Tuesday, October 12, 2004

Primero


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Primero fue Cholula, cerca de Puebla. Fui con mi gran amigo Julián. Tomamos un camión en la central TAPO, donde, me dijo Julián, era peligroso. Su padre le había advertido sobre tomar el metro o los camiones en esa central demasiado tarde, pues había bandas zucutucu. Dudo que su padre haya dicho precisamente eso, pero entendí lo que quería decir. Tomamos un camión rumbo a Cholula un poco antes de que comenzara a atardecer.
Ambos éramos estudiantes e hicimos el viaje porque estábamos un poco hartos de ser estudiantes. ¿Por qué a Cholula? La razón principal era que ahí vivía su amigo Memo. Su otro amigo Memo. Lo conoce desde que eran chicos, cuando ambos vivían en Mérida. La otra razón era que en Cholula había un buen ambiente, por la universidad Iberoamericana, que tiene sede ahí. O cerca de ahí. Un ambiente, podría decirse, estudiantil. Llegamos de noche, cansados.
Tomamos un taxi y nos perdimos. El taxi nos dejó en un restaurante de pitas. Comimos pitas. Yo me enchilé. Tomamos otro taxi después de habernos contactado con Memo, a quien yo aún no conocía. Antes de verlo nos dirigimos a otro lugar, el bar de unos amigos de Julián. Había mucha gente y era de noche y aún cargábamos con nuestro equipaje. Me apodaron "El valijas".
Había mucha luz y mucha juventud y mucho alcohol. Estábamos felices, estábamos trabajando duro para ser felices, caminando en la noche entre las calles de Cholula, de fiesta en fiesta. (Recapitulando) Anocheció en el camino, llegamos, cenamos, fuimos al bar de los amigos de Julián, conocí a sus amigos, bebimos, me apodaron "El valijas", bebimos más, conocí a su amigo Memo, (y luego), fuimos a otro bar, a una especie de bar, un lugar donde tocaban surf y usaban máscaras de luchadores, regresamos al bar de sus amigos, cenamos más, fuimos a una fiesta donde tocaron más surf, y luego pusieron música electrónica, y donde bebimos más y brincamos más y nos quedamos hasta el final. Alguien, un borracho, me empezó a bailar enfrente mientras se quitaba la camisa. Le parecía sexy. Pero era triste y desesperado.
Al día siguiente: nos despertamos y sentimos la cruda. Despertamos donde dormía Memo. Me bañé con agua fría. Sentí mi dolor. Nos despavilamos. Salimos. Comimos quesadillas, cerca de unas vías del tren. Después caminamos por las vías del tren y el cielo era azul y había maleza. Caminamos hasta llegar a un "Buffete de ejecutivos", que era una pulquería. Probé el pulque y sentí mucho, mucho asco. Después lo probé con refresco Yoli y volví a sentir asco. Después espanté las moscas del vaso y me limpié la baba y volví a sentir asco. En el local había un par de muchachos que usaban chamarras de cuero y uno de ellos tenía una suástica bordada en la parte trasera. También había una niña guapa con una persona que parecía un poeta campesino, ambos platicaban con otra persona que también parecía campesino, pero no poeta. Estuve viéndolos un buen rato, mientras platicaban sobre política y el bajío y agronomía y las costumbres. El poeta campesino salió de la pulquería un momento y cuando regresó, casi de inmediato, se tambaleaba de borracho. Es una de las cosas más extrañas que he visto en mi vida.
En el baño de la pulquería había huellas de lodo o mierda en la pared.
Esa noche seguimos bebiendo y compramos unas películas piratas. Nos acompañaba un amigo de Memo que tenía una extraña y tonta obsesión por la muerte. Mientras comprábamos las películas le pidió a uno de los vendedores que le pusiera una película donde mostraban muertes filmadas por azar. Era muy violenta. Después de un rato cerré los ojos y guardé silencio mientras caminábamos, alejándonos del local, a un lado de un mercado, pensando en qué decir, pensando en la violencia y preguntándome si habría muchas ratas en aquél mercado. Había una montaña de desperdicios del día y se la estaban llevando en un camión de basura.
Llegando al departamento de Memo cenamos y bebimos más y esperamos a que llegara otro amigo de él con su novia y unas amigas. Cuando llegaron vimos a la novia y a las amigas y pensé que nunca conocería el amor y sentí tristeza y también asco porque las niñas eran espantosas. Después me dio risa eso de que "nunca conocería el amor" y después pensé que yo era un poco tonto. Bebí más y más y más y seguramente vomité, en algún momento, pero no lo recuerdo. No dormí esa noche. Vi la película y Julián me golpeó en la cabeza, con su cabeza, y sentí cómo me dolían y se movían mis dientes. Estaba amaneciendo.
Creo que nos fuimos ese mismo día y dormimos en el camión. Unos días más tarde ambos acordamos en que la pasamos bien y que deberíamos repetirlo.

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