Además del Sontag que mencioné en la entrada anterior, ayer me llegó el segundo y el tercer volumen de Tu Rostro Mañana de Javier Marías (pero no el primero, no lo tenían), Después de la cita y otros cuentos de Juan García Ponce y Narrativa Completa de Arreola. Más tarde, el trabajo atrás y después de cenar, pasé a Conejo Blanco y conseguí la correspondencia entre Thomas Mann y Adorno que sacó el FCE. Leí en la contraportada que empezaron a escribirse cuando Mann iba a medio camino de su Doctor Faustus, que conseguí este año en dos bonitos volúmenes. Estuve bobeando poco tiempo en Conejo Blanco. Vi revistas. Vi un libro con obra de Alexander Vvedensky, estuve a punto de comprarlo porque recordaba que Amy Fusselman lo mencionaba en su The Pharmacist's Mate, pero estaba muy caro. Me fui a casa a leer un poco de Santa de Gamboa. Vi televisión. Después, justo antes de dormir, avancé un poco más en All the Pretty Horses de McCarthy. Mañana sábado planeo ordenar mis libros, sacar algunos, meter otros, acumular polvo.
Anoche copié lo siguiente de All the Pretty Hoses en mi cuaderno, un jinete sobre un semental:
"Soy yo que traigo las yeguas de las montañas, las yeguas jóvenes, las yeguas salvajes y ardientes. While inside the vaulting of the ribs between his knees the darkly meated heart pumped of who's will and the blood pulsed and the bowels shifted in the massive blue convolutions of who's will and the stout thighbones and knee and cannon and the tendons like flaxen hawsers that drew and flexed and drew and flexed at their articulations and of who's will all sheated and muffled in the flesh and the hooves that stove wells in the morning groundmist and the head turning side to side and the great slavering keyboard of his teeth and the hot globes of his eyes where the world burned".
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