Estaba leyendo una cosa en el blog de Iván Thays, una nota sobre Charles Bock, cuya novela Beautiful Children fue recién publicada por Random House. Debo decir que rara vez leo las notas completas, en el blog de Thays, lo leo como se lee un periódico. Y no tengo, en realidad, nada que decir sobre Bock -no sé quién es, ni he leído la entrevista que, dice Thays, salió en el New York Times y ciertamente, no he leído la novela- pero sí quiero decir algo sobre la nota de Ezequiel Martínez a la que remite Thays. Y quizá ni siquiera a la nota en sí, como un todo, sino a una frase. Una de esas frases que resuenan y resuenan, a pesar de que uno sólo pasó el ojo por encima. Escribe Martínez: "A. M. Homes, la chica mala de la nueva literatura estadounidense, lo calificó como 'casi un genio'".
Sólo he leído una cosa de Homes. Pero en realidad esto tampoco se trata de Homes, ni sobre su opinión de Bock. Lo que trato de decir es: me cansa cuando se leen cosas como "la chica mala". O cuando se escribe: "la nueva literatura estadounidense". ¿Qué necesita ser uno para convertirse en una chica o un chico malo? Ser joven, supongo. Y, supongo también, esto significa que Homes está a punto de dejar de ser una "chica mala" --ya anda en sus cuarentas y a pesar de las luces y los trucos, esas fotos que salen en las portadas de sus libros, donde se ve guapa e intensa, no me engañan (he visto otras fotos, ya está acabadona). Pero no. Demos un paso atrás. Esto tampoco tiene que ver con la edad. Uno puede comportarse como un brat toda su vida. Usar ropa ridícula, gritar en conferencias. Ser insolente, decir barbaridades para escandalizar. Así que probablemente tenga que ver con su actitud, pero, ¿juzgada por quién? ¿Por personas solemnes? ¿Quiénes son solemnes, hoy? Decididamente solemnes, pues. Que un día se levantaron y dijeron: "seré solemne". ¿O es ante quienes no saben que son solemnes pero actúan solemnemente? Pero, fuera ante quien fuera, ¿cuándo ha dicho Holmes algo bárbaro? Nunca la he visto quemar banderas o escupirle a libros. Y escribe, debo decir, con mucha cordura, buena puntuación. ¿O quiere decir Martínez, con "chica mala", algo así como la punta de la lanza? ¿Es eso? Y si es así, ¿se trata de la punta de la lanza que representa la "nueva" literatura norteamericana? No lo entiendo.
En general me molesta cómo se cuelan ideas progresistas, o de farándula, en estas cosas. Me molesta el imperio de lo efímero. Cansa. No es grave, supongo. Pero hay días como hoy, en los que el teclado no funciona del todo bien porque accidentalmente derramé agua sobre él, en los que la garganta duele y uno está sin trabajo, días, en fin, en los que las opiniones que guardamos deciden salir a la superficie y cualquier pendejadita nos obliga a decir cualquier pendejadita. Intensear hasta de las pelusas, dice Alejandro Vázquez. Mañana, despotricaré sobre mis zapatos.
2 comments:
las habilidades retóricas de alejandro vázquez serán de gran utilidad en el tercer reich
Genial, eso de levantarse y decir: "seré solemne". Genial.
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