Estábamos sentados en la sala de televisión, mi padre y yo, él leyendo el periódico y yo un libro de Quim Monzó cuando mi padre se empezó a reír. Hasta aquí, todo bien. Las cosas raras empiezan cuando explico que lo que mi padre leía -como, extrañamente, acostumbra ahora- los obituarios. "Querido diario", dije en voz alta, "hoy mi padre estaba leyendo los obituarios cuando empezó a reírse". Explicativo, mi padre me dice: "Mira, lee". Alguien había mandado hacer una esquela en la que lamentaban "la profunda muerte" de un Fulanito.
Profunda muerte, caray.
Profunda muerte, caray.
6 comments:
Eso se llama un buen, reposado sentido del humor. Ay, Plácido©.
3 metros bajo tierra... bien profundo.
en su sillón favorito, periódico en mano, reía plácido
Se habrá muerto cayendo a un pozo?
hola, memo. saludos a tu papá.
Seguro era un buzo.
Es que de veras que luego hay cada muerte superficial que qué barbaridad...
Saludos
P.
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