En algún lugar Enrique Vila-Matas hablaba de los topos literarios. No se necesita demasiada cabeza, por otro lado, para percatarse de que los túneles y lo subterráneo algo tiene que ver con lo oculto y lo inconciente. Así que bien. No hablaremos de eso. Mejor, escribiremos sobre Wisconsin y la primera mitad de la década de los noventas, cuando uno, yo, se encontraba en un campamento de verano en el que algunos chicos cazaban y mataban topos. El proceso era sencillo. Calentaban agua, luego vertían el agua ardiendo en una de las entradas de la madriguera, esperaban en la salida del otro lado de la madriguera, atrapaban al pobre topo, lo tomaban, lo aventaban al aire, esperaban a que aterrizara y se rompiera el cuello y eso era más o menos todo.
Tuesday, May 30, 2006
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
No comments:
Post a Comment