Monday, June 08, 2009

Proust en Foster Wallace

En su ensayo Derivative Sport in Tornado Alley -que versa sobre lo contingente, el estoicismo y lo absolutamente impredecible; o bien, sobre la prudencia- Foster Wallace habla un rato sobre cómo su mayor talento en el tenis (desprovisto de aptitudes físicas por encima de la media, lo llamaban "Slug"), había sido la capacidad de poner las condiciones atmosféricas, especialmente el viento (aunque también la humedad y la luz), a su ventaja, aún cuando esto significaba simplemente ceder ante el mismo: "to say that I did not use verve or imagination was untrue. Acceptance is its own verve, and it takes imagination for a player to like wind, and I liked wind; or rather, I at least felt the wind had some basic right to be there..."

Bien, pues esta capacidad haría del joven Foster Wallace un cotendiente impresionante -al menos en los circuitos del plano estado de Illinois, barrido constantemente por grandes e imparables ráfagas de viento (Tornado Alley, a saber)- cuya gran ventaja residía, repito, en los cálculos que le permitían colocar la pelota en los espacios de confort para alguien que conocía, casi como una segunda naturaleza, el modo en que se comportaría la pelota con el aire, esperando a que el oponente cometiera un error. Esto llevó a Foster Wallace, según cuenta, a varios torneos en todo el estado, y nos lleva a nosotros, lectores iniciales de Proust, a las curiosas simetrías que nos interesan:

Over the next four summers I got to see way more of the state than is normal or healthy, albeit most of this seeing was a blur of travel and crops, looking between nod-outs at sunrises abrupt and terribly candent over the crease between fields and sky (plus you could see any town you were aimed at the very moment it came around the earth's curve, and the only part of Proust that really moved me in college was the early description of the kid's geometric relation to the distant church spire at Combray), riding in station wagons' backseats through Saturday dawns and Sunday sunsets.

3 comments:

Ochoa said...

nosotros, lectores de Proust

dm said...

This is a magdalene, this is a magdalene...

r.h.g. said...

lo que más recuerdo de ese ensayo es el comentario sobre el vértigo que experimenta la gente de terreno rugoso al salir a experimentar lugares tan cuadricularmente planos...