Leo en Milpalabras de Martín Schifino dos bonitas citas sobre el modo en que somos unos perezosos:
V. S. Pritchett: “Cuantas menos novelas y obras de teatro uno escriba –por culpa de otros intereses parasitarios– menor será la habilidad de escribir […] La ley que gobierna las artes es que deben ser practicadas hasta el exceso”.
John Updike: “Se me acusa de escribir demasiado pero si uno se toma el oficio de escribir con seriedad e intenta realizarlo como una actividad ordenada, en vez de dedicar su energía a buscar la buena vida y la felicidad y las drogas y la bebida y la celebridad, uno escribe una cantidad alarmante durante una vida. Somos obreros de la escritura.”
El texto de Schifino, acá, en el número actual de Otra parte.
V. S. Pritchett: “Cuantas menos novelas y obras de teatro uno escriba –por culpa de otros intereses parasitarios– menor será la habilidad de escribir […] La ley que gobierna las artes es que deben ser practicadas hasta el exceso”.
John Updike: “Se me acusa de escribir demasiado pero si uno se toma el oficio de escribir con seriedad e intenta realizarlo como una actividad ordenada, en vez de dedicar su energía a buscar la buena vida y la felicidad y las drogas y la bebida y la celebridad, uno escribe una cantidad alarmante durante una vida. Somos obreros de la escritura.”
El texto de Schifino, acá, en el número actual de Otra parte.
1 comment:
Cuánta razón hay en esas palabras. Por eso le perdono a los grandes escritores malos libros en su vejez. Mejor aprender a escribir que aprender cómo pararse.
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