Wednesday, January 03, 2007

Dos convergencias fallidas



Yahoo! tiene un link directo o una relación muy cercana con una persona que lleva el nombre-muy-on-line de Kevin Site. Yo no sé nada, pero aparentemente es una especie de reportero de guerra (de hecho, su página se titula The hot zone, lo cual me hace pensar tanto en guerra como en un thriller o en una película porno). Tal y como lo presentan, se parece mucho al personaje del cuento Death Defier de Tom Bissell (God lives in St. Petesburg). Total que me metí a la página hace rato para leer la entrevista que le hizo al primer oficial norteamericano, el teniente Ehren Watada, que se negó a combatir en Irak. Luego estuve viendo las fotografías de guerra que hizo Site. Site es muy alto, la mayoría de sus fotos, cuando incluyen niños y personas de baja estatura, tienen un aire de Ojo de Dios. Le gusta fotografíar niños sonrientes. Polvo en el aire, gente gritando, fuego, cartuchos vacíos de balas petrificados a medio vuelo. Ya saben, fotógrafo de guerra.
Pero había una foto en la que un grupo de ancianitos se tiraban sobre tumbonas y platicaban sonrientes, dentro de un refugio. Desafortunadamente, no pude bajar la fotografía en el formato que necesito para subirla aquí, así que después de varios intentos desistí en la convergencia que iba a hacer con People in the sun de Hopper.
No me iba a detener ahí. Quería a huevo subir una convergencia Weschler, así que estuve buscando fotografías de Cartier-Bresson porque es uno de esos fotógrafos que creen en el "instante decisivo", o como le digan, lo cual hace mucho más fácil dar con convergencias --según yo el instante decisivo es el equivalente a la inspiración en la literatura, es decir, a ponerle un nombre distinto a la tradición, al bagaje cultural, a las "emergencias". Buscando, buscando, no di realmente con material suficiente para hacer una buena convergencia, pero entonces di con esa segunda fotografía (no sé cómo se llama), la de dos amigos italianos. Uno le ayuda al otro a colocarse la corbata, pose completamente maternal y homoerótica. Imagen que, recuerdo, también está en la versión fílmica de The talented Mr. Ripley (Tom Ripley vaga solitario por Roma, lamentando que su amigo guapo no lo acompaña; en una esquina ve a dos italianos, que son un Xerox total de la imagen de arriba; uno de ellos, el que está viendo hacia otro lado, le chifla a una chica que pasa). Además de que no encontré el fotograma (ni en www.imdb.com ni en Google, que es Dios), creo que esto no constituye una convergencia, sino un tributo. Y esa es la historia de mis dos convergencias fallidas.

4 comments:

Anonymous said...

una vez tú me dijiste que tenía que dejar de usar al perro de mésenyer como si tuviera una identidad separada de mí (era inocente y hablaba mal español, era francés, recuerdas? a todos les caía bien) y tenías razón

ahora yo te digo que dejes eso de las convergencias

Anonymous said...

Quizás si Memo nad más hubiera puesto las dos fotos y nos estampara en nuestros rostros el brutal título de "convergencia fallida" el post sería decepcionante, pero por suerte no es el caso

Guillermo Núñez said...

No puedo creer que me pidas que deje las convergencias. Es casi como si me pidieras que me comportara como empresario que presume de tener naturaleza inquieta, de dar con una gran idea que vende, hacer dinero y que decide pasar a lo siguiente.

Retoma tu pinche perro de MSN.

Anonymous said...

Nunca hasta ahora había sabido apreciar la compleja labor de investigación para alcanzar convergencias. ¡Salud!