Alegría para los alegres: hoy recibí el nuevo número del McSweeney's Quarterly Concern que viene en una caja para habanos y que cuando se agita suena a como si un montón de piezas sueltas se movieran en su interior. Esto es verdad. También es verdad que no he leído completa ninguna de las revistas que me llegaron con anterioridad, desde el número 17, me parece. Lo cual es difícil de comprender y triste a la vez. El tiempo se escapa o simplemente comienzo a perder interés. De cualquier forma, a esta grata alegría de recibir un nuevo paquete en el correo --cosa que debería alegrar a cualquiera, a menos que seas un inspector de sanidad o Kafka-- también recibí malestares estomacales. No todo es bueno en mi vida.
Monday, May 15, 2006
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