Tuesday, January 29, 2013

29. I. 2013.

Se acaba enero. Ha vuelto la rutina, insistente. Despertar a las 07:30. Despertar de nuevo a las 08:00. Asearse. Tender la cama. Desayunar. Leer un cuento de Schwob. El cuento debe iniciar así: "El tedio y el terror habían llegado a ser extremos". Pedalear hasta la oficina. Trabajar. Comer. Trabajar. Regresar a casa.

Tuesday, January 01, 2013

Playa

Un mercado editorial inundado por novelas de crimen o de intriga de tribunales bien reflejado en los anaqueles de los aeropuertos y algunas tumbonas de la playa. Alcanzo a distinguir el nombre de Michael Connelly. Es decir, un mercado editorial que a su vez refleja lo que es más popular en la televisión, series sobre crímenes y tribunales. Algunas mujeres, es cierto, leen 50 Shades of Gray pero la verdad es que veo a pocas personas leyendo. O que pueda discernir claramente que estén leyendo pues la mayoría coloca frente a sí, como antes solía hacerse con libros, alguna "tableta electrónica". Es decir, televisores pequeños. Pantallas, es lo que veo ahora. Ignoro si esta gente lee o no. Este es el verdadero mercado, al menos el de cierta clase media, aparatos capaces de distraer. Cabezas conectadas a audífonos, por todos lados. Me pregunto si esto dejará de entristecerme, algún día. Cuando no me distraen, estas personas tumbadas en la playa, consigo terminar Los sinsabores del verdadero policía y avanzar tanto en Moby Dick como en Farther Away. Me duele la cabeza.

Uno de los momentos más conmovedores de Los sinsabores del verdadero policía: cuando Rosa Amalfitano deja de leer y se convierte en una videoadicta.