Saturday, September 27, 2008

Permítanme entretenerlos

Hay un momento en que, como saben, la madre de familia retratada en Funny Games pregunta por qué no los matan y ya, por qué se andan con tanto rodeo. Y el psicópata, uno de los psicópatas, responde que uno no debería olvidar la importancia del entretenimiento. Y yo también me he colocado en esa situación de tener que contestar que tal producto cultural o tal cosa ante la cual me detuve más de un minuto para dejarme someter me resultaba "entretenida", puerta de salida para cualquier ironía. No, no ironía: escape para cualquier obligación a defender mi postura. No me parecía, quiero decir, gran cosa. No me resultaba, asumo, una gran obra de belleza o de reflejo de la condición humana. También para mí lo entretenido es un pase de salida, una carta comodín. Un concepto tan maleable como etéreo. El rap de Memo Ríos sobre la muerte de Pedro Infante me resulta gracioso, entretenido.
Pero, ¿detesto el entretenimiento? No me considero lo suficientemente serio como para que sea así. De hecho a menudo pido a gritos entretenerme, cosa que no pueden hacer algunas grandes obras de la literatura. A veces abro a Virginia Woolf y me da hueva. Veo que pasan el Padrino y deseo adelantarle a las partes que me gustan, pero es la televisión y no puedo. Prendo y apago la radio, embotado. Lo cual seguramente habla algo en concreto sobre mis gustos: que tengo varios y son inconstantes. Pero, ¿es terrible lo que dice esto? Lo que detesto es poder decir que, digamos, Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal me parece "una película entretenida" y con ello significar a la vez que me pareció genial y a la vez que es una opinión que no defendería a muerte. En parte porque sé que eso de andar defendiendo opiniones es como andar defendiendo colores y en parte porque el significante "entretenimiento" ya da para cualquier lado. Todo esto a raíz de la defensa del entretenimiento de Chabon, en la introducción de su Maps and Legends. Donde se hace ver que lo entretenido se reduce, en suma, a lo placentero. De ahí que en realidad cualquier cosa pueda resultarnos tan entretenida como algo que finalmente ha estragado nuestro gusto. Ah, esa pequeñeces que nos gustaría que fueran infinitas.
Le recuerdo que escribí esto para hacer tiempo. Pero ya luego escribo más, no se apuren.

2 comments:

Ana Echeverri said...

El tema de la supuesta posmodernidad, de Greenberg, de Danto... ¿Cómo diferenciar cultura de entretenimiento? ¿es necesaria una postura? ¿cuál es la diferencia entre kitsch y cultura popular? :)

Guillermo Núñez said...

Ana, saludos. La verdad es que no sé cómo diferenciar cultura de entretenimiento o si deba hacerse o si al hacerlo se deba tener una postura para ello. Y lo otro... No sé, tampoco. Supongo, se me ocurre, que los Simpsons son cultura popular pero no son kitsch, pero no sabría por qué o si es verdad. Quebraderos de cabeza, caray. Son entretenidos. Espero estés bien.