Monday, May 03, 2010

Con la urgencia espiritual de una novela rusa

Es lunes, temprano por la mañana. El sol. Los pájaros. La poca gente en el Metrobús. Aparentemente muchos se tomaron el asueto no oficial. Hay, sin embargo, gente, y a esta gente la ignoro para leer The Moviegoer, de Walker Percy, un libro que debo terminar hoy para poder regresar pronto a su dueño y entonces dedicarme, ahora sí, a Los demonios, de Heimito Von Doderer. A punto de llegar a la estación donde me bajo, leí en The Moviegoer:

"I seem to recall an article about a subway breaking down in New York. The passengers who had their noses buried in newspapers began to talk to each other. They discovered that their fellow passengers were human beings much like themselves and with the same hopes and dreams; people are much the same the world over, even New Yorkers, the article concluded, and given the opportunity will find more to like than to dislike about each other".

El texto seguía pero por un momento dejé el libro para ver al resto de los pasajeros. Uno, frente a mí, llevaba un periódico abierto, en la sección de avisos oportunos. Una muchacha guapa recién se había subido. Un hombre platicaba con un joven -quizá se conocían, no lo sé- sobre lo feas que son las meseras de Hooters. Entonces me di cuenta que ya había llegado a mi estación.

4 comments:

Cary said...

hola, solo pasaba por aqui y me detuve un buen rato con la lectura de tu blog.. jejeje, tienes muchas cosas interesantes (no como mi blog.. jeje un poco basura XD) ah!! y tambien tienes muchas noches de soltero eh!

saludos, gracias por nutrir mi noche

Unknown said...

Tan triste y tan cierto.

Miguel Ángel Ángeles said...

y el destino te la jugó de nuevo... ja... saludos... hace siglos que no pasaba, esto es cada vez mejor...

Guillermo Núñez said...

Saludos a todos, gracias por las visitas y los comentarios, me alegran el día y la vida.