En el The Believer de febrero de este año se publicó una entrevista con Peter Singer, filósofo (en la portada, el de la esquina inferior izquierda). Los argumentos utilizados por Singer para demostrar que no era moralmente justificable que la gente siguiera yendo al teatro mientras hubieran personas muriendo de hambre a menudo me resultaron --cuando la leí hace unos meses-- extremos.
Lo peor es que los argumentos que se me ocurren y que podrían ir en contra, al menos hasta ahora, sólo son de un carácter de sentido común. Como si este señor, Singer, fuera un necio. Un extremista, un hombre que dice amar a todos, un vegetariano (en algún momento de la entrevista se quejaba de que las personas educadas seguían comiendo carne de vaca). Un utilitarista. Pero me encantaría sospechar que hay algo más en sus afirmaciones, que la duda se comenzara a sembrar dentro de mí; que, en efecto, algo de sus palabras me convencieran para dejar de comprar libros caros --como los de la editorial Siruela o como de McSweeneys-- e irme a alimentar a niños desnutridos.
Recuerdo que leí la entrevista en Portugal. Estaba en la habitación del hostal que daba a una bella plaza. "Soy un consumista", pensé. "Esta revista que compré, donde leo las opiniones de Singer, este Believer, me costó ocho dólares. Si todo mundo diera ocho dólares de su salario, probablemente el mundo sería mejor", pensé, "pero si no se entera de que debe dar ocho dólares de su salario, no podrá darlos jamás. Pero no. Esto es un argumento de sentido común; debe haber otra cosa que se me escapa, algo de orden económico, tal vez; algo de lucha de clases o no sé, tal vez debería releer a Hegel".
Yo no sé cuál es la justificación para que exista el arte. Ignoro por qué Virgilio decidió no quemar su Eneida, aunque hubiera más de un argumento a favor. También ignoro por qué prefiero escribir en cuadernos de doce euros en lugar de utilizar los Scribe que se venden en Office Max a veinte o menos pesos. En ocasiones me niego a darle dinero a los mendigos sólo porque sí. Porque es mi dinero. Y para que esto me dañe moralmente, para que esto me haga sentir realmente mal, debo hacer un esfuerzo. Antes de que pudiera hacer algo al respecto, la manera en que ha sido organizado el mundo me ha conquistado. Ah, dulce, reconfortante apatía.
4 comments:
Memo hace algunos días me estuve cuestionando que pensaría de tí tus alumnos si conocieran tu blog ¿les parecerías más interesante?
El dinero no se come,eso es lo unico cierto. Nada es necesario, ni siquiera el teatro. Aunque la cultura sea el alemimento del pueblo. Lo realmetne importante es hacer el esfuerzo, el esfuerzo activo. Demasiada corrupcion para ofrecer monedas que no sabes donde van. Hay que hacer, desde cerca hasta lejos. Y con la cultura tambien se hace, pero a mi como artista si me dijeran que debo ir a Senegal a poner vacunas a ninyos con Sida iría y dejaría mi arte para otro momento.
Percibo una evasión al cuestionamiento (jaja)
Percibo una evasión al cuestionamiento (jaja)
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