Tuesday, February 13, 2007

Actualización obsesa



Tanto The end of the alphabet (de Richardson --no confundir con el poemario de la jamaiquina Rankine, sobretodo porque no lo conocemos) como How we are hungry de Dave Eggers, toman prestado el diseño, fabuloso, bellísimo diseño, de los obsesionantes cuadernos Moleskine. Es fabuloso. No conozco el libro de Richardos, acaba de salir, pero por lo poco que uno llega a enterarse en la red, me entero que es un libro de viaje: la premisa: un hombre, al llegarle la noticia de su próxima muerte --en un mes-- decide emprender un viaje hacia todos esos lugares que no conoce. O a algunos. En el libro de Eggers, que sí conozco, también, apropiadamente, se trata el tema del viaje. Sin embargo, Eggers lo hace al modo de ese otro gran libro de viaje, God lives in St. Petesburg, de Tom Bissell. Es decir, explotando la idea del norteamericano que se enfrenta al resto del mundo --del norteamericano consciente del rol que juega como ciudadano no sólo del Imperio sino del Mundo. Al menos en un par de cuentos, es lo que hace Eggers (a diferencia del de Bissell, cuyo libro está impregnado de esta dialéctica). ¡Grandes lecturas! ¿Nadie quiere regalarme el de Richardson?
Fin de mi post mamón.

7 comments:

El Justo Medio said...

No se hagan. El primero no toma el diseño de los Moleskine, sino de los cigarrillos Camel.

Anonymous said...

esta apretado como una nuez en un cascanueces. aflójese pue'.

Mariana said...

qué onda con tu moleskinemanía?

lafiebredelmono said...

tenemos que encontrarte otro fetiche amigo.

Guillermo Núñez said...

¿Por qué? ¿ahora resulta que hay obsesiones mejores que otras?

Adriana Degetau said...

o sea que todo el chiste del Moleskine está en el resortito?

Guillermo Núñez said...

Pues sí, en la elegancia del resortito. Y en las duras tapas negras. Y en la bolsita interior. Y en el separador.

Digan lo que quieran, no es cualquier cosa.