No somos sólo la caricatura que nos representamos a nosotros mismos, sino también la que los demás crean de nosotros, decía, más o menos, Sándor Márai, en uno de sus textos autobiográficos. Hace días uno de esos muchachos de sangre caliente a quienes debo tolerar semanalmente en la preparatoria que me paga por decir cosas, me hizo este retrato. Lo hizo como en diez segundos, lo cual no deja de impresionarme. Es una buena persona, esta persona que hizo el dibujo, así que no le importó que me apropiara del retrato. Me impresiona el parecido. Así que gracias Santiago.
También: lo hizo en una hoja de cuaderno --que no era suyo, tal vez por eso no le importó arrancarlo-- y me lo dio con todo y las rebabas esas que dejan las hojas de cuadernos de espiral. No se ve aquí porque lo edité un poco con el scanner. Pero la hoja, con rebaba y todo, me recuerda mucho a los recaditos que se trafican tan a menudo en secundarias, primarias y preparatorias --y a veces, supongo, en universidad. Hay un libro que se titula Dear new girl or whatever your name is en el que se recopilan varias de las notas confiscadas durante tres años en una secundaria de Los Angeles, gracias a la inicialmente acción disciplinaria y después obsesión de una maestra sustituta, Trinie Dalton. Las mejores notas se mandaron a varios artistas plásticos (entre ellos, ejem, Marcel Dzama) para que las ilustraran y reinterpretaran.
Obviamente, el libro lo publicó McSweeneys.
4 comments:
Bien bien. Entonces estás sugiriendo que hagamos dibujos con notitas para que te sientas MÁS querido?
Sí. Obvio. Lo necesito.
de acuerdo, imprimire la imagen y la colgare todos los miercoles en el tablero de avisos del salon, asi se sentira querido mientras escucha a Zagal hablando de protestantismo... ah... yo necesito eso...
te pareces a Donnie Darko
traje? qué aburrido
salu2
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