Monday, January 16, 2006

A mis veintitrés

Me siento viejo. Me duermo en el cine. Ryan Phillipe, rebasando la barrera de los treinta, se ve más saludable que yo en la pantalla. Si me pagaran, me digo a mí mismo, conservaría mi cuerpo. Pero lo dudo. Es decir, dudo que alguien quisiera pagarme para hacerlo. Cuando no puedo evitar hacer esfuerzos físicos, el tipo de esfuerzo que me hace sudar y acelararme el corazón, me siento adolorido por varios días. Pero existe un cierto placer al observar el constante e inevitable crecimiento de mi barriga. Creo que seré un viejito muy feliz, cuando finalmente mi cuerpo comience a pudrirse por dentro. Sólo espero conservar la vista.

2 comments:

Anonymous said...

El placer de sentirse un poco adolorido por un par de días es mayor --y preferible-- que el de ver crecer la barriga...

Adriana Degetau said...

uy, y cuando empiezas a sentir partes de tu cuerpo que no sabías que existían.