Friday, July 31, 2009

Vampiros en los medios

(John William Polidori)

Chuck Hogan y Guillermo del Toro, me imagino que con ocasión de su novela de vampiros The Strain, publicaron este texto en el New York Times de hoy para hablar, una vez más, del mito del vampiro y su permanencia en el imaginario colectivo. Desde hace tiempo he estado leyendo, accidentadamente, Vampiria, una colección de historias de vampiros antologada por Ricardo Ibarlucía y Valeria Castelló-Joubert; mi amigo Julián Zárate me la recomendó con entusiasmo. La misma incluye la historia de Polidori que mencionan del Toro y Hogan (y 23 más). Para su beneficio, transcribo parte de la introducción que hacen Ibarlucía y Castelló-Joubert a aquella historia:

"Al llegar a Villa Diodati, junto al lago de Ginebra, Percy B. Shelley, su esposa Mary Gowin y Claire Clairmont se unieron a ellos [a Lord Byron y a su despreciado pero fiel médico John William Polidori, a quien Byron apodaba "Polly-Dolly"]. La noche del 17 de junio de 1816, el grupo se reunió para compartir la lectura de Fantasmagoria o Colección de historias de apariciones de espectros, revinientes, fantasmas, etc (1812), título de la traducción al francés realizada por Jean-Baptiste Eyriès del primer tomo de El libro de los fantasmas (1811), editado en Stuttgart por Johann August Apel y Friedrich Laun [aquella noche, de la que surgiría el monstruo de Shelley y la historia de Byron (que retrabajaría Polidori) leyeron La novia difunta y Retratos de familia]".

Wednesday, July 29, 2009

La Tempestad #67, Narrar por otros medios y Los precursores


Fedro Ceballos, nuestro Director Creativo, tuvo a bien subir el nuevo número de La Tempestad al Issuu.com, que pueden ver acá, ¡completamente gratis! También pueden entrar a través del Diariolatempestad.com (a cuyo vínculo enlacé en el listado que está a su derecha). Son 160 páginas, y yo sé que 160 páginas es mucho de mucha buena cosa; quizá convenga, para que no se cansen de leer en un monitor, que la compren, ya que esté en tiendas -Dios Mediante, a partir de la semana entrante. El nuevo número de la revista gira en torno a dos ejes, si tal cosa es posible: 1) Narrar por Otros Medios (la portada, arriba) y 2) Los Precursores (una de las portadillas, abajo).

Si yo fuera Chris Ware, escribiría con ese fino sentido de la ironía inofensiva que posee, lo siguiente:

"Así que, ¿quieren estar en la onda? ¡Aquí está lo que necesitan! Una nueva edición de esta elegante revista especializada en eso que llamamos, con valor, arte. No se preocupen por esto. Somos profesionales. Sabemos que el arte, si no se maneja bien, puede ser peligroso. Pero, caray, en realidad, por sí solo, es bastante inofensivo. Y completamente innecesario. No tiene precio. No tiene valor alguno. ¿Qué más da? Aquí, pues, una nueva nueva publicación de esta sustancia extraña de la cual todos quieren una parte. Llena de ingeniosos acertijos y actividades, esta nueva edición de La Tempestad te ayudará una vez más a legitimizar lo que creías ilegitimizable: ¿El cómic? ¿La animación? ¿Los juegos de rol como alta cultura? ¿Cómo? ¿Por qué no? ¡Sí!
Así que ya lo saben, estudiantes de arte y personas deseosas de adentrarse en el apasionante mundo de la estética, un nuevo capítulo en este Libro de Libros ha llegado finalmente. ¡Ideal para tertulias! ¡Imagina la envidia que sentirán tus amigos si posees algo que aparezca en portada de este número! ¡Wow! ¡Suscríbanse!"

Pero no soy Chris Ware. Así pues, los contenidos:

LITERATURA
Como parte del tema de portada, que analiza medios narrativos alternativos, presentamos una reflexión crítica de Gonzalo Soltero sobre la literatura hipertextual. A 90 años de su publicación, J.D. Victoria nos ofrece la traducción de un fragmento de Finnegans Wake, de Joyce. Antonio Oviedo nos habla de la obra inclasificable de Raymond Roussel.

CINE
George Méliès anticipó los procedimientos de la vanguardia cinematográfica, como se explica en el dossier “Los precursores”. Alfons Moliné ofrece un panorama del cine de animación contemporáneo. Las películas más recientes de los chilenos José Luis Torres Leiva y Pablo Larraín se revisan en la página 40.

MÚSICA
Iván Naranjo explora las contribuciones de Edgard Varèse a la música de nuestro tiempo. En “Actualidad del arte”, una entrevista a Jonathan Harvey y reseñas tanto de sus novedades discográficas como de las de Steve Harris’s Zaum, Grizzly Bear y Antony and the Johnsons.

ARQUITECTURA
“Formas útiles” incluye un análisis de PACO, vivienda nómada diseñada por el despacho japonés Schemata Architecture. Dentro del dossier “Los precursores”, Daniel Garza Usabiaga analiza la potencia visionaria de los proyectos no construidos de Antonio Sant’Elia.

ARTES VISUALES
La obra de Karl Blossfeldt representa un aporte temprano a la transformación de la imagen fotográfica, como explica Vesta Mónica Herrerías en la página 98. La sección de actualidad incluye reseñas de una exposición de Luc Tuymans en Bruselas y de tres muestras colectivas presentadas en la ciudad de México.

ARTES ESCÉNICAS
Las ideas teatrales de Alfred Jarry son un parteaguas en la historia de la disciplina; Shaday Larios Ruiz las examina. En “Narrar por otros medios”, René López Villamar revisa los aspectos escénicos de la tradición nórdica del juego de rol. Thomas Irmer comenta en “Actualidad del arte” las obras más destacadas del último Encuentro de Teatro de Berlín.

No olviden visitarnos en Facebook. Y en Twitter ni nos busquen, eso es basura.

Tuesday, July 28, 2009

El último hombre en la tierra

Leo esto, una bitácora con sinopsis de novelas, historias, películas y vínculos a temas relacionados con el sub-género de "El último hombre en la tierra".

Monday, July 27, 2009

"There is no such thing as a bad coincidence"

Ocurre que el fin de semana volví a ver Lost Highway (hace unos días leí un texto de David Foster Wallace sobre la película y me quedé con el gusanito) y ahora, lunes, le comentaba a Abel que, como digo, la volví a ver el fin de semana y nos estuvimos emocionando el uno al otro sobre la película -"¡güey, y no mames, el tipo que sale como el Hombre Misterioso (Robert Blake*) años más tarde mató a su esposa!" o "¡güey, y sale Marilyn Manson!". La cosa es que empezamos a poner música de la película y tal. Y justo ahora, o sea, casi en este momento, Abel puso I'm Deranged de David Bowie que sale al principio y yo estaba papaloteando en la red cuando leí: "Jersey has all the sleaze and heartfelt mystery of a David Lynch drama". Lo leí acá.

*Foster Wallace, escribe sobre Robert Blake en David Lynch keeps his head lo siguiente: "The choice of Blake shows in Lynch the same sort of genius for spotting villain-potential that led to his casting Hoopper as Frank Booth in Blue Velvet and Willem DaFoe as Bobby Peru in Wild at Heart, an ability to detect and resurrect menacing depths in actors who seemed long ago to have lost any depths they'd ever had**. Gone, in Lost Hihgway, is the sensitive tough-guy of Baretta and the excruciating self-parody of Blake's stoned appearances on The Tonight Show, it's like Lynch has somehow reawakened the venomous charisma that made Blake's 1967 performance in In Cold Blood such a sphincter-loosener".

"**R. Blake, born 1933 as Michael James Gubitosi in Nutley, New Jersey, was one of the child stars of Our Gang, was unforgettable as one of the killers in In Cold Blood, etc.


[Our Gang, Robert Blake es el segundo, de izquierda a derecha]

Sunday, July 26, 2009

Domingo de soltero

Regresaba del Blockbuster con Refu -me había comprometido a devolver un par de DVD's- cuando caminábamos sobre la calle donde está mi casa. Entonces escuchamos el movimiento de la copa de los árboles. Hojas comenzaron a desprenderse y sentí el viento en la cara. Refu no se movió. El ruido se prolongó y una ventisca bajó sobre las canchas de tenis del club deportivo colindante. Desde donde estábamos no podíamos verlas, obviamente, pero sé que están allí -desde hace años sobre las jardineras de esa calle se pueden encontrar pelotas de tenis y por las mañanas se escuchan los bufidos esforzados de los tenistas. Entonces, una polvareda de arcilla se levantó por encima del muro que separa las canchas de la calle y llenó el aire y la calle en un sucio color naranja. De haber caminado unos metros más nos habría envuelto, la nube de arcilla. Pasó un par de automóviles para perderse en ella. Esperamos unos momentos para que se disipara y después de un rato ya sólo escuchaba mis pasos y la respiración siempre agitada de mi perra.

Friday, July 24, 2009

Nada

Aburrido

Deshielo

“Las tempestades llegan súbitamente, y de nada sirve gritar, porque nadie oye”.

(Hace aproximadamente un año O.B. tomó esta fotografía, apenas me la pasó. A veces los amigos hacen esto de obligarnos a vernos a nosotros mismos).

(Mientras, todo sigue exactamente igual).

Thursday, July 23, 2009

¡Hoy desde La Condesa!


¡A continuación una serie de anécdotas e impresiones triviales que te harán preguntarte sobre el sentido de la entrada misma! ¡Ideal para fiestas! Iniciemos con esta: vamos caminando rumbo a la comida, pues es la hora en que nos tomamos nuestras dos buenas horas de descanso, los dos chavos de la oficina con los que trabajo y yo, cuando vemos un perro amarrado a un automóvil estacionado. Lo cual sería algo no del todo irregular pues se trata del "Parque México" (Parque San Martín, del Arq. José Luis Cuevas) y siempre hay perros. Sin embargo, una inspección más cuidadosa reveló que no se trataba de un perro sino de... ¡una oveja! ¡Genial! También: Nicolás, uno de los chavos con los que trabajo, escupió su comida pues estaba echada a perder. Y esto otro: al regresar solo a la oficina -tanto Abel, el otro chavo, como Nicolás, se ocuparon en asuntos que no vienen a cuento- escuché que una mujer le decía a otra: "¿Nunca ha ido? Es aquí cerca y está bien padre, sobre Tamaulipas y Benjamin Hill. Y pues uno va y se sienta y los libros y está bien padre". La otra mujer, quien era una extraña pero compartía la mesa de hacer manualidades que en ocasiones ponen en Parque México (Parque San Martín, del Arq. José Luis Cuevas), no le contestaba pero le miraba con cara de asco, casi a punto de decir: "¿Libros a mí?". Unos pasos más adelante, un hombre que caminaba sobre la calle le gritaba a otro, júrolo, "Pinche ojete miserable comesolo". El hombre a quien se lo decía en realidad se trataba de un joven, quien descansando sobre el pórtico de la puerta de un edificio de departamentos. Comía, solo, una paleta helada. Este joven y yo nos vimos a los ojos. Yo levanté los hombros en un gesto que decía Así las cosas o Aquí nos tocó vivir, y él contestó riendo. Yo reí también. Y al mismo tiempo el hombre que le increpó, el de "Pinche ojete miserable..." notó nuestro intercambio y también rió en voz alta -¡los tres al mismo tiempo, en la calle, extraños compartiendo carcajadas!- cerrando así un triángulo que, es mi opinión, habla mucho no sólo sobre la situación sino del modo en que conformamos nuestras pasajeras historias de vida. ¡Hasta la próxima!

Tuesday, July 21, 2009

Tela de dónde cortar


Amazon, a control remoto, retiró de varios Kindles cientos de ejemplares electrónicos de 1984 y Animal Farm por tratarse de ejemplares "no autorizados". Leí primero al respecto en Conversational Reading, aquí. El texto del New York Times, donde se aclaran algunas de las imprecisiones de esta entrada de opinión, puede leerse acá. Es del pasado 17 de julio. El mismo día Amazon, como Dios con el diluvio, afirmó que nunca lo volvería a hacer, según leí acá. Allí leí que Drew Herdner de Amazon, declaró: "Estos libros fueron añadidos a nuestro catálogo a través de una plataforma de autoservicio por una tercera persona quien no poseía los derechos a los libros. Cuando fuimos notificados de esto por los propietarios de los derechos, retiramos las copias ilegales de nuestros sistemas y de los aparatos de nuestros clientes, y reembolsamos a nuestros clientes".
Hace unos minutos dediqué un poco de tiempo a leer algunas de las opiniones de los usuarios de Amazon en un foro de discusión (vía el mismo Amazon). Se insistía mucho en la siguiente analogía: ¿imaginamos acaso que Gandhi o El Sótano o El Péndulo entraría a nuestra casa, a escondidas, a retirar copias de libros de nuestro librero que han decidido ya no vender, reembolsándonos? (Por ejemplo, no sé, de Ediciones Coyoacán porque han descubierto, imaginemos, que se tratan de libros piratas cuyos derechos no les pertenecen o porque se presentan como ediciones completas cuando en realidad sólo son apenas un fragmento como, no sé, podría suceder con Manuscrito encontrado en Zaragoza de Jan Potocki). Además de las imprecisiones de la analogía, y del tema de la retroactividad, creo que se pasa por alto la ambivalencia general que aún se experimenta respecto al material virtual. La intangibilidad y la facilidad. En fin, da para pensar.

Monday, July 20, 2009

Cuando me siento solo

Enciento el televisor. A veces, escribo al respecto.

***

Fragmento de conversación con Óscar Benassini relacionado con el vínculo de arriba:

Guillermo dice: (07:29:20 PM)
Llegué a imaginar que Fringe y Lost se juntarían, ¿sabes?
Guillermo dice: (07:29:23 PM)
Las historias, pues.
Óscar. dice: (07:29:28 PM)
Ay no Memo.
Guillermo dice: (07:29:33 PM)
¿¿!!Te imaginas?!?!
Óscar. dice: (07:29:39 PM)
No me gustaría.
Guillermo dice: (07:29:44 PM)
¿¿!¿!PERO TE IMAGINAS!?
Guillermo dice: (07:29:51 PM)
Pero ya sé qué va a pasar.
Óscar. dice: (07:29:53 PM)
Fringe está padre, podría juntarse con The eleventh hour.
Guillermo dice: (07:30:02 PM)
Se va a juntar con Dawson's Creek.
Óscar. dice: (07:30:15 PM)
O con Supernatural.
Óscar. dice: (07:30:19 PM)
O Friends, mejor.
Guillermo dice: (07:30:28 PM)
No, con Dawson's... Ya sale Pacey.
Guillermo dice: (07:30:40 PM)
Falta que salga Joey.
Guillermo dice: (07:30:52 PM)
Ah, por eso dices lo de Friends, ¿no?
Óscar. dice: (07:30:54 PM)
Que no.
Guillermo dice: (07:30:55 PM)
Ya entiendo.
Óscar. dice: (07:30:59 PM)
O sea...
Óscar. dice: (07:31:05 PM)
Fringe-Friends.
Óscar. dice: (07:31:09 PM)
Frienges.

Sunday, July 19, 2009

1.13 a.m.

Refu ladra afuera. El resto de la casa en silencio.

Saturday, July 18, 2009

Insomnia

El Diario de Bridget Jones. Click: perdiendo el control. La máscara de fu manchú. El informante. Undertow. Taken. Tres mujeres y un hombre. Antes de que te vayas. El socio siniestro. Noches. El hijo del diablo. Juntos, nada más. Juego de poder. Monster. Americano. Hannibal, el comienzo. Inspector Hornleigh On Holiday. Viaje insólito. Regreso a la residencia. American Crude. Aracnofobia. Nancy Drew. Mi novia es un extraterrestre. 4 meses, 3 semanas y 2 días. Impacto parte 1. Mentiras peligrosas.

Wednesday, July 15, 2009

En el rigor del verano, espectador solitario


Tengo en mi poder el Catálogo de Novedades Acme de Chris Ware que fue publicado por Mondadori. Para una ficha técnica y demás, acá. Lo compré el lunes, apenas fue el domingo que una amiga me dijo que lo vendían en Gandhi. Y esto es un poco un signo de locura pues apenas el sábado anterior gasté mucho dinero en lo que solía ser Comic Castle y ahora es Fantástico (a sólo una cuadra de donde estaba antes, en Félix Cuevas), comprando una edición completa de Black Hole y el segundo volumen del The Acme Novelty Date-book (de 1995 a 2002), también de Chris Ware. Me costó mucho trabajo controlarme y no comprar los tres volúmenes de The Walking Dead.
Ahora bien, ¿por qué gasté mi dinero en estas cosas? Fuera de la obviedad de que me trato de un ñoño añadamos una explicación generacional: crecí viendo la televisión y cuando cualquier producto se me acerca con un poco de ironía ofreciéndome un modo en que podré destacar y pertenecer a una comunidad específica, me derrito, eso hago. Así, en la línea de la caja de Gandhi, mientras espero mi turno para pagar, leo apenas en el cintillo del Catálogo de Novedades Acme, la siguiente Nota: "Si el lector estuviese interesado en comprometer al instante (y posiblemente para siempre) su magnetismo sexual o 'sex-appeal', la adquisición y consiguiente comportamento público de este 'Catálogo de novedades Acme' también es una práctica garantía para la rápida consecución de ese objetivo". Se añade: "Fundamentalmente, sin embargo, si el solitario que entra a curiosear en una librería (muy posiblemente tú [¡sí era yo!]) buscando algo que leer para pasar solo (o, como preferimos, sola) el resto de una tarde nublada, encontrase un libro ilustrado con buen gusto y buen humor que ofrece un respetable y semiliterario paliativo a ese progresivo hastío que nosotros, como modernos, con nuestros baños con agua caliente, carne refrigerada y entretenimiento televisado, parecemos ansiar, podría ser mucho peor que esta despiadada colección de ocurrencias, chistes y bromas".
El libro, por lo demás, es magnífico y ofrece en creces lo que promete. Incidentalmente, hacia el inicio del volumen se encuentra una historia elaborada sobre la ficticia marca ACME.


Se nos explica, incidentalmente, la raíz de la palabra (del griego akmé, "Cima o punto más alto de éxito en alguna tentativa o acontecimiento", o bien, "Supremo, el mejor"; lo revisé, porque soy un teto, y en realidad el término se refiere sólo a "la punta" o "extremidad de un cuerpo", aunque puede usarse en frases como katá therous akméen, "todo el rigor del verano"; pero me gustó el eco que esto tiene con otra marca de origen griego, NIKÉ). Total que esta historia de la marca ACME postula, en el segundo apartado, la posibilidad de la existencia de un hombre que cruzó los Estados Unidos ofreciendo sus servicios de rotulación a todas aquellas empresas que habían adoptado el nombre ACME sin formar parte de una única empresa. ¿Cómo conseguían estas empresas, que se llamaban igual, distinguirse entre sí? Por la rotulación de la palabra ACME. Así, Chris Ware imagina a un héroe anónimo que cruza los Estados Unidos rotulando la palabra "ACME" en variaciones casi infinitas:
"De repente todo encajaba en su lugar: un solo hombre, atravesando el país, ofrecía a los negocios emergentes la promesa de una identidad que no sólo era individual sino también totalmente general, identidad que les atribuía cierta fidelidad a un ideal clásico incuestionable mientras que, al mismo tiempo, les permitía conservar su propio estilo característico. O, dicho de otro modo, la metafísica de la propia escritura ofreció su solución a los empresar de ayer: el significado de 'ACME' quedaba atenuado por el estilo determinado con le que se presentaba".
Y es así hoy, aún: masas de gente que compra productos en masa bajo la promesa de pertenecer a una comunidad, y al mismo tiempo, destacar como individuos. Esto, una vez más, me recuerda el E Unibas Pluram de David Foster Wallace. Por ejemplo, aquí, donde habla sobre un "viejo" anuncio de Pepsi (en realidad, de mediados de la década de 1990, aquél en el que un hombre abre una lata en la playa frente a un micrófono para que todos los playeros escuchen el tsk! y se acerquen, como borregos o perritos de Pavlov a comprar su propia lata). Traduzco:

"Un anuncio sobre anuncios, utiliza la autoreferencia para parecer demasiado en onda como para ser odiado. Se protege a sí mismo del desdén que el conocedor de la TV de hoy experimenta tanto por los vendedores habladores que Dan Akroyd parodió hasta la extinción en Saturday Night Live como por los anuncios quijotescos que asociaban la ingesta de soda con el romance, la belleza o la inclusión a un grupo, anuncios que el espectador en onda de hoy encuentra 'manipuladores' y de la vieja escuela. Ante un aplastante Compra Este Producto, el anuncio de Pepsi ofrece parodia. El anuncio es muy franco sobre las razones por las cuales los anuncios de TV son detestados, a saber, utilizar deseos primarios para vender una sustancia dulce a gente cuya identidad es poco más que el consumo en masa. Este anuncio consigue, simultáneamente, burlarse de sí mismo, de Pepsi, el acto de anunciar, los anunciantes, y la gran masa consumidora de espectadores estadounidenses. De hecho, el anuncio es empalagoso en el halago de una sola persona: el espectador solitario". (Como ejemplifica Adriana acá, parece que a los anunciantes de Pepsi, o de cualquier otra cosa, si a eso vamos, no se les ha ocurrido algo mejor).
Pero bueno, cincuenta años en el futuro, todos en una cama de hospital con un "Enfermera, enfermera", en la boca.

Tuesday, July 14, 2009

Fauna

La cosa está así: en el mismo piso donde está la oficina hay como tres oficinas más y una de ellas es el consultorio de un psicoanalista o algún tipo de terapeuta. A menudo puedo ver a sus pacientes esperando en la sala de espera, como es de esperarse, y puedo notar algunas cosas que a continuación les compartiré. Aunque nunca le faltan pacientes, me da la impresión de que siempre se tratan de nuevos. Ignoro por qué es esto pero puedo imaginar varias razones en las cuales no me meteré ahora. También: se atiende a muchos niños. En una ocasión, en el elevador, una madre llevaba a su hija. Una niña muy simpática vestida con un tutú y unas alitas rosas de ángel. Le hice caras y la hice reír y cuando bajé en el piso ella, con su madre, también lo hizo; entró al consultorio. Me puso a pensar, cosas tristes y no tan tristes. Ahora que salí se me ocurrió que sería buena idea escribir sobre esto -salí de la oficina al baño, pues los baños están en los pasillos- especialmente cuando vi a un hombre solo esperando su turno; parecía que iba vestido para ir a, o porque regresaba del, gimnasio; leía una revista de lo que se dice farándula. Me pregunté sobre qué clases de cosas le hablaría este hombre al terapeuta. Por lo demás, mi jefe, cuya ventana da a la ventana del tereapeuta en cuestión, tiene razones (afirma) para no confiar en que se trata de un buen terapueta (una de las razones, dicho seas de paso, por las que creo que sus pacientes no regresan); pues ha, sin querer, escuchado una que otra cosa que este hombre le dice a sus pacientes. Y es que es prácticamente inevitable escuchar algunas de estas conversaciones. Dado que el sol da directamente a esta como a aquella oficina, conviene tener las ventanas abiertas. Y aunque la mayor parte del tiempo sólo se escuchan murmullos, de vez en cuando mi jefe ha escuchado algunos de los intercambios entre paciente y terapeuta.
A veces hablo con la recepcionista. Un hola, un adiós; nos vemos tanto tiempo, de pasada y con urgencia, que nos hemos visto obligados a entregarnos estas pequeñas cortesías. Se trata de una mujer mayor, que se pinta el pelo color zanahoria (este color es el naranja) y usa unos lentes que mucho dicen del nivel de ceguera con el que carga. Es amable y parece tener una confianza más o menos gratuita de que lo que le depara el futuro aún es mucho y muy bueno.

Saturday, July 11, 2009

Cierta sabiduría en Chris Ware

Leo en el The Acme Novelty Date Book 1995-2002, una colección de facsímiles de los cuadernos de Ware:

"Probably one of the many reasons people prefer to have a television on regardless of its 'content' is that it provides a sense of person, of companionship -that something else is happening somewhere else- a sense that a record of a play simply doesn't provide -perhaps it's the implicit lack of choice".

Friday, July 10, 2009

Lean/Vean La Tempestad Edición Especial #18


Recién nos llegó a la oficina el ensayo visual a la John Berger más reciente que se comisiona desde La Tempestad. En esta edición, Historia(s) de proyección, se tuvo como editora invitada a Karla Jasso (Guadalajara, 1976), a quien quizá recuerden por su trabajo como curadora del Laboratorio de Arte Alameda, en la Ciudad de México, por ser muy simpática y por investigar la experiencia poética-política de las artes electrónicas en América Latina (entre sus libros se encuentran Arte, tecnología y feminismo: nuevas figuraciones simbólicas, de 2008).
En Historia(s) de proyección nos ofrece una reflexión en torno al modo en que la proyección ha alterado el modo en que conceptualizamos la subjetividad -ante una pantalla, o una proyección, más allá de la opacidad, la pasividad o el hipnotismo.
Pronto en donde usualmente compran sus revistas.

Thursday, July 09, 2009

Helados del futuro



Una curiosa sensación al leer A Supposedly Fun Thing I'll Never Do Again, las ganas simultáneas de no soltar el libro y la del sutil pesar por no estar leyendo la antología de ensayo mexicano que publicó el FCE que compré hace años pero que no he abierto -excepto ayer, por accidente (leí Obra maestra de López Velarde y podría ir y releer y transcribir algunos párrafos aquí para esa bonita sección que imagino tengo que me gusta llamar Domingos de Soltero donde expongo, ah, mis angustias emocionales de los fines de semana -encerrado como tigre, haciendo ochos en mi habitación- pero no lo hago). Por supuesto, no suelto el libro y pronto el siguiente párrafo me arroja no sólo a uno de esos estados planos del centro de Estados Unidos -tres años después de que Foster Wallace, en 1993, escribiera su texto yo llegaría a uno de esos estados para ser testigo de los maizales altos como hombres y los vientos perennes que corren por sus eternos valles- sino a un recuerdo reciente de una ex novia emocionadísima por los Dippin Dots que vendían en un centro comercial. Encuentro el pasaje conmovedor, Foster Wallace en una feria de Illinois visita los puestos de comida:

"One food venue we fight across the current to check out special is a huge high-tech neonated stand: DIPPIN DOTS -"Ice Cream Of The Future". The countergirl sits on a tall stool shrouded in dry-ice steam and is at most thirteen years old, and my Press Credentials for the first time make someone's eyes widen, and we get free samples, little cups of what seem to be tiny little ice-cream pellets, fluorescent BB's that are kept, the countergirl swears to God, at 55º below 0 -Oh God she doesn't know whether it's 0ºC or 0ºF; that wasn't in the DIPPIN DOTS training video. The pellets melt in your mouth, after a fashion. More like evaporate in your mouth. The taste is vivid, but the Dots' texture's weird, abstract. Futuristic. The stuff's intriguing but just too Jetsonian to really catch on. The countergirl spells her last name for us and wants to say Hey to someone named Jody in return for the samples".

Nunca probé los mentados Dippin Dots -aquella ex novia insistía, recuerdo, en que eran "el helado del futuro"; lo hacía con una ceja arqueada y me hacía reír. Es extraño, no fue hasta leer ese pasaje que pensé en aquella tarde. Y es extraño también pero encuentro este libro como uno de los más conmovedores que he leído en mucho tiempo. Sin duda tiene que ver que cada que leo cosas como la que sigue (escritas, por lo demás, con humor), pienso en el destino elegido por Wallace: "My particular neurological makeup (extremely sensitive: carsick, airsick, heightsick; my sister likes to say I'm 'lifesick') makes even just watching this an act of enourmous personal courage" (Se refiera a subirse a una montaña rusa). Pero también tiene que ver con que Wallace era un escritor capaz de ofrecer una vista sobre el mundo que hacía verlo de modo distinto, de tal modo que nos importara. Yo quiero eso, saber hacer eso, escribir sobre el vaso de la Copa Mundial de 2006 que mi padre compró entusiasmado y que ahora uso para beber agua de modo que ustedes sepan por qué me importa ese vaso. Escribir sobre nuestras descomunales pequeñeces.
Por cierto, leo lo siguiente, en otro de sus textos, donde hace un matiz sobre un término que está utilizando: "And so if a term like 'conditioning' still seems hyperbolic or histerical to you, I'll ask you to consider for a moment the exemplary issue of prettiness". Y, el matiz con el que sigue aparte, me hace pensar en el término con el que englobó James Wood a la generación a la que perteneció Wallace, "Realismo histérico". Hace no mucho escribieron, de modo mucho más elocuente de lo que lo haré yo, sobre esto acá. Y me pregunto si las concesiones que se hace Wood para hablar sobre "histérico" son las mismas que utilizó Wallace en E Unibus Pluram -un ensayo que cada vez más encuentro como un eje en su obra. En la edición que tengo de esta colección de ensayos, por cierto, se recoge esta alabanza sobre Foster Wallace por Wood: "A marvelous book... Sparkling reportage... If one wants to see the zeitgeist auto-grapplin, in all its necesarry confusions, one must read every essay in this book". Y es extraño, para mí, leer esto, pues después de leer de oídas (por ejemplo, en textos como el que Pablo Duarte escribió acá) mucho sobre el asunto Wood-Zadie Smith, entiendo, por detalles como estos, que en realidad los matices en la discusión son tantos y tan finos que sería difícil considerar a Wood un enemigo, digamos, de la generación de Foster Wallace (curiosamente, el texto al que vinculé de Pablo da cabida para esos matices, pero no son apuntados; sí queda claro, por lo demás, que la discusión es algo que se agradece).
En fin, sigo leyendo.

Wednesday, July 08, 2009

"Vida moderna"

Leo al azar en un libro: "Pero nosotros, lectores de gacetillas espeluznantes, testigos de fenónemos vegetativos en los cadáveres, sabedores de quién sabe qué estadísticas elocuentes y contemporáneos de los hornos crematorios, no tenemos siquiera, como compensación de la cotidiana inquietud de la vida moderna, la creencia firme en la paz del sepulcro. Una filosofía cavilosa nos enerva..."
De La Madre Tierra de Ramón López Velarde. Es tarde.

...


Tuesday, July 07, 2009

"A pain upon my forehead"

Después de leer la entrada a la cual les dejé un vínculo en la entrada anterior, regreso a Proust a un pasaje del cual la misma Sofía ya me había hablado, donde se analiza a conciencia, y como sólo un celoso analizaría un detalle nimio, digamos, el proceso de la mente que desencadena la sospecha, ese dolor de cabeza que provoca el nacimiento de un cuerno. Transcribo por el puro gusto de la segunda mitad de Por la parte de Swann:

"Como si se tratara de un dolor físico, los pensamientos de Swann no lograban atenuarlo; pero al menos con el dolor físico, como no depende del pensamiento, el pensamiento puede detenerse en él, comprobar que ha disminuido, que ha cesado de momento. En cambio aquel otro dolor, el pensamiento lo recreaba por el hecho mismo de recordarlo. Pretender evitar pensar en él era seguir pensando, seguir sufriendo. Y si, hablando con amigos, se olvidaba de su propio mal, de pronto una palabra que le decían le mudaba la cara, como un herido a quien un torpe toca sin precaución el miembro dolorido. Al despedirse de Odette estaba feliz, se sentía tranquilo, recordaba sus sonrisas, burlonas cuando hablaba de este o de aquel otro personaje, y tiernas con él, el peso de la cabeza que ella apartaba de su eje para inclinarla, para dejarla caer, casi a pesar suyo, sobre los labios de Swann, como había hecho la primera vez en el carruaje, las miradas lánguidas que le había lanzado mientras estaba entre sus brazos al tiempo que, friolenta, apretaba con el hombro de Swann, su cabeza reclinada.
Pero enseguida sus celos, como si fueran la sombra de su amor, se colmaban con el doble de aquella nueva sonrisa que le había dirigido esa misma noche -y que, a la inversa ahora, se burlaba de Swann y se cargaba de amor por otro-, con aquella inclinación de cabeza, pero vuelta ahora hacia otros labios, y con todas las demostraciones de cariño, dedicadas a otro, que antes reservaba para él."

Shakespeare y Graves

Sofía escribe sobre celos, acá.

Sunday, July 05, 2009

Pero, ¿qué quiero decir realmente? ¿Que no soy el que soy?

Después de una relectura espaciada por días y que sólo atendía en mis horas de comida, pude terminar E unibus pluram de nuevo. Cosa curiosa: no recordaba de mi primera mala lectura la desconfianza que tenía Foster Wallace en el futuro de la televisión que ya se anunciaba cuando escribió el texto, en 1990. A dicho futuro Wallace lo ataca bajo el nombre de la TC-culture (de Tele-Computer) pero uno entiende pronto que se trata, en efecto, del Internet -describe un montón de televisiones cuyos contenidos son editados por los usuarios mismos, habiendo erradicado aparentemente la cabeza de la hidra; pero Wallace desconfía, digo, que tener más, con mejor tecnología y mejor editado (¡uno elige qué ver de las millones de opciones!), reduzca en un ápice nuestra dependencia a este otro mueble doméstico. A la vez, el principal argumento contra la ironía que usa Wallace respecto la televisión (la televisión ofrece recompensas vanidosas a los espectadores por ser capaces de entender que la televisión está al tanto que uno se siente culpable de ver televisión) puede ser bien utilizado respecto al mucho ingenio que se vive en la red (yo los felicito por comprender la entrada que hago en este blog al mismo tiempo que estoy muy al tanto de las limitaciones de mi ingenio o del uso de la red). Todo puede ser agotador. Y creo que sólo lo traigo a cuento porque hace unos días discutía con un amigo sobre los problemas de atacar a la ironía cuando en su lugar sólo se coloca una actitud igual de destructiva -digamos, el cinismo o la mamonería.
Hoy vi Otelo. Antes de verla, leí el capítulo que le dedica Bloom en su Shakespeare: The Invention of the Human y donde presenta a Yago como el teólogo del nihilismo, a la par del Satanás de Milton y destacado exponente de una tradición de la cual el Juez Holden de Blood Meridian sería parte. Pues bien, en algún momento Bloom habla sobre cómo esta tragedia shakespereana es tan atroz por el triunfo de Yago -y en efecto, en escena, uno nunca ve cómo se le condena o cómo se le castiga. Pues se trata de un triunfo pírrico, una fuerza desoladora, inútil en sus frutos pero la mar de efectiva. Así es la ironía (incidentalmente, no hay apenas un ápice de ironía en Otelo, ni comicidad; en la puesta en escena que vi -en la UNAM- eran precisamente los esfuerzos por introducir comicidad los más incómodos).
Y ahora, para ustedes, Foster Wallace, comparando a la ironía con los golpes de estado latinoamericanos:

"Irony, entertaining as it is, serves an almost exclusively negative function. It's critical and destructive, a ground-clearing. Surely this s the way our postmodern fathers saw it. But irony's singularly unuseful when it comes to constructing anything to replace the hypocrisies it debunks. This is why Hyde seems right about persisten irony being tiresome. It is unmeaty. Even gifted ironists work best in sound bites. I find gifted ironists sort of wickedly fun to listen to at parties, but I always walk away feeling like I've had several radical surgical procedures. And as for actually driving cross-country with a gifted ironist, or sitting though a 300 page novel full of nothing but trendy sardonic exhaustion, one ends up feeling not only empy but somehow... opressed.
Think, for a moment, of Third World rebeles and coups. Third World rebels are great at exposing and overthrowing corrupt hypocritical regimes, but they seem noticeably less great at the mundane, non-negative task of then establishing a superior governing alternative".

No recuerdo dónde leía que este era precisamente el problema del nihilismo Nietzscheano (no es casualidad, tampoco, que Bloom invoque a Nietzsche y algunos personajes de Dostoievski para hablar de Yago), muy bueno para cortar cabezas, muy malo para otra cosa. Más: creo que la clave, también, está en la intensidad de la ironía (Héctor Zagal escribió sobre este punto en particular, también); Wallace ataca, finalmente, al uso desmedido y constante de la misma. Finalmente, es, sí, necesaria la ironía para verse uno contra sí mismo (Sócrates, el tábano) pero después de un rato, en fin, párenle ya de patear al caído.

Friday, July 03, 2009

Read hard!


Se me pasó comentarles que terminé hace un fin de semana el tercer y último tomo de la compilación de columnas de Nick Hornby sobre sus lecturas, que se publicaban en The Believer. Hay un momento, recuerdo, en que escribe sobre la traducción al inglés de Los demasiados libros de Gabriel Zaid y se emociona mucho porque Zaid también opina que es de gente culta comprar más libros de los que uno podrá leer en su vida (cada columna de Hornby está precedida por dos listados; el de libros comprados generalmente era más extenso que el de libros leídos). Otro libro sobre libros y lecturas de los que habla es The Rights of the Reader, de Daniel Pennac, que apareció originalmente en francés hace unos dieciséis años. Hornby comulga con algunos derechos fundamentales del lector que anota Pennac -el Derecho a Saltarse Pasajes y el Derecho a No Terminar un Libro (según yo, son el mismo derecho; pero no importa)- pero aún más interesantemente, enfrenta el tono prometedor, divertido, aunque a veces triste e irónico, de Pennac frente al de Pierre Bayard en su Cómo hablar de los libros que no se han leído (y que no he leído).
Escribe Hornby:
"The French book about reading that's been getting a lot of attention recently is Pierre Bayard's How to Talk About Books You Haven't Read, which should surely be retitled You Need Some New Friends, Because the Ones You've Got Are Jerks: literary editors seem to think it's zeitgeisty, but out in the world, grown-ups no longer feel the need to bullshit about literature, thank god. Pennac's book is the one we should all be thinking about, because its author hasn't given up".
Es un verdadero gusto leer sobre las lecturas de Hornby -es una lástima que haya dejado la columna- pues le recuerda a uno el modo en que se lee en la vida diaria, apenas pero con convicción. Hornby es cuidadoso, al mismo tiempo, al no imponer un canon sobre sus gustos o lecturas -en algún momento sugiere que quienes siguen un listado preestablecido por alguien más generalmente son lectores de imaginación limitada, incapaces de encontrar los vínculos ocultos que se tejen en las bibliotecas. Es agradable leer un libro de crítica literaria que no se obsesiona por buscar los errores en lo que uno lee sino, apenas, sugiriendo un ejemplo de cómo leer. Con placer, pues.