Este libro enorme que me consume pero en el que me escondo. Es agradable visitar un universo una y otra vez, por unos días, avanzando poco a poco. A la vez, no tanto, pues leo Las Benévolas y comienzo a soñar con decapitaciones. Y supongo que son pesadillas pero no sufrí cuando soñé con esto, lo cual quizá deba preocuparme un poco. ¿Pero para qué preocuparme cuando puedo reír? Más, de Littell:
"Mire, desde mi punto de vista hay tres comportamientos posibles ante esta vida absurda. Primero, el de las masas, hoi polloi, que, sencillamente, se niegan a ver que la vida es una guasa. No se burlan de ella, sino que trabajan, acopian, mastican, defecan, fornican, se reproducen, envejecen y mueren como bueyes uncidos al arado, de la misma forma necia en que vivieron. Así es la inmensa mayoría. Luego están los que son como yo, que saben que la vida es una guasa y tienen valor para burlarse de ella, igual que los taoístas y que ese judío suyo. Y, luego, están, y si mi diagnóstico es correcto, ése es el caso de usted, los que saben que la vida es una guasa, pero sufren".
Ah, sufrir sin amargura. ¿Como en el limbo, en el vientre de nuestras madres, acaso?
3 comments:
Hola Memo. Oyes, pus es que has de cuenta que a mí me gustó todo lo que viene siendo lo que escribiste en tu post. Así que quisiera ver si fuera posible que tú me dijeras un poco más acerca de eso. Así tipo quién es ese autor y de qué va el libro y así.
Pues sigue siendo Littell, su novela Las Benévolas.
Saludos Dieguini.
Pues creo bastante en esta última categoría, sufrir ante la broma.
Sufrir es la forma de estar activo sin hacer cosa alguna. Como la risa.
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