring me more solitude than I like. When I am forced to admit to a fresh acquaintance that I have no mobile number to offer, suspicion of eccentricity or poverty is the most generous response I receive; sometimes I get a look of frank alarm. But it seems I would rather raise a few eyebrows, curse the occasional payphone, and miss out on some parties than to spoil my necessary concentration and even boredom with phone calls I know I couldn't resist fielding or placing.

El texto completo, que inicia con un recuerdo sobre un pasaje de Proust en torno al teléfono, puede consultarse aquí. Hoy en Conversational Reading discuten el texto (acá). Pero, como es de esperarse, no he podido leerlo porque no tengo tiempo. Extrañamente: a pesar de que no he terminado de leer ninguno de los dos textos, ya me tienen aquí, escribiendo esto. ¿Por qué? Kunkel ofrece respuestas:

Critiques, as opposed to mere descriptions, of internet culture emphasize the informality or (more judgmentally) the vulgarity of our promiscuous messages. These communications, in their ease, inexpensiveness, and abundance, suffer less pressure than before to be or seem important, meaningful, or definitive—in other words, to last in our minds. In their clamorous competition with one another, they more often strive to be the first noticed.

Wednesday, June 10, 2009

Verano

Una película apenas perceptible de humedad se posa sobre mi frente y nariz, mi reluciente zona T, mientras escribo esto para evadir otro texto. Son las 12.30 de la noche, de acuerdo al reloj de la computadora y el mosquito que hace unos momentos zumbaba se ha posado en algún lugar del cuarto que hasta este momento permanece en misterio. Mi esperanza es que en un rato el mosquito vuelva a volar y zumbar y que lo haga de tal modo que su trayectoria de vuelo se realice en el espacio que domino con la mirada. Una oportunidad, resumiendo, para matarlo ahora, mientras estoy despierto, y no tener que soportarlo más tarde, entre sueños. Pero la vastedad del cuarto, comparada con las pequeñas dimensiones del insecto, no sólo me hacen creer que esto no sucederá sino que todas las veces que he conseguido matar un mosquito ahora me vienen a la cabeza no como un pequeño y engorroso evento cotidiano (cuento tres adjetivos, viene uno más), sino como un auténtico milagro. Sentado, aquí, escribiendo para no escribir otra cosa que debo escribir, mis piernas me sudan, mi mente divaga y volteo a un lado para toser y no salpicar la pantalla.

Tuesday, June 09, 2009

Lecho de muerte




Sólo quería una cerveza fría.

Monday, June 08, 2009

Proust en Foster Wallace

En su ensayo Derivative Sport in Tornado Alley -que versa sobre lo contingente, el estoicismo y lo absolutamente impredecible; o bien, sobre la prudencia- Foster Wallace habla un rato sobre cómo su mayor talento en el tenis (desprovisto de aptitudes físicas por encima de la media, lo llamaban "Slug"), había sido la capacidad de poner las condiciones atmosféricas, especialmente el viento (aunque también la humedad y la luz), a su ventaja, aún cuando esto significaba simplemente ceder ante el mismo: "to say that I did not use verve or imagination was untrue. Acceptance is its own verve, and it takes imagination for a player to like wind, and I liked wind; or rather, I at least felt the wind had some basic right to be there..."

Bien, pues esta capacidad haría del joven Foster Wallace un cotendiente impresionante -al menos en los circuitos del plano estado de Illinois, barrido constantemente por grandes e imparables ráfagas de viento (Tornado Alley, a saber)- cuya gran ventaja residía, repito, en los cálculos que le permitían colocar la pelota en los espacios de confort para alguien que conocía, casi como una segunda naturaleza, el modo en que se comportaría la pelota con el aire, esperando a que el oponente cometiera un error. Esto llevó a Foster Wallace, según cuenta, a varios torneos en todo el estado, y nos lleva a nosotros, lectores iniciales de Proust, a las curiosas simetrías que nos interesan:

Over the next four summers I got to see way more of the state than is normal or healthy, albeit most of this seeing was a blur of travel and crops, looking between nod-outs at sunrises abrupt and terribly candent over the crease between fields and sky (plus you could see any town you were aimed at the very moment it came around the earth's curve, and the only part of Proust that really moved me in college was the early description of the kid's geometric relation to the distant church spire at Combray), riding in station wagons' backseats through Saturday dawns and Sunday sunsets.

Zoológico

Óscar. dice: (10:34:31 AM)
Y esta es su visión de un African Safari en Hermosillo.

Más de Momo (poco más), acá. También: un cartón en la reciente La Tempestad.

Sunday, June 07, 2009

Tedio

Nick Hornby, en una columna para The Believer de noviembre de 2003: "El aburrimiento y, muy ocasionalmente, la desesperación, son parte de la vida de lectura..."

Friday, June 05, 2009

¡Fe!

Esto:

Reports that no one reads anymore, especially young people, are greatly overstated and almost always factually lacking ... Sales of young adult books are actually up. Total volume of all book sales is actually up. Kids get the same things out of books that they have before. Reading in elementary schools and middle schools is no different than at any other time

También:

If you can stay small, stay independent, readers will be loyal, and you'll be able to get by publishing work of merit. Publishing has, for most of its life, been a place of small but somewhat profit margins, and the people involved in publishing were happy to be doing what they loved. It's only recently, when large conglomerates bought so many publishing companies and newspapers, that demands for certain margins squeezed some of the joy out of the business.

Y esto otro:

This is a time to roar back and assert and celebrate the beauty of the printed page.

Dave Eggers, echando ánimos, acá.

Thursday, June 04, 2009

Más sobre la acción y la narración

Tengo algunos callados problemas con las lecturas exclusivamente formales de obras literarias y ese curioso modo en que decir "decimonónico" se ha vuelto prácticamente un adjetivo negativo y descalificador en la crítica literaria. Curiosamente, esta idea me viene del modo en que hablando sobre ciertos críticos de cine -especialmente los norteamericanos- se comentaba en la oficina el desdén por las lecturas "morales" de las películas. Creo que hablábamos específicamente de A. O. Scott. Yo, en realidad, difícilmente sé hacer una lectura distinta. También: si se asume que en una lectura formal también se da una moral aunque supuesta, ¿cuál es finalmente la diferencia? ¿La sospecha? Mi interés en la narración, especialmente en la ficción, fue primero moral, práctico. Llegué la literatura por preocupaciones éticas. A saber: si para ser prudente uno necesita de experiencia pero no se puede llegar a tener la suficiente en la juventud, la lectura ofrece una especie de atajo. Es una idea bastante vieja, pero creo aún válida. Después vino el placer, estético e intelectual. O junto, necesario para apreciar las experiencias que uno obtiene o comprende o disfruta en las lecturas, para bien y mal. Me puse a pensar en esto por el siguiente fragmento de Por la parte de Swann, me sorprende que vuelva a esto:

"El hallazgo del novelista consiste en que se le ocurrió sustituir esas partes impenetrables para el alma por una cantidad igual de partes inmateriales, es decir partes que nuestra alma puede asimilar. ¿Qué importa entonces que las acciones, las emociones de esos individuos de un género nuevo nos parezcan verdaderas, desde el momento en las que las hemos hechos nuestras, si es en nosotros donde se producen, si tienen bajo su dependencia, mientras volvemos febrilmente las páginas del libro, la rapidez de nuestra respiración y la intensidad de nuestra mirada? Y una vez que el novelista nos ha puesto en ese estado en el que, como en todos los estados puramente interiores, toda emoción se decuplica, en el que su libro ha de turbarnos como lo haría un sueño, pero un sueño más nítido que los que tenemos dormidos y destinado a durar más en el recuerdo, resulta entonces que desencadena en nosotros durante una hora todas las dichas y todas las desgracias posibles, que en la vida tardaríamos muchos años en conocer parcialmente; y las más intensas nunca nos sería reveladas porque la lentitud con que se producen nos impide su percepción; (así cambia nuestro corazón en la vida, y el peor dolor es ése; pero sólo lo conocemos en la lecutra, en imaginación: en realidad cambia, igual que se proudcen ciertos fenómenos de la naturlaeza, con lentitud bastante para que, aunque podamos advertir sucesivamente cada uno de sus diferentes estados, se nos evite a modo de compensación la sensación misma del cambio)."

"Mi pensamiento, una especie de nido, en cuyo fondo..."

Alegre, positivo, indiferente

Leyendo Por la parte de Swann recuerdo la tesis de mi amigo Miguel Ángel Marcos que giraba en torno a la paradoja sobre la amistad de los prudentes y autosuficientes, específicamente a partir de este párrafo (en la página 76 del primer tomo, en edición de Valdemar):

"Cuando, más tarde, he tenido ocasión de encontrar, en el curso de mi vida, en conceptos por ejemplo, encarnaciones verdaderamente santas de la caridad activa, tenían por lo general un aspecto alegre, positivo, indiferente y brusco de cirujano impaciente, ese rostro en el que no se lee conmiseración alguna, ningún enternecimiento ante el sufrimiento humano, ningún temor a herirle, y que es el rostro sin dulzura, el rostro antipático y sublime de la auténtica bondad".

Tuesday, June 02, 2009

Olores como personajes

Leía esto, sobre Green Aria, una ópera de perfumes, cuyos personajes son olores en un "drama abstracto" que gira en torno al encuentro de la naturaleza con la tecnología. La ópera consiste en piezas musicales pregrabadas acompañadas por perfumes específicos que se esparcen en el público a través de dispositivos en las butacas. Al final de la pieza, los perfumes vuelven a esparcirse en el público (mientras sus nombres se proyectan en pantalla), como personajes al final de una ópera: "The loudest ovation went to the faintly sulfurous, aptly named Funky Green Imposter".

Comentaba eso con una compañera de la oficina:

Guillermo dice: (06:20:22 PM)
En Animal Kingdom, de Disney, tienen uno de esos shows interactivos en 3D basado en A Bugs Life, ¿no?, y hay un momento en que un bicho, pues, se tira un pedo.
Guillermo dice: (06:20:33 PM)
Y huele mal pero a la vez no.
[Compañera de la oficina] dice: (06:20:42 PM)
¿Cómo que a la vez no?
Guillermo dice: (06:20:55 PM)
Pues no huele a pedo, para empezar.
Guillermo dice: (06:21:05 PM)
Es como... como un zorrillo pero en negativo.
Guillermo dice: (06:21:10 PM)
No sé cómo explicarlo.
Guillermo dice: (06:21:26 PM)
Almedrosón.

Me imagino que más adelante veré cómo lo hace Proust, pero encuentro que de las cosas más difíciles de evocar -no sólo de nombrar dicha evocación, sino realmente de intentar reproducir en la memoria- son los olores. En fin, todo esto no deja de ser, por su parte, evocativo: recordé aquella pintura donde se representa un pedo, en el King Cole Bar (acá), y un texto de 2004 de Vendela Vida sobre los olores en la literatura contemporánea americana, acá.

Sobre esos zombies de Soltero

Gonzalo Soltero, para Letras Libres, escribe sobre la influenza (ese tema de nota periodística que no quiere morir) y el muerto viviente que nos dejó:

"Pronto la nota pasó a las páginas intermedias de los diarios y cuando esto se publique seguramente habrá desaparecido. Sin embargo, uno de los síntomas no diagnosticados de la epidemia es la resaca que deja como secuela. En un sondeo informal pregunté a varios conocidos si irían de vacaciones a México. No hubo demasiado entusiasmo, el consenso sería esperar algunos meses. Al menos un zombi dejó el virus: el turismo, que tardará lo que resta del año en recuperarse".

El resto del texto, acá.

Monday, June 01, 2009

Sobre esos domingos de soltero

De nuevo, Proust: "La vejez anormal, excesiva, vergonzosa y merecida de los solteros, de todos esos para quienes tenemos la impresión de que el gran día sin mañana es más largo que para el resto, porque el suyo está vacío y los momentos van sumándose desde por la mañana sin dividirse..."

Cosas insignificantes

Casi al inicio de A la búsqueda... M. Swann opina sobre los diarios:

"Lo que reprocho a los diarios es obligarnos a prestar atención todos los días a cosas insignifcantes mientras que, a lo largo de toda nuestra vida, sólo leemos tres o cuatro veces libros donde hay cosas esenciales. Dado que todas las mañanas desgarramos la faja del diario, deberían invertirse las cosas y poner en el diario, no sé, ¡los... Pensamientos de Pascal! (soltó estas palabras en un tono de énfasis irónico para no parecer pedante). Y sería en uno de esos volúmenes de cantos dorados que sólo abrimos una vez cada diez años", añadió poniendo de manifiesto hacia las cosas mundanas ese desdén simulado de ciertos hombres de mundo, "donde podríamos leer que la reina de Grecia ha ido a Cannes o que la princesa de León ha dado un baile de disfraces. Así quedaría restablecida la justa proporción".

Ocurre que abriendo uno de esos libros que se abren cada diez años, A la búsqueda del tiempo perdido, leo una nota a este párrafo, en el que Mouriño explica (con una apagada ironía) que la princesa de León, Herminie de la Brousse de Verteillac, "escribió a Proust nada más aparecer el libro para darle las gracias por citar la fiesta que había dado en mayo de 1891". Al parecer, la fiesta estuvo bien padre.

Un texto sobre cómo hay zombies en los medios


Uno de mis investigadores de tiempo completo, David Miklos, me mandó información pertinente sobre la proliferación de zombies en el ideario colectivo. Anne Billson, para The Guardian, escribe:

They've already invaded the language; we talk about zombie banks, zombie computers. [...] This fascination with zombies may seem perplexing to the uninitiated. If vampires are the aristocrats in the world of the walking dead, zombies are the lumpen proletariat. Both vampires and zombies have an infectious bite, but there the resemblance ends. [Curioso que no añada que ambos son muertos vivientes; oficinistas sin oficina, en fin].

También: They stand for any section of society that can be easily depersonalised for social or political reasons. They represent the great unwashed, that fearsome underclass of knife-wielding hoodies certain newspapers are always warning us about. Or they're metaphors for poverty, influxes of immigrants or refugees who (we're told) will steal our housing and jobs. They could be gangs of feral children, football hooligans or those anonymous carriers of swine flu, at first kept at a safe distance but spreading infection ever closer to home to threaten us and our communities. [...] They are no longer just reminders of our mortality. They are us.

El texto completo, acá. Probablemente ustedes ya leyeron este otro.