Thursday, March 22, 2007

La belleza de Annabelle

Mi amigo David González dejó un comentario en la actualización anterior con un link a una página donde se explica que Aaron Sorkin, el guionista de The West Wing, propuso un musical basado en quizá el más famoso de los discos de los Flaming Lips, a saber, Yoshimi battles the Pink Robots. Me pregunto, sólo para crear efecto, si lo mandó porque sabe que soy fan de ese disco en particular o porque también soy fan de The West Wing. Quizá por ambas.
Total que de esto ya me había enterado hace un par de días, por la radio. No sabía, eso no, lo de Sorkin. Y supongo que esto debería emocionarme. Pero también, hace tiempo me enteré de la puesta en escena de una de las novelas de Houellebecq en un teatro español. Me enteré también. Y hace tiempo vi en la televisión la película de Ampliación del campo de batalla, bastante mediocre. Ahora me entero, también, de que ya existe una película sobre Las partículas elementales. Y Dios, no la he visto pero creo que no lo haré. Una de las cosas que más me agradan de ese libro, es la posibilidad encarnada de la más bella de las mujeres, Annabelle. Uno de esos trágicos personajes cuya condena va irremediablemente aunado a su extrema belleza. Uno de esos personajes de los que uno se enamora. Houellebecq habla de Annabelle en los siguientes términos --la cita es larga, pero creo que vale la pena para aclarar lo que quiero decir:
A partir de los trece años, bajo la influencia de la progesterona y del estradiol que secretaban los ovarios, la muchacha empezó a acumular grasa en los senos y las nalgas. En el mejor de los casos, estos órganos adquieren un aspecto lleno, armonioso y redondeado; su contemplación despierta un violento deseo en el hombre. Annabelle tenía un cuerpo muy bonito, como su madre a la misma edad. Pero el rostro de su madre había sido afable, agradable sin más. Nada hacía presagiar la dolorosa impresión de la belleza de Annabelle, y su madre empezó a tener miedo. Sin duda, los grandes ojos azules y la deslumbrante melena de cabello rubio claro venía de su padre, de la rama holandesa de la familia; pero sólo una casualidad morfogenética podía explicar la desgarradora pureza de la cara. Las chicas sin belleza son desgraciadas, porque pierden cualquier posibilidad de que las amen. A decir verdad, nadie se burla de ellas ni las tratan con crueldad; pero parecen transparentes y nadie las mira al pasar. Todo el mundo se siente molesto en su presencia y prefiere ignorarlas. Por el contrario, una belleza extrema, una belleza que sobrepasa por mucho la seductora frescura habitual de las adolescentes, produce un efecto sobrenatural y parece presagiar invariablemente un destino trágico. A los quince años, Annabelle era de esas raras chicas ante las cuales se quedan parados todos los hombres, sin distinción de edad ni condición; de esas chicas cuyo simple paso a lo largo de la calle comercial de una ciudad medianamente importante acelera el ritmo cardíaco de los jóvenes y de los hombres maduros, y hace que los ancianos gruñan de nostalgia. Ella se dio cuenta muy deprisa del silencio que acompañaba cada una de sus apariciones en un café o una clase; pero necesitó años para comprender del todo los motivos.
En la versión cinematográfico, es Franka Potente quien interpreta su parte. ¡Franka Potente!
Oh, no sé si la versión de Sorkin, la puesta en escena de ese disco de los Flaming Lips será una gran cosa o no. La veré, si tengo la oportunidad, pero creo que siempre será mejor escuchar el disco. O escribir así: http://www.mcsweeneys.net/links/song/21TedJillson.html

3 comments:

Anonymous said...

Caray, qué manera de manejar el efecto.

Smooth said...

franka potente!!!! pero si es HORRIBLE!!! oh.. que mundo tan horrible... hey, ese disco es super chingon!!! (espera, puedo decir chingon enfrente tuyo?? bueno, ahora mismo no tienes autoridad sobre mi!! jejejeje) bueno, el chiste es k el cd es buenisimo!!! me laten los discos conceptuales...
saludozzz

Meruti Mellosa said...

Adoro ese disco.