Monday, October 16, 2006

La vida es dolorosa y decepcionante


¿Qué necesita uno para detestar la vida aún cuando se está paseando agradablemente por la costa californiana? ¿Qué tipo de hombre se necesita ser para que los demás siempre estén pendientes del momento en que, seguramente, romperemos en llanto o comenzaremos a despotricar contra las religiones más estúpidas, las religiones monoteístas, contra la igualdad más democrática, contra la manera en que está organizada el mundo? Se necesita ser Michel Houellebecq. Se necesita ser este hombre de cuarenta y tantos años, con implantes rojizos en la frente, para poder realmente apreciar en todo su esplendor y tedio a la pornografía. Se necesita ser este francés con puntas amarillas para comprender que el gran atributo de Lovecraft es su materialismo, su racismo, su carencia de virtudes literarias. Se necesita, en fin, ser un hombre moral para ver que uno escribe sólo en la medida que detesta la vida.
¿Humor? El humor, como lo es el amor a la justicia, sólo es un paliativo. El humor, en nuestra transacción corriente, sólo es una muestra más de que el motor de nuestras vidas es el odio y el sarcasmo. O como escribe uno de sus comentadores norteamericanos, Sam Lipsyte, "Someday there might exist a race of happy clones who will have no use for bumper stickers or the jokey pessimism they declaim". Tal vez. Algún día. Mientras, el escándalo.

4 comments:

Mariana said...

el humor es el mejor paliativo para todo. guácala ser julebec o "güelbec", como dices, ja.

Tormentas said...

yo creo que esto tiene que ver con página uno de librerías gandhi pero todavía no sé bien por qué

Tormentas said...

yo creo que esto tiene que ver con página uno de librerías gandhi pero todavía no sé bien por qué

Guillermo Núñez said...

Estás obsesionado. Te encantan esas historias de desencanto con un aire de David y Goliat, ¿verdad?