Tuesday, May 29, 2007

King Cole Bar


Para algunos, el King Cole Bar es uno de los más legendarios pero peores bares de hotel que existen en Nueva York (es demasiado pequeño y siempre está abarrotado). El bar se encuentra en el hotel Regis. Es famoso, entre otras cosas, porque ahí fue donde se introdujo el Bloody Mary a América. Joe Dimaggio, acompañado de Marilyn Monroe, Yoko Ono con John Lennon, Dalí y Hemingway, pasaron por ahí. Este último, si hemos de creerle a un personaje de la novela And now you can go, tuvo una relación directa con la manera en que Parrish pintó el mural que le da nombre al bar donde se representa al rey Cole --del cuento de niños (en el que aparece Humptey Dumptey). Hace tiempo el viajero triestino me prestó esta novela (escrita por Vendela Vida, quien, además de ser muy guapa y escribir poca madre, es mujer de Dave Eggers). En la página 167 de la edición que leí, dice:
Inside the hotel, we ask the concierge where we can find the Old King mural. We're directed to the King Cole Bar. We pass a harpist with long golden hair playing ethereal music. Behind the bar we can see the mural --it takes up almost the entire width of the wall.
"He painted that on a dare", Sarah says. "Parrish was boasting that he could paint anything, and Heminghway --I think it was Hemingway-- said, 'I bet you can't paint a fart". We look at the painting: the people closest to King Cole are turning their noses away from him.
Lamentablemente, no pude dar en la red con ninguna imagen lo suficientemente grande en la que este detalle se aprecie del todo bien. Sin embargo, encontré este artículo, de la restauración que se le hizo a inicios de este año.


Desde la década de 1950, el mural, de 1906, no había sido cuidado (entonces la restauración fue revisada por el mismo Parrish). Si fuera a visitar pronto Nueva York, no sé si me sentiría estafado o no al ver el mural restaurado. No vería ya la fina capa marrón de nicotina que oscurecía los rostros, ni las salpicaduras de alcohol de bartenders descuidados, ni las grietas en la pintura, muestra del paso del tiempo. Seguramente no encontraría lugar en el bar ni pediría un Bloody Mary. No sé porqué me llama esto tanto la atención. Mi cabeza funciona así: pienso en Eggers, pienso en Vendela Vida, en David y su gato Frankie, en el Queen Kong de la Condesa (una sinápsis suelta), en Hemingway y los lugares donde la gente se reúne para hidratarse, como gacelas en África.

No comments: