Venía en el Metrobús leyendo The War of the Worlds. Me detuve en un párrafo para pensar en que quizá sería demasiado decir, hoy, aquí, que el título de la novela de Wells me recordaba al de Windows on the World. Pero es verdad: ambas, en mi cabeza, se leen abreviadas como WoW. Y no es para tanto. Excepto que el día anterior, desde la misma parada del Metrobús -que se ha vuelto así como mi pensadero- vi a lo lejos un vocero de El Universal y en la primera plana vi una mancha negra sobre la que flotaba una mancha roja. No pude distinguir qué era pero me intrigó la imagen. Más tarde, ya en la oficina, vi en Internet que era sobre los incendios en California, que de algún modo imaginaba. En el "Picture of the Week" del Times vi una serie de fotografías de los incendios. En una de ellas un grupo de automóviles se alejaba de una colina en llamas. Parecía una noche más de tráfico, de gente yendo a sus casas después del trabajo, como si fueran capaces de vivir en paz, en armonía, con una montaña que arde a sus espaldas.
Pensé en ello de nuevo por una línea de Wells, que dice: "It seemed indeed as if the whole country in that direction was on fire -a broad hillside set with minute tongues of flame, swaying and writhing with the gusts of the dying storm, and throwing a red reflection upon the cloud scud above". Y más adelante: "And this was the little world in which I had been living securely for years, this fiery chaos!"
Ese pasaje está en el capítulo de War of the Worlds que se titula At the window.
(Incidentalmente, mi edición de The War of the Worlds, de la New York Review of Books, viene con ilustraciones de Edward Gorey; aquí una de ellas:
).
Hoy busqué de nuevo la imagen del tráfico alejándose de la colina, pero no la encontré. Hay muchas otras: bomberos adentrándose en llamaradas, casas en llamas, vistas satelitales... Una de las fotografías me llamó la atención, sin embargo:
Me recordó aquella escena de Cloverfield en la que un caballo solitario cruza la ciudad desierta pero con mayor precisión la escena de Jarhead en la que los soldados, habiéndose adentrado en la noche del desierto sobre el que llueve petróleo ("The earth is bleeding"), iluminados por las columnas de fuego a la distancia, un caballo cubierto en esa espesa negrura se acerca al protagonista, resoplando entre el aceite. También busqué esa imagen (sólo encontré un video y lo iba a poner bajo estas líneas pero viene con una música toda new age y desagradable que me desanimó) y en cambio encontré esta, que sucede momentos antes de que entren en la lluvia de petróleo:
¿Y a qué me recuerda? A la imagen con la que han estado promocianando la exhibición en Barcelona de Ballard, en el CCCB:
Y así se acaba esto.
5 comments:
el jueves pasado me mandaste un mensaje que decía algo como "leo wow en el metrobús". la verdad no sabía a cuál de los dos te referías. me alegra saber que no estaba sola en la confusión :)
Tú lo que estás es quemado, Memo. Ay, Memo©. Tienes alma de bonzo.
Eres un autentico mentiroso.Todo lo que por casualidad te pasa en realidad lo haces encajar con tus lecturas.Y dotas de sentido a la casualidad.Supongo que eso hacen los escritores.Todavia mas los escritores fracasados.
W
Sofía: aquella vez era Beigbeder, vieja anciana. :)
Frutero: ay, frutero.
W: No todo lo que de casualidad me pasa lo hago encajar sino sólo lo que puedo hacer encajar. Fracasar, sí, eso debemos hacer.
Irrito.
Guillermo:Y a pesar de fracasar, ¿que queda?Pienso que intentar rebatir esa posibilidad es una causa perdida.Pienso que fracasar es la unica causa que merece la pena.
W
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