Si rentan The Royal Tenembaums y ven la escena en la que Eli Cash bebe con Richie Tenembaum en la sala de su casa, verán una pintura colgada de la pared que es parte de la serie de Escape de Cacavilla, de Miguel Calderón. Una imagen que tengo siempre muy presente cuando pienso en el Ajusco. Hoy regresé al cerro después de no haberlo visitado en al menos dos años. Los negocios de renta de equipo y espacio para jugar gotcha han proliferado, pero en realidad todo se ve tan miserable como antes. Lo curioso del Ajusco es que consigue brindar, todavía, una ilusión de "contacto con la naturaleza", a pesar de la cercanía a la urbe y a su contaminación, a su crecimiento canceroso --y las vistas que uno ve desde el cerro. Dios, son apocalípticas.
Las pinturas de Calderón --intenté subir una pero era demasiado pesada, pueden buscarla en Google-- están inspirada en una noticia que este señor escuchó en la radio, o leyó en el periódico, no recuerdo: trataba sobre una banda de hermanos que violaban a personas, allá, en el Ajusco. Yo he escuchado de violaciones en el Ajusco, sí; he visto, subiendo a los parques donde ando en bicicleta, grupos de forenses estudiando los restos de autos incendiados y a finales de los noventa todavía escuchaba de ciclistas que eran sometidos y amordazados a árboles. A quienes, por supuesto, les robaban sus bicicletas.
Mariana se compró una bicicleta hace poco. Hoy la estrenamos en el Ajusco. Nos acompañó Rodrigo, con quien, sobretodo, recordé las múltiples historias ciclistas y bobas y divertidas y de signos de amistad que hemos acumulado a lo largo de los años. Fue genial, debo decir. A pesar del dolor que ahora siento --específicamente en partes de mis nalgas que nunca ven la luz del día-- sé que regresaré pronto. Oh sí. Vida sana.
3 comments:
Felicidades por abandonar la vida sedentaria, pero no se si tu maestro Jedi (HZ) este tan contento de que disfrutes la vida.
Pero HZ siempre está contento ¿no?
Creo que sólo de martes a jueves en horario estelar.
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