Regreso de la casa de campo donde no vi el campo, la pasé encerrado leyendo. Los Miserables y un libro de José Ingenieros, El hombre mediocre. Escribí un poco en mi cuaderno y escuché un par de discos de Cat Power, obsesivamente. A veces veía por la ventana, gente pasaba en bicicletas por el empedrado, una pareja de ancianos se acompañaba en una caminata, bastones en la mano. La cabeza me dolió en algún momento y comí boquerones, aunque estos hechos no están relacionados. Comí otras cosas, también. El sol resplandecía, sábado y domingo. Cuando, por la noche del sábado, salí al jardín para cerrar la bomba de agua que irriga el césped vi por un claro que se hace entre los pinos las estrellas. Es difícil compartir las veces que uno se permite ver las estrellas y reflexiona, como si fuéramos importantes. Pensé en un pasaje de 2666. Escuchar la noche, sentir el frío. Llevaba una lámpara de mano conmigo e iluminaba las copas de árboles, aquí sí, aquí no, como si estuviera buscando algo. Regresé a casa y seguí un rato más a Jean Valjean. Luego, a dormir. Luego, el domigo. Ahora, la ciudad. Después sigo.
Sunday, February 17, 2008
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6 comments:
Supongo que no estás leyendo "Los miserables" sino "Les misérables"..., ¿no?
Nope. Los Miserables, edición De Bolsillo, traducción de Nemesio Fernández-Cuesta. Yo no le sé al francés. No se lo manejo.
Ay, Memo(c), nosotros también fuimos al campo, a Jalmolonga. Nos recibieron las estrellas, la noche, el sutil frío. Al día siguiente, la luz, el calor de la estrella que nos da vida y sentido. Un jardín enorme, como para volverse el mejor discípulo de Jünger. O un simple jardinero. Plantar árboles frutales, darle de comer a las codornices. Comer. Vivir. Leí un buen tramo de No Country for Old Men, de McCarthy: grandiosa. Es, sin más y lo repito, un real clásico. Su profundo humanismo (esto te gustó, ¿verdad?). Así las cosas.
David:
Una de las noches cuando estaba leyendo No Country for Old Men, solo, en la sala, mientras mi mujer e hijo dormían en la habitación, me dio tanto terror de Chigurgh, que de verdad pueda existir alguien así, que revisé todas las puertas, ventanas, puse la alarma, cerré la puerta con seguro y me acosté. Pasó un buen rato hasta que los latidos del corazón se hicieron más leves y pude dormir.
Saludos.
yo fui a Garibaldi, al San Remo y al Jacalito.
Yo estuve en cama... enfermo... vi Juno, además de otras seis o siete pelis, leí a Von Le Fort y dormí como no hacía en años.
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