Sunday, March 02, 2008

McCarthy

Earl McGraw mata zombies con hachas
En la televisión, antes de salir a San Miguel Octopan, Geronimo: An American Legend (1993). Recordar a mi padre en el cine, cuando la vió, años atrás. Extrañamente, no recordarse a uno mismo viendo esta película con su padre. Pasa media hora y uno debe irse pero quiere quedarse a verla pues la historia lo envuelve. Entonces finalmente animarse a leer Blood Meridian: Or the Evening Redness in the West de McCarthy. Comienza a leerlo en la carreterea y lee más en San Miguel Octopan, rodeado de polvo y gente que alguna vez anduvo a caballo. Pasa el tiempo. Piensa en Owen Wilson, su personaje en The Royal Tenembaums, Eli Cash: autor, pero no genio, de Old Custer. Toma esto con humor. Qué bueno es Blood Meridian, decide pasados unos cinco capítulos. Julio, su primo, a su vez lee The Road. Y ahora piensa que Matt Damon hizo un buen trabajo en All the pretty horses y piensa también en cómo confundió momentáneamente Geronimo con All the pretty horses porque Damon actúa en ambas, y en ambas hay caballos y hombres de pocas palabras. Querer ser un vaquero, ¿es lo mismo que querer ser un buen hombre, una persona prudente? ¿Son las mismas aspiraciones? Botas y comida, preocupaciones sencillas, rudas. De principios sólidos: estos hombres de bigotes. Curiosamente, atrás en el tiempo, recuerda esa tonta pero casi palpable relación que alguna vez hizo su cerebro, entre zombies y vaqueros, y es curioso porque, ahora que ha regresado a su casa en la ciudad, acaba de ver una película de zombies con su primo, Planet Terror, en la que actúa Josh Brolin, quien también actuó en No country for old men. ¡Y todavía más extraño! ¡Recibir una llamada de Rodrigo en el momento en que Brolin está exhumiendo pus para informarle que acaba de ver No country for old men en el cine y que le encantó! Con todo esto, no poder quitarse de encima la imagen de McCarthy en los Óscares, ese padre anciano -y pensar en la escena de Planet Terror en la que muere el hijo de siete años de una de las protagonistas.

7 comments:

David Miklos said...

Ay, Memo©. Nada se compara con la vida vaquera y nadie es más grande que Cormac McCarthy.

Douglas said...

A mí en cambio Blood meridian me ha parecido una novela colosal desde los primeros dos párrafos:

See the child. He is pale and thin, he wears a thin and ragged linen shirt. He stokes the scullery fire. Outside lie dark turned fields with rags of snow and darker woods beyond that harbor yet a last few wolves. His folk are known for hewers of wood and drawers of water but in truth his father has been a schoolmaster. He lies in drink, he quotes from poets whose names are now lost. The boy crouches by the fire and watches him.

Night of your birth. Thirty-three. The Leonids they were called. God how the stars did fall. I looked for blackness, holes in the heavens. The Dipper stove.


Brutal, es como leer algo fundacional, como el Eclesiastés. Para aprendérselo de memoria(futura).

Voy a seguir meditando.

Guillermo Núñez said...

Doug, debo decir que sí, desde el inicio uno sabe que es una gran cosa. Pero donde me ganó, donde supe que estaba ante McCarthy, fue en su descripción del ataque del murciélago. Todo es genial, pero ese horror, caray, me pudo.

Juan Manuel Escamilla said...

Empiezo a sospechar de los gustos de Rodrigo para el cine. Y de los tuyos.

Douglas said...

Querido Guillermo, la verdad leer esas primeras páginas es algo brutal, hoy me he dado cuenta, nuevamente. Yo todavía no la termino, tuve un fin de semana agotador. Pero comprendí por que a Harold Bloom se le hizo difícil empezar Blood Meridian, por la carnicería, dice él; y es cierto, uno está expuesto a la violencia; cuando uno está expuesto o es víctima de la violencia, uno pierde el control sobre su destino y eso es lo que McCarthy te hace sentir con su estilo en estas páginas, ya no eres dueño de nada de lo que pasa, estad a merced de una tormenta. He recordado Luz de Agost, al igual que Lemus, esa odisea de Christmas hasta llegar a la casa de la viuda, pero sin ser derivativo. En fin, hay que agradecer a quienes han recomendado esta novela con tanto entusiasmo. Hay que obligar a todo el mundo a hacerlo.


En fin, a pesar de no haberla terminado sé que BM es una novela a la que voy a regresar muchas veces, si me logro robar un poco de tiempo.


Un abrazo,

d

Guillermo Núñez said...

Estimado Doug,

comparto el entusiasmo pero creo que no obligaría a la gente a recomendar este libro -mucho menos a leerlo. Es un buen libro pero precisamente por las razones que conoces y comparto, y en esto sigo la opinión de Hornby sobre The Road, no permitiría que alguien me dijera "Tienes que leer este libro". Muchas personas la pasan bien sin esas imágenes en su cabeza. Y bien por ellos.

Douglas said...

Querido Guillermo, Hornby es un caso especial, él ha dicho que, de ahora en adelante, solamente buscará consuelo en el arte, ya que la vida le ha hecho regalos desagradables ( particularmente en su familia ) y respeto eso.

Pero también soy de los que cree que el arte no es para consolarnos solamente. O no a primera vista. En realidad creo que la literatura es como el remedio de la realidad. Y mientras más grave la enfermedad, más potente tiene que ser la medicina.

Yo sí obligaría a leer BM a todos aquellos que juegan con armas de fuego o que creen que la guerra es sólo un juego. Estoy seguro que el horror transformaría algo en ellos. No puedo afrimarlo con total certeza, pero lo sospecho.


De cualquier manera, un abrazo,


D