Iba a escribir una actualización enternecedora, de mis tiempos en la universidad. Comencé a hacerlo pero la borré. Seré directo. Una vez, Julián Zárate y yo le dijimos a Víctor que se parecía a Vila-Matas. Se lo dijimos un poco en broma, a sabiendas de que entonces --y quizá aún-- Víctor adoraba a Vila-Matas. Pensamos que le gustaría saber, aunque fuera en broma, que pensábamos que se parecía a Vila-Matas. No sé si ya conté o no esta anécdota. Misma que, en mi cabeza, es muy cercana a la de nuestra amiga María Tinajero; por varias razones. Ninguna de las cuales, extrañamente, puedo decir ahora.
Víctor, siendo Víctor, corrió cuando tuvo la oportunidad para decirle a Vila-Matas que unos amigos suyos pensaban que se parecían. No se imagine más la cara que puso el catalán, véalo usted mismo.
(Víctor Isolino es el de la lengua de fuera, el de la derecha; Vila-Matas es el de cara de que ya se quiere ir).
5 comments:
Jajaja
jajajajjajajajaja
más bien se parecece a Tongoy en mexicano.
saludos, guillermo.
Franco.
¡Saludos Franco!
Ahora que lo veo de nuevo advierto que el sosias reside, ante todo, en el gesto de la boca, jaja otra vez...
Cuando vi la foto de Vila-Matas me pareció, por lo borroso, un sosis de nuestro querido profesor José Hernández
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