En ocasiones veo esto, mi bitácora electrónica que lleva el nombre Cetrería, y pienso, Dios mío, ¿qué estoy haciendo? ¿Por qué estoy haciendo esto, carajo?, me pregunto. No tengo respuestas para estas preguntas. Sólo un gesto bovino y que parece eterno, lo sufro por las noches, ante el parpadeante, indiferente monitor. Pongo un cara de pasmo intrigoso que parece de piedra.
Nada. Tranquilo. Se te va a pasar, me digo. No pasa nada. Tú tranquilo. Escribe sobre esto, sobre cómo te sientes, así se te va a pasar. Esta especie de dolor indefinible, no es nada, es algo que a veces te asalta y que no debes cuestionar demasiado. Muéstralo. Esta es la virtud de tu siglo: la transparencia. Haz de esta virtud tu sino. No pasará a mayores, tú tranquilo, me digo.
Bien, eso es sufiente. La descarga diaria de palabras basta para una jornada más. Al día siguiente todo es alegría y felicidad. No habrá mucho humor pero habrá algo de paz y descanso. Me encantaría decir algo gracioso, algo que no hiciera pensar a la gente ni preguntarse por su bienestar o el mío. Cualquier cosa. Algo de actualidad, en boca de todos. No se me ocurre nada. Mañana diré algo, seguro.
3 comments:
ay memo.
te acuerdas de un perro azul llamado bóforo?
estaba pesnando ponerle letra a la quinta sinfonía pensando en bóforo, el conocido principio iría así...
booo foro booooooo
fooo boro foooooo
bo bo bo fo ro ro ro ro bo fo fo roooo...
no, la verdad es que me gustó el post, pero necesitaba sacar esto de mi sistema
la quinta sinfonía de beethoven quise decir, perdón por la vulgar omisión
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