Thursday, May 18, 2006

Dormir en los laureles de Beckett.

No se conecta. La maldita cosa no se conecta. Decide no conectarse, la maldita cosa. Es una maldita cosa, decido, porque no se conecta. Como observo que la maldita cosa decide no conectarse, advierto que le comienzo a atribuir algunas cualidades que evidentemente no posee. Las cualidades que evidentemente no puede poseer la maldita cosa, es la capacidad de decidir cosas, entre ellas, conectarse. La maldita cosa es una computadora que no decide, sólo ejecuta. Uno espera que ejecute. Entre las acciones que debería ejecutar la maldita cosa está la de conectarse, no como uno se conecta a otras personas, no, al menos no de manera idéntica, sino análoga; lo que queremos que ejecute la maldita cosa, bajo nuestro mandato, es una conexión a internet. Pero la maldita cosa parece decidir no conectarse, como si estuviera malhumorada. Finalmente se conecta. Finalmente puedo dejar de escribir. Finalmente puedo subir algo al blog. Me estoy durmiendo en mis laureles.

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