Monday, August 31, 2009

Una curiosidad


Releo cuentos de Poe. Decir esto suena a que estoy repasando cuando en realidad siento que leo por vez primera, lo cual es extraño pues este es uno de esos autores de los que a fuerza de haber escuchado tanto, o por el modo en que se ha filtrado en la cultura popular, uno siente que ya lo ha leído bien. Seguramente Narraciones extraordinarias se encontraba en alguna lista de mis lecturas escolares, pero en noches recientes me llegó con sorpresa la certeza de que El gato negro y El corazón delator son esencialmente el mismo cuento (apenas los leí hace unas noches en la edición de Alianza de sus cuentos completos). Si no son el mismo cuento, al menos de ellos se podría sacar uno que pudo haberse titulado, sencillamente, "El ojo que culpa", se me ocurre. Incluso, bien visto, podría decirse algo sobre cómo existe una línea directa entre estos dos cuentos y William Wilson, un texto sobre dobles pero cuyo tema central es, finalmente, la conciencia, el ojo que todo lo ve.
Algo leía en Lo fantástico de Remo Ceserani sobre la importancia del ojo en la literatura fantástica a partir de El hombre de arena de Hoffmann.

***
Cosa curiosa: lo anterior lo escribí sin saber para qué y entonces me fui a comer y a tomar un café y seguí con mi lectura de All the Pretty Horses de McCarthy. Mi intención era transcribir las líneas en las que Poe describe cómo se le saca el ojo al gato en El gato negro y cómo se le saca el ojo al anciano en El corazón delator y hablar sobre cómo es bonito que la colección de horror de Alianza ahora traiga en su lomo un ojo rojo sangre. Pero entonces, les digo, leí a McCarthy y me topé con esto, sobre los últimos momentos de Gustavo A. Madero:


"Gustavo was turned over to the mob in the courtyard of the ciudadela. They crowded about him with torches and lanterns. They abused him and tormented him, calling him Ojo Parado. When he asked to be spared for the sake of his wife and children they called him a coward. [...] They pushed him and struck him. They burned him. When he begged them again to cease one of them came forward with a pick and pried out his good eye and he staggered away moaning in his darkness and spoke no more. Someone came forward with a revolver and put it to his head and fired but the crowd jostled his arm and the shot tore away his jaw. He collapsed at the feet of the statue of Morelos. Finally a volley of rifle shots was fired into him. He was pronounced dead. A drunk in the crowd pushed forward and shot him again anyway. They kicked his dead body and spat upon it. One of them pried out his artificial eye and it was passed among the crowd as a curiosity".

Y ahora, antes de despedirme, me viene a la mente que en Blood Meridian viene una descripción del ataque de un murciélago que parece sacado de cuento de horror.

Friday, August 28, 2009

"Apapacha a tu zombi"

Sofía Ochoa, una de mis investigadoras estrella de tiempo completo, me mandó el texto que Villoro publicó hoy en Reforma, "El recluso", sobre la alineación adolescente en la era de la banda ancha y que inicia así: "'Voy a ver al zombi', dijo un amigo al despedirse. Se refería a su hijo de 17 años con el que ya no cruza palabras. Otro amigo comentó que también su hijo había desaparecido de la vida familiar. Encerrado bajo llave, oía canciones sobre el fin del mundo y se abismaba en la computadora".

Thursday, August 27, 2009

Más como esto que como lo otro

Quizá en esta imagen no lleguen a apreciarlo pero el día en que, hace ya semanas, vi Otelo, se opinó que el actor que le hace de Yago (Carlos Corona) era muy parecido a Antonio Ortuño. Y era un poco espeluznante, percatarse de esto, porque en realidad el actor Carlos Corona, ya bien visto, no se parece tanto a Ortuño. El caso es que pasaron los días, las semanas y las sucesiones y hoy, hojeando mi cuaderno, vi que el día que vi Otelo leí lo siguiente de Bloom (en el capítulo dedicado a Otelo de su Shakespeare: The Invention of the Human (el único que he leído): "Iago, forever beyond Othello's understanding, is not beyond ours, because we are more like Iago than we resemble Othello".
Todo esto viene a cuento porque el día en que leí Recursos humanos en compañía de mis amigos ñoños -en un club de lectura ay, ya desaparecido- alguien recordó, así como de pasada, la reseña que Nicolás Cabral había hecho de la novela en La Tempestad (número 60), misma que termina así: "Gabriel Lynch [el protagonista de Recursos humanos] nos repugna, pero sabemos que la causa no es nuestra pretendida superioridad moral: es uno de nosotros, nuestro contemporáneo".
Se lo comenté a Nicolás y, citando a J.D. Victoria, traductor de Finnegans Wake, me dijo: "Sí, it is all consecutive and interrelated".

Crítica a la crítica de la crítica

Estaba pensando que está curioso que en el sitio de Letras Libres se enlisten los siguientes en el podcast: Tres maneras de perder el tiempo y luego 1) Crítica a la crítica literaria y luego 2) Crítica al arte contemporáneo y, finalmente, 3) Crítica a la crítica de cine.

Los días, las horas, las semanas


Abel se tomó su tiempo para pasarme esta imagen. La oficina.

Más computadoras zombies en los medios

"With more than five million of these zombies now under its control — government, business and home computers in more than 200 countries — this shadowy computer has power that dwarfs that of the world’s largest data centers".

Sobre Conficker, un programa de software, acá, en el New York Times. Otros tropos interesantes utilizados en el texto: un buque fantasma, una nube oscura y computadoras como animales infectados, en cautiverio. No me queda claro si es el mismo programa que afectó a Facebook y a Twitter, hace poco. Pero el temor de que existen connotaciones políticas no desaparece.

Por otro lado, ¿usted sabía que existe una Cyberdyne real?

Monday, August 24, 2009

Fin de semana

Aproveché parte del fin de semana para re-acomodar mi librero. Me deshice de libros y finalmente acomodé nuevos. Polvo. Leí en la introducción a la selección de los Cuadernos de Valéry que se levantaba diario entre las cinco y las seis de la mañana y escribía hasta el mediodía, "de lámpara a sol". De 1894 a 1945, unos 260 cuadernos. La edición que tengo es una selección realizada por Andrés Sánchez Robayna. No sé si existe una edición completa en español, en francés se publicó una versión facsimilar (28 tomos, unas 26,000 cuartillas). Sánchez Robayna explica en la introducción que Prigogine retomó algunas ideas de Valéry para sus investigaciones sobre el tiempo. Me di cuenta que tenía Historias rotas, en Aldus, repetido. Lo regalé.

Friday, August 21, 2009

El escritor de obituarios

Pero en la oficina no todo es recibir libros. También, como fue mi caso, es cosa de re-dirigir a lo que se considera la más pertinente información cultural publicada en varios periódicos, nacionales o extranjeros -y cosa curiosa, estoy escribiendo esto y pienso en Iván Thays, hace años, sentado frente a un grupo de personas que aspiran a ser escritores o a encontrar un contacto humano un jueves por la noche, en la Escuela Dinámica de Escritores, después de la universidad o el trabajo, hablando, digo, sobre su trabajo usual, es decir, el trabajo que hacía cuando no estaba escribiendo. Creo que tenía que ver con algo de petróleo. Y creo que anoto esto y recuerdo aquello por una nota que recién leí de Stephen Elliott, autor de Happy Baby, en su The Rumpus, al que llegue vía Teoría del Caos de López Villamar (esto, leer y reconocer dónde fue que leyó uno, es otra manía que adopté en el trabajo), en la que, regreso, Elliott se pregunta por qué ningún escritor habla sobre su trabajo normal. Pues no es secreto que son pocos, en realidad, los escritores que tienen la fortuna de dedicar todo su tiempo a leer o a escribir. Al menos yo no conozco a ninguno personalmente. Pienso en los siguientes: mi jefe trabaja como editor y rara vez escribe, ha aparecido en algunas antologías y publicado en varias revistas (ficción; textos de no ficción, como crítica, es algo que hace más a menudo); mi amigo David pasa tiempo en una universidad como editor de una publicación de historia, pero tiene más tiempo para escribir, tiene una trilogía de novelas publicada, y usualmente pueden leerse textos suyos, de no ficción o ficción, en varios medios; Antonio trabaja para algo del gobierno, no sé a qué hora escribe, pero tiene dos novelas publicadas y un libro de cuentos, también pueden leerse textos suyos en varias publicaciones; Brenda caza tanto chambitas como textos por aquí y allá, tiene una novela publicada y ha aparecido en antologías, también se puede leer con frecuencia en varias publicaciones. Menciono a estos porque son de los pocos amigos conocidos que publican con cierta frecuencia y reciben alguna remuneración por ello, aunque no tanta como para vivir exclusivamente de ello. Pero, para ser francos, a esta altura del texto, no sé exactamente por qué los menciono cuando de lo que yo quería hablar, desde el principio, era sobre lo que hago todo el día en el trabajo, sentado frente a la computadora (redactar notas, obituarios, corregir faltas de ortografía, esperar la hora de la comida). ¿Es que todo lo que hago en el trabajo es pensar en el tiempo que estoy perdiendo frente a un monitor? Esta pregunta no es casual ni inocente: precisamente hoy alguien me sugirió que dejara mi trabajo para ponerme a trabajar, pero trabajar en mi escritura. Es una fantasía con la cual he coqueteado desde hace mucho tiempo pero es el mismo tipo de fantasía que a uno lo asalta cuando está en una ciudad, el deseo de estar en otra y así, consecutivamente, queriendo lo que uno no tiene a la mano. Es difícil percatarse de lo difícil que es estar feliz con lo que uno tiene pues constantemente estamos en el machante trabajo de obtenerlo. Perogrulladas.
Disfruto mucho de los fines de semana. Hace meses que no escribo. Por otro lado: escribo diario, ya sea aquí o en mi cuaderno. ¿Qué es exactamente lo que extraño? ¿Escribir ficción? Quizá ya no tengo la capacidad para escribir ficción, después de dos novelas -una vergonzosa, destruida, la otra en un cajón, tímida- y cuentos sin ton ni son pero que no me provocan en realidad, nada, hoy, ahora, excepto un bagaje que me hace sospechar que he perdido algo. Pero no hay nada diario más que escribir y leer y dejar pasar el tiempo. ¿Por qué está preocupación, esta obsesión por la lucidez? ¿Es que tengo 19 años de nuevo? Paul Valéry, ven en mi ayuda: "Horror por el desarrollo-por lo que se prevé".

Nuevas adquisiciones y un poco de McCarthy

Además del Sontag que mencioné en la entrada anterior, ayer me llegó el segundo y el tercer volumen de Tu Rostro Mañana de Javier Marías (pero no el primero, no lo tenían), Después de la cita y otros cuentos de Juan García Ponce y Narrativa Completa de Arreola. Más tarde, el trabajo atrás y después de cenar, pasé a Conejo Blanco y conseguí la correspondencia entre Thomas Mann y Adorno que sacó el FCE. Leí en la contraportada que empezaron a escribirse cuando Mann iba a medio camino de su Doctor Faustus, que conseguí este año en dos bonitos volúmenes. Estuve bobeando poco tiempo en Conejo Blanco. Vi revistas. Vi un libro con obra de Alexander Vvedensky, estuve a punto de comprarlo porque recordaba que Amy Fusselman lo mencionaba en su The Pharmacist's Mate, pero estaba muy caro. Me fui a casa a leer un poco de Santa de Gamboa. Vi televisión. Después, justo antes de dormir, avancé un poco más en All the Pretty Horses de McCarthy. Mañana sábado planeo ordenar mis libros, sacar algunos, meter otros, acumular polvo.


Anoche copié lo siguiente de All the Pretty Hoses en mi cuaderno, un jinete sobre un semental:

"Soy yo que traigo las yeguas de las montañas, las yeguas jóvenes, las yeguas salvajes y ardientes. While inside the vaulting of the ribs between his knees the darkly meated heart pumped of who's will and the blood pulsed and the bowels shifted in the massive blue convolutions of who's will and the stout thighbones and knee and cannon and the tendons like flaxen hawsers that drew and flexed and drew and flexed at their articulations and of who's will all sheated and muffled in the flesh and the hooves that stove wells in the morning groundmist and the head turning side to side and the great slavering keyboard of his teeth and the hot globes of his eyes where the world burned".

Thursday, August 20, 2009

Hoy


Como parte del plan dental que tenemos en la oficina, hoy me llegó Ante el dolor de los demás, de Susan Sontag. Y hoy también Sofía me enseñó este blog, que es como el equivalente de un gran pizarrón de caucho pero con imágenes relacionadas con sexo, drogas o armas (o cosas afines, lo cual es decir, prácticamente, todo). Está muy fregón. El caso es que allí vi esta imagen de John Belushi. E iba acompañarla con una imagen de una situación de rehenes, hasta busqué en Google "Knife + Hostage", y encontré varias imágenes resonantes (como esta o esta), pero ya lo pensé mejor y no quiero ponerla aquí. Y eso, además del trabajo, es más o menos lo que hasta ahora ha pasado en mi día de hoy.

Wednesday, August 19, 2009

Plaga de zombies en los medios

Vía Geekologie, llego a esto. O, como dice Adriana, "lo que es el ocio o vivir en un pueblo" (debo decir, sin embargo, que no lo decía por esto).

Tuesday, August 18, 2009

Zombies, siempre están en los medios

Ahora es otro de mis investigadores de tiempo completo, Karim González, quien me manda esta nota en la BBC -que está relacionada con la que Doug Coronel me mandó el otro día. Lo cual confirma el ataque de los zombies en los medios.

Monday, August 17, 2009

The airborne digital event


El fin de semana mi hermana me comentó -venía a cuento- que el cerebro tiene mayor actividad mientras duerme que mientras ve televisión. Le pregunté dónde había leído eso. Me dijo que lo había visto en la televisión. Acotó, sin embargo que "fue en uno de esos canales serios, como The Discovery Channel". Nos reímos mucho. Íbamos en carretera, con el resto de la familia, y ella llevaba su computadora. Se conectó en línea para descargar una tarea -unas copias que leyó en el monitor- y aprovechó para ver un rato el Fail Blog y The Superficial. Traigo esto a colación porque desde hace tiempo me he preguntado si es verdad esa intuición que saqué de Foster Wallace, a saber, que la Internet y la televisión actúan más o menos igual: felicitándonos por sentirnos mal al pasar tanto tiempo frente a un monitor (ya sea con opiniones como la presente o con personajes ingeniosamente paródicos como Alf u Homero Simpson). En fin, tela de dónde cortar, medios excesivamente auto-conscientes.


Demasiado zombie en los medios

Ahora es Doug Coronel, otro de mis investigadores de tiempo completo, quien me manda esto, en Wired.

Friday, August 14, 2009

Una curiosa preocupación


¿Fue Pepe Rojo? Yo estaba en la cocina de mi casa, mediados de 1990, apenas lo recuerdo, pero me parece que fue en un texto de Pepe Rojo publicado por Complot -una Complot que ya no existe con el mismo espíritu- en la que se afirmaba que Big Brother no nos dominaría con terror sino con entretenimiento. De vez en cuando recuerdo aquella intuición. Por ejemplo ahora, que leía esto (sobre Electronic Frontier Foundation, que procura llegar a acuerdos con Google para que modifique sus lineamientos de uso respecto a la privacidad, especialmente en lo que respecta a Google Books: "They know which books you search for," afirma Cindy Cohn, directora legal de la fundación, "they know which books you browse through; they know how long you spend on each page."). El texto a la vez me hace eco a esto, una columna en Wired de Clive Thompson donde se elogia los sitios que utilizan tecnología que borra información después de un periodo de tiempo determinado, emulando a su vez nuestra propia memoria (llegué al texto a través del blog de Letras Libres; en el caso anterior, a través del blog de Mark Sarvas).
En un primer momento pensé que esto era un pseudo-problema: no es como si la red o la memoria digital ayudaran, realmente, a recordar mejor; un mal detective, por desmemoriado, seguirá siendo un mal detective (o un mal verdugo). De nuevo me permitía el argumento de "depende de cómo utilices la herramienta". Pero es verdad que las herramientas modifican hábitos -aquél temor que en su momento me parecía exagerado, de mis profesores de matemáticas, lo veo realizado ahora, cada que saco la calculadora para sacar el 15% cuando voy a pagar en un restaurante. Es extraño. ¿Habrá alguna máquina, alguna tecnología, algún día, que altere el hábito de la sospecha? ¿El hábito de la maldad? ¿O está todo sólo para empeorar? Con qué chavacanería suelto preguntas, a veces. En un rato todo esto se me va a olvidar.

Thursday, August 13, 2009

Escribir por escribir, ser obreros de la escritura

Leo en Milpalabras de Martín Schifino dos bonitas citas sobre el modo en que somos unos perezosos:

V. S. Pritchett: “Cuantas menos novelas y obras de teatro uno escriba –por culpa de otros intereses parasitarios– menor será la habilidad de escribir […] La ley que gobierna las artes es que deben ser practicadas hasta el exceso”.

John Updike: “Se me acusa de escribir demasiado pero si uno se toma el oficio de escribir con seriedad e intenta realizarlo como una actividad ordenada, en vez de dedicar su energía a buscar la buena vida y la felicidad y las drogas y la bebida y la celebridad, uno escribe una cantidad alarmante durante una vida. Somos obreros de la escritura.”

El texto de Schifino, acá, en el número actual de Otra parte.

Wednesday, August 12, 2009

Hoy en el parque

Una señora se quejó con dos policías de que un hombre intentó golpearla. "Ese que está sentado allá". Se acercaron. Discretamente, los seguí. "No se vale, no se vale, aquí en frente mi hija no se vale", escuché decirle un poco después. No me quedé a escuchar el desenlace de esta interesante historia. Por otro lado, antes de que esto sucediera, sentado en el café vi pasar a dos adolescentes. Iban platicando animadamente, cada uno con un águila de pico amarillo y plumaje café descansando sobre sus antebrazos, enguantados. Jóvenes cetreros.

Tuesday, August 11, 2009

Sobre Todo nada, de Brenda Lozano

Casi se me pasa comentarles que en el nuevo número de Replicante (la número 20) viene un texto sobre una lectura que hice de la primera novela de Brenda Lozano, Todo nada. Este número de Replicante está dedicado a la teoría y práctica del cómic. La revista ya está (o debería estar) donde usualmente la consiguen.

Monday, August 10, 2009

Refu, mi perra, y yo, en el fin del mundo



De Caves, de Robert Creeley:

what's going to happen next, did she, he or it
really love me? Maybe that's what dogs are for,
but there's no material surviving
pointing to dogs as anyone's best friend, alas.
Still here we are no matter, still hacking away,
slaughtering what we can find to, leaving
far bigger footprints than any old mastodon.


En seguida:

You think it's funny? To have prospect
of being last creature on earth or at best a
company of rats and cockroaches?
You must have a good sense of humor!
Anyhow, have you noticed how everything's
retro these days? Like, something's been here before-
or at least that's the story. I think one picture is worth
a thousand words and I know one cave fits all sizes.

También, no olvidar, en sus notas sobre la popularidad de "la narrativa zombie" (como uno de los tropos de la historia apocalíptica), el autor del blog The Last Man On Earth, anota:

"While the vampire (especially the gothic mode) is a study in the repulsion/attraction dynamic the modern world feels toward hereditary aristocracy, the zombie narrative allows anyone to imagine themselves to be free in a depopulated world filled with riches. It is a anti-authoritarian fantasyscape. All the (primarily masculine) skills the modern world has little use for become paramount in the post-zombie apocalypse: self-reliance, individuality, gun-play, mechanical inventiveness, bravery. Just as the image of the space-age / interplanetary pioneer was crucial to Heinlein's vision of expansion libertarianism, the later-day zombie narrative can attract those bored with the inaction and routine of daily life in the modern first world".

Me gustan mucho las fantasías post-apocalípticas que Jimmy Corrigan padece en Jimmy Corrigan, the Smartest Kid on Earth. También: en la Acme Novelty Library II (también de ese geniecillo, Chris Ware) tanto Chalky White como Rusty Brown son representados en un paraje post-apocalíptico. En fin, curioso sentido del humor.

Más. Zombis. En. Los. Medios.

Ahora en la columna de Jesús Silva-Herzog Márquez:

"El gobierno de Felipe Calderón es un muerto al que habrá que enterrar dentro de tres años. Empieza a oler mal pero no hay más remedio que convivir con él. La constitución nos impone tan macabra obligación. Desde las elecciones de julio pasado, el presidente encabeza una administración zombi."

Le agradezco a David Miklos, mi investigador de tiempo completo, por hacerme notar esta aparición.

Friday, August 07, 2009

La obsesión por el término zombie, en los medios

Hoy en La Jornada, sobre el problema que tuvo Twitter y Facebook ayer (me parece): "piratas informáticos utilizaron un ataque clásico conocido como denial-of-service, o denegación de servicio, mediante el cual legiones de computadoras zombie, infectadas con virus, visitan un sitio en forma simultánea".

Thursday, August 06, 2009

Entrada 1667

Sólo para recordarles que en la bitácora electrónica de Letras Libres iniciaron ya su especial de verano, con este texto. También para anotar que en su nuevo número viene una entrevista con James Wood.

Wednesday, August 05, 2009

Ampliación del campo de batalla, aún


Un mundo con dos jerarquías distintas y con poca relación entre ellas, pero igualmente crueles: el mundo laboral y el mundo de retribución sexual narcisista. La nota del NYT, acá. Esta cita me hace eco al San Agustín de Confesiones: "Maybe all this will shed insight on why some people just cannot make things happen in their life, which can potentially benefit others".

***

Anoche, curiosamente, releía algunas partes de El mundo como supermercado, incluyendo una entrevista en la que Houellebecq habla sobre Raphael Tisserand, el programador que es personaje en su novela. El señor Sodini era un analista de programas para un despacho de abogados. Houellebecq, recuerdo, especulaba que los ingenieros la pasaban especialmente mal en este mundo (mucho dinero pero poca idea de qué hacer con él, según recuerdo).

Monday, August 03, 2009

Del latín abhorrere

Como sinónimos aproximados al aburrimiento, mi edición del diccionario de la RAE sugiere que el cansancio, el fastidio, el disgusto o la molestia son adecuados. Extrañamente, estos términos los encuentro afines a una idea de actividad que no casa, en mi cabeza, con la idea o sensación de lo que significa el aburrimiento. Para ser justos, señalemos que también se sugiere como sinónimo (e incluso como grado mayor de), al tedio (pero este se define como "Un fuerte rechazo o desagrado que se siente por algo"; de nuevo, se cuela esa idea de actividad). También se anota que uno se aburre cuando no se cuenta "con algo que distraiga o divierta". Pero el diccionario no dice, pues es un diccionario y es el tipo de cosas que no se le exigen a un diccionario, de qué es precisamente de lo que nos tendría que distraer algo. Pero usted bien sabe que de lo que algo nos tendría que distraer es de nosotros mismos para poderlo encontrar como algo no aburrido (como cuando se dice que "nos distraemos con el trabajo" o que uno, para olvidar penas, "se ha sumergido en el trabajo"). He releído la siguiente idea y la lógica que le encontraba cuando la escribí se ha perdido por completo: Si no fuera por la sexta cláusula del verbo aburrir ("Sufrir un estado de ánimo producido por falta de estímulos...") hubiera añadido que es difícil imaginar que existe aburrimiento en la concentración.
El lenguaje parece apuntar a que la actividad es lo que termina por agotar -por aburrir- mientras que lo que distrae o entretiene no nos pide nada de nuestra parte. Pero esto, usted, lector y espectador atento, sabe que no es así: que somos capaces de molernos la cabeza cuando algo realmente nos interesa -como nos puede interesar, digamos, un entretenido programa de televisión.
Estaba aburrido en el trabajo y a falta de un directorio de teléfonos me puse a hojear el diccionario.