Thursday, June 04, 2009

Más sobre la acción y la narración

Tengo algunos callados problemas con las lecturas exclusivamente formales de obras literarias y ese curioso modo en que decir "decimonónico" se ha vuelto prácticamente un adjetivo negativo y descalificador en la crítica literaria. Curiosamente, esta idea me viene del modo en que hablando sobre ciertos críticos de cine -especialmente los norteamericanos- se comentaba en la oficina el desdén por las lecturas "morales" de las películas. Creo que hablábamos específicamente de A. O. Scott. Yo, en realidad, difícilmente sé hacer una lectura distinta. También: si se asume que en una lectura formal también se da una moral aunque supuesta, ¿cuál es finalmente la diferencia? ¿La sospecha? Mi interés en la narración, especialmente en la ficción, fue primero moral, práctico. Llegué la literatura por preocupaciones éticas. A saber: si para ser prudente uno necesita de experiencia pero no se puede llegar a tener la suficiente en la juventud, la lectura ofrece una especie de atajo. Es una idea bastante vieja, pero creo aún válida. Después vino el placer, estético e intelectual. O junto, necesario para apreciar las experiencias que uno obtiene o comprende o disfruta en las lecturas, para bien y mal. Me puse a pensar en esto por el siguiente fragmento de Por la parte de Swann, me sorprende que vuelva a esto:

"El hallazgo del novelista consiste en que se le ocurrió sustituir esas partes impenetrables para el alma por una cantidad igual de partes inmateriales, es decir partes que nuestra alma puede asimilar. ¿Qué importa entonces que las acciones, las emociones de esos individuos de un género nuevo nos parezcan verdaderas, desde el momento en las que las hemos hechos nuestras, si es en nosotros donde se producen, si tienen bajo su dependencia, mientras volvemos febrilmente las páginas del libro, la rapidez de nuestra respiración y la intensidad de nuestra mirada? Y una vez que el novelista nos ha puesto en ese estado en el que, como en todos los estados puramente interiores, toda emoción se decuplica, en el que su libro ha de turbarnos como lo haría un sueño, pero un sueño más nítido que los que tenemos dormidos y destinado a durar más en el recuerdo, resulta entonces que desencadena en nosotros durante una hora todas las dichas y todas las desgracias posibles, que en la vida tardaríamos muchos años en conocer parcialmente; y las más intensas nunca nos sería reveladas porque la lentitud con que se producen nos impide su percepción; (así cambia nuestro corazón en la vida, y el peor dolor es ése; pero sólo lo conocemos en la lecutra, en imaginación: en realidad cambia, igual que se proudcen ciertos fenómenos de la naturlaeza, con lentitud bastante para que, aunque podamos advertir sucesivamente cada uno de sus diferentes estados, se nos evite a modo de compensación la sensación misma del cambio)."

4 comments:

Ochoa said...

la moral sometida a las sensaciones

Emilio said...

Hola, felicidades por tu blog. Siempre lo leo pero nunca había comentado nada; me convencieron la cita de bellow de hace unas semanas y ahora las referencias a proust (tal vez mis dos escritores favoritos, junto con bernhard). Felicidades también por el último número de la tempestad, espectacular. Un saludo!

Douglas said...

Terminaste la Montaña Mágica? Y ya vas por otro novelón Memo, que envidia.

Guillermo Núñez said...

Gracias Emilio, saludos.
Doug: terminé la Montaña Mágica.