Thursday, August 30, 2007

Nudos Windsor

Permítame decirle que no es usted la persona más indicada
para emitir juicios de tal gravedad.
Los restos del día, Ishiguro.
Recuerdo la lectura de un capítulo de Los principios del arte de Colingwood por una línea que se encontraba en él se me quedó grabada. Incluso puedo decir dónde me encontraba, cuando la leí. Colingwood, ese marginal dentro de los conservadores, criticaba la falta de humor en algunos de sus compatriotas --eran los treintas, en Oxford. Se me hizo raro que llamara a cuento esto, en un libro de teoría estética. Hay otra frase, que también me llamó la atención, donde dice algo así como que los académicos se dedican a adornar sus cabezas con el cuero cabelludo de sus víctimas. Y entonces pensé, recuerdo, en las últimas líneas de Los restos del día, de Ishiguro, cuando el mayordomo comienza a sospechar que el humor, quizá, después de todo, no sea "un pasatiempo tan estúpido, especialmente si resulta cierto que el gastar bromas es la clave del calor humano".
Calor humano, esas palabras. En fin. Algún día hablaré de esas palabras. Pero no ahora. Ahora recordaré lo que decía una profesora sobre Colingwood y sus contemporáneos, otra cosa, pues, que no tenía que ver tanto con teorías estéticas. Hablaba sobre los Windsor, quienes no siempre fueron los Windsor sino, creo, los Hannover. Y parecía que estaba hablando sobre Los restos del día pero estaba hablando de algo real y que sucedió, algo objetivamente histórico, por decirlo así, cuando algunas de las más grandes y antiguas familias inglesas veían como perfectos caballeros a sus contemporáneos del nacional socialismo. Era antes de la guerra. Los treintas. "Pero se veía venir", dijo mi profesora, campechanamente. Yo no sé si se veía venir o no. Pero me impresionó que pensara en el mismo tema, con el mismo texto.
Cosas.

5 comments:

Anonymous said...

¿Es el mismo Ishiguro que escribe cosas sobre la lógica de Leibniz?

Juan Manuel Escamilla said...

Es extraño hacer las mismas asociaciones de ideas que alguien más. No sucede con frecuencia.

lafiebredelmono said...

pinche memo

Guillermo Núñez said...

Pues... anónimo, yo no sé quién sea ese Ishiguro del que hablas.

Garcín, sí, es extraño.

¡Choza! Ponte a curar a esos enfermos.

Anonymous said...

Hide Ishiguro: "Leibniz's Philosophy of Logic and Language".
(http://www.amazon.com/Leibnizs-Philosophy-Logic-Language-Ishiguro/dp/0521377811/ref=sr_1_2/103-5740745-7236600?ie=UTF8&s=books&qid=1188629272&sr=8-2)