Monday, February 20, 2012

Lunes

Desperté. Me bañé. Me vestí. Desayuné. Cargué con la mochila. No desperté en mi casa, sino en casa de mis padres. Me despedí de mi madre. Me despedí de mi hermana, quien está de visita. No pude despedirme de mi sobrino, dormía. Tomé un jugo de naranja, vi un titular en el periódico (masacre en una cárcel), salí a la calle, rumbo al Metrobús. Me subí al Metrobús. Observé cómo una mujer apenas y podía sostenerse. Le señalé el lugar donde podría estar más cómoda. Era una mujer de edad avanzada, pequeñita, suéter tejido, pensé que quería llegar a viejo, pienso ahora que eso es lo que León Bloy definía como burgués, un cerdo que quiere morir de viejo, llegué a mi estación, después de leer algunas páginas de Los Living, compré un café, entré a la oficina, pensé en los cambios que han ocurrido en mi vida, que todo parece estar bien, encendí la computadora, recibí algunas noticias, saludé a todos, no en ese orden, trabajé, mandé correos, expliqué cosas, recibí personas, en la oficina, hubo confusiones, hubo aclaraciones, vi a Monclova, que estaba de visita, le di un abrazo, no quiso ser abrazada, Monclova es una perra, la perra de Óscar. Salí a comer. No en ese orden. Albóndigas. Sopa de pasta. Recalentado. Descansé. Leí un rato. La siesta. De vuelta a la oficina. El cielo, soleado. Leí y corregí textos. Gasté bromas. Fui el objeto de bromas. No en ese orden. Platiqué con ella, brevemente. Apenas y me dio tiempo para pensar. Pero pensé, momentáneamente. Pasó el día, llegó la noche, la bicicleta de vuelta al departamento. Llamadas telefónicas, personas que no contestan. Lecturas. Suspiros. Suspiros como de novelas malas. Comezón. Cena. Quesadilla con jamón y mantecadas y un licuado de plátano. No en ese orden. Poca cosa. Buenas cosas. Apenas es lunes. Cumpliré treinta años. Este año.

2 comments:

Imelda Rebeca said...

De pronto, la vida se nos convierte en una rutina, cómoda y no siempre feliz. No sé si es porque me la paso rodeada de niños-sobrinos, es que me empieza a gustar lo nuevo, lo inesperado, lo impredecible. Tal vez no lo merezco, pero me siento bien; sé que no será para siempre, pero lo disfrutaré mientras dure.

Imelda Rebeca said...

En cuanto a la edad...los años no nos dicen nada. Conozco personas que rebasan los 60 y siguen mostrando una inmadurez, unas; otras, una ingenuidad... No creo que debas sentirte viejo, aunque a mí me pasa que veo como todo mundo se va casando, teniendo hijos, etc. Y yo, no salgo este año..Bueno, la verdad es que quisiera levantarte el ánimo, pero yo no sé cómo hacerlo..