Monday, March 30, 2009

Sobre la sospecha

Hans Castorp se encuentra realizando la cura de reposo leyendo libros de anatomía, química y física, pensando en la vida, la naturaleza, la biología y los átomos. Y cuando especula en torno a la posibilidad de que "los átomos vendrían a ser como los protozoos y las mónadas de la materia" dice algo que me hace pensar sobre el modo en que sospechamos y permitimos que una pequeñez se vuelva un todo: "Ahora bien, llegados a 'lo que ni siquiera es mínimo', toda medida se escapa; 'lo que ni siquiera es mínimo' es casi lo mismo que 'inmensamente grande', y descender hasta el nivel del átomo es -sin exagerar- como asomarse directamente al abismo".

Sunday, March 29, 2009

Descripción de producto

Hace unos días leí este fragmento en el que Hans Castorp describe las virtudes de su cigarrillo (una cosa curiosa, por lo demás, un cigarrillo en un sanatorio para tuberculosos y problemas respiratorios):

"María Mancini. Fabricación de Banquett, de Bremen, doctor. Es muy barato, diecinueve pfenning la unidad, pero tiene un bouquet que no suele darse en otros del mismo precio. Sumatra-Habana, liado con una sola hoja, como puede ver. Me he acostumbrado a ellos. Es una mezcla muy variada y muy sabrosa, pero suave al paladar. Y todavía mejora si se mantiene la ceniza el mayor tiempo posible, como mucho la hago caer dos veces. Naturalmente, a veces salen mejores y otras peores, pero el control de fabricación debe de ser muy estricto, pues los María Mancini son de una calidad digna de confianza y se queman con una regularidad perfecta. ¿Me permite ofrecerle uno?" (en la página 306 de la Edición Edhasa).


A continuación, el interlocutor de Castorp describe largo y tendido su propio cigarrillo, un San Félix, de Brasil, un cigarrillo de "temperamento fuerte, mucha garra". Este intercambio sigue durante un rato. Mientras lo leo, me percato de algo: estas minuciosas descripciones me recuerdan las que se hacen en American Psycho, de Brett Easton Ellis (una descripción del producto, acá).




Mi intención era comparar la descripción del cigarrillo con una de las que hace Bateman de alguno de sus cosméticos para hombre (¡Patrick Bateman, asesino metrosexual!), de alguno de sus aparatos reproductores de música u otro de los muchos productos a los que atiende con interés. Pero, cosa curiosa, cuando busqué uno de estos pasajes (había leído el libro en preparatoria y no lo había abierto desde entonces) me perdí en el primer capítulo, que recordaba distinto, y, con horror, en el descubrimiento de que la única página que llegué a marcar -con un doblez en una esquina- era el de un capítulo titulado Girls. Que, ay, intenté releer pero no pude. No tengo pensamientos claros sobre todo esto.

Thursday, March 26, 2009

"¿Ha visto las ramificaciones? ¿Y los nódulos?"

En el taxi rumbo al trabajo me distraigo de mi lectura para preguntarme si Fey, en su canción Mi media naranja, al afirmar "Toqué la luna gracias a ti" está haciendo una referencia sexual. Y me pregunto esto porque esa es la canción que está escuchando el taxista -un amable hombre de bigote que eligió la ruta más rápida de varias opciones hacia mi destino- pero también porque me gusta gastarme bromas a mí mismo. Y esta broma en particular consiste en hacerme creer que me planteo una pregunta sin demasiada importancia, sólo en apariencia. Pues, debajo de esta pregunta, de esta broma, se "ponía de manifiesto tanto más claramente que no era más que una tapadera demasiado transparente para la angustia que se trataba de ocultar debajo" (según leí en el libro que llevaba, justo antes de distraerme; se trata de La montaña mágica, una lectura que apenas retomo después de un par de lecturas relacionadas con el trabajo). ¿Y qué angustia se escondería detrás de mi pregunta? A juzgar por su naturaleza, sería de orden sexual. Pero por supuesto, ¡es sólo una broma!, ¿lo ven? Y más adelante, cuando en el mismo libro leo "aquel amigo suyo que recordaba a un tapir", ¿qué ocurre? Pues ocurre que me acuerdo del amigo mío que se hace pasar, a veces, por un tapir. O que le gustaría ser un tapir pues, en sus palabras, le parece "un animal muy elegante".
Y en fin, consigo regresar a la lectura, conforme avanza el taxi rumbo al trabajo, y me pregunto cuando dejaré de leerlo, cuando lo terminaré, y si será cierto aquello de que el "tiempo que consume esperando [uno, el lector] tampoco lo hace más viejo" y si este libro se trata, en realidad, de mi complemento, mi media naranja, si lo quiero sin cruzar palabras, si esto no es un sueño, si es mi otra mitad. Ouo o ooo.

Tuesday, March 24, 2009

Sunday, March 22, 2009

Otro domingo de soltero


Encontré la imagen en el blog de Javier Moreno, acá. Esto tiene que ver con Peter Doig y con gritos en la noche. ¿Y con Ofelia?

Friday, March 20, 2009

Entrada mil y tantos


Hace un momento encontré estas dos imágenes en ffffound.com, un servicio que permite compartir las imágenes que a uno más le gustan y que se encuentran en la red; es descrito como un servicio que promueve "la inspiración". Ver imágenes en ffffound.com lo deja a uno, ¿cómo? Queriendo saber más, supongo. Y se puede saber más pues todas las imágenes están acompañadas del vínculo que lleva a la fuente original de donde fue tomada la imagen. La mayor parte del tiempo no reviso dichos vínculos pues me ganan las ganas de ver más imágenes -una imagen lleva a otra, sucesivamente. En fin, cuando las vi recordé la siguiente imagen:

Se trata de una fotografía que ilustró un afiche para promover una recaudación de fondos israelí para evitar la demolición de casas (Israeli Committee Against House Demoitions-USA) según leí acá, un texto a partir de una fotografía de Oded Balilty, quien, por dicha imagen, ganó el Pulitzer en 2007. En dicho ensayo, "The Lone Figure Against the Armored Swarm", Lawrence Weschler recuerda que una imagen no puede ser política por sí misma:

"As someone recently remarked (was it Susan Sontag in her last book?) photographs (or for that matter, paintings?) can never be political in and for themselves. What makes them political -the thing that activates their political meaning- is the captions".

¿Esto es verdad? ¿Una imagen no puede contener sentido político por sí misma? En cierto sentido, ninguna lo tiene a menos que sea quien ve la imagen quien se lo atribuye; pero, quiero decir, no hace falta una línea que le acompañe. Berger dice algo similar, creo, en Modos de ver, el modo en que nuestra posición respecto una imagen puede cambiar de acuerdo al pie de imagen que le acompaña -Berger hablaba sobre Trigales con cornejas. Pero eso es un matiz distinto. En fin, mi mente divaga. Cosa curiosa: en el texto al que puse el vínculo, "The Lone Figure..." inicia con imágenes de, precisamente, una figura solitaria enfrentándose a otra serie de individuos, armados, "el enjambre armado". Pero es curioso cómo conforme avanza el ensayo dicho enjambre pronto deja de ser una serie de varios para volverse, poco a poco, uno; de soldados que se enfrentan caóticamente -aunque uniformados- a una sola persona, para volverse una fuerza solitaria y concreta; del caos, de varios, a una cuadrilla, a un tanque, a un bulldozer.
Cuando pienso en todo esto recuerdo tanto películas de zombies -el ataque de muchos que se comportan como uno- como películas de monstruos -digamos Godzilla o Cloverfield, el ataque de uno que hace tanto daño como muchos.

Trabajo, leo periódicos

En El País encuentro una nota sobre las cartas completas de Rimbaud. A su familia, con ocasión del año nuevo, en 1890:

"Sigo muy ocupado y me comporto lo mejor que soy capaz mientras me aburro mucho, mucho".

Wednesday, March 18, 2009

Anoche vi The Shining en la televisión

Se me ocurrió que tiene una trama similar a 2001: A Space Odyssey. Un grupo de personas encerradas en un hotel, incomunicado; un grupo de personas varadas en una nave espacial, incomunicado; afuera, el frío del invierno, el vacío helado del espacio; adentro, poco a poco se gesta la locura de un hombre asesino, de una máquina asesina, todo en los albores de un suceso trascendente -la vida eterna de los fantasmas, la nueva vida del hombre de las estrellas.
Había olvidado la escena donde, hacia el principio de la película, rumbo al hotel, la familia Torrance habla sobre los Donner, quienes a mediados del siglo XIX en su peregrinaje hacia el Oeste quedaron atrapados por una tormenta de nieve y tuvieron que recurrir al canibalismo. ¿Ya vieron la nueva La Tempestad? Allí, en Lecciones de Stanley Kubrick, recogemos esta reflexión de Michael Haneke, con ocasión de su Funny Games U.S. y lo que aprendió de Kubrick:

"Soy un gran admirador de Kubrick, pero veo a Naranja mecánica como una especie de error de cálculo, porque vuelve la brutalidad tan espectacular -tan estilizada, con números de baile y demás- que casi tienes que admirarla. Leí en algún lugar -no sé si sea verdad- que Kubrick quedó completamente horrorizado cuando observó cómo reaccionaba el público con Naranja Mecánica, y que incluso trató de que fuera retirada. Se volvió de culto porque la gente encontró divertida su violencia hiperestilizada, y ciertamente no era eso lo que Kubrick pretendía. Es increíblemente difícil presentar la violencia en la pantalla de un modo responsable".

¿Podría uno decir que el modo responsable de representar la violencia en la pantalla es a través del horror? No lo sé. Ciertamente, The Shining no es una película divertida (para ello, yo me atrevo a decir que Naranja mecánica tampoco lo es). Aunque quizá lo es, como puede serlo una experiencia tan extrema y aterradora como subirse a una violenta montaña rusa. Francamente, aunque perturbadora, Funny Games U.S. no es precisamente una película de horror. Y no es, en efecto, divertida. Comparándola con una película que salió por las mismas fechas y de temática similar, The Strangers, Funny Games es un ejercicio de tortura para el espectador. Esto me viene a la mente por el modo en que aquella escena de Kubrick -la familia rumbo al hotel, ese lugar de descanso- finaliza: la madre, horrorizada de que estén hablando sobre canibalismo a detalle frente a su criatura, ve al padre con cara de Deja de hablar de eso. A esto, el niño afirma: "No importa mamá, sé sobre el canibalismo por la televisión". Jack Torrance entonces pone su mejor cara de loco: "¿Ves? No importa, lo vio en la televisión".

Tuesday, March 17, 2009

Monday, March 16, 2009

En la casa de campo

Nocturnum spectrum dormientibus insidiosum.

Friday, March 13, 2009

Voces de México: Dieciséis escritores contemporáneos


Con ocasión del Salón del Libro en París, la revista electrónica Retors, de traducción, presenta un número preparado por Iván Salinas y Mariana Martínez Salgado, con textos de dieciséis autores mexicanos en versión bilingüe. El primer paso a un proyecto mayor de traducción, según entiendo. Pueden visitar el sitio acá.

La tempestad 65: ¿existe la naturaleza?


Vi que no hay Naturaleza,
Que la Naturaleza no existe,
Que hay montes, valles, llanuras,
Que hay árboles, flores, hierbas,
Que hay ríos y piedras,
Pero que no hay un todo al que eso pertenezca.
Alberto Caeiro/Fernando Pessoa, El guardador de rebaños

Hay árboles, ramas, hojas y flores
Hay muchas montañas de colores
Pero, pero, pero...
Calle 13, No hay nadie como tú

Lo que hay es un nuevo número de La tempestad. Existe ya. Permítanme hablarles un poco al respecto. Pero vayamos por artes. En literatura: el dossier "La Naturaleza no existe" propone reflexiones sobre el medioambiente ajenas a las concepciones románticas. En ese contexto, Timothy Morton -cuyo libro Ecology Without Nature nos abrió los ojos llorosos- analiza un poema de Charles Bernstein. En actualidad, viene una entrevista a Daniel Sada (cuyo parecido con mi padre es impresionante, tanto así que cuando lo vi para hacerle la entrevista estuve a punto de abrazarlo y decirle "padre mío"), una reseña de su novela, Casi nunca hecha por David Miklos, y otras lindas cositas. En cine: John W. White analiza la inquietante mirada ecológica de El hombre oso (2005) de Werner Herzog, como parte de nuestro tema de portada. En "Actualidad del arte" se revisa lo más destacado del FICCO -que no fueron las fiestas- así como la película más reciente del gruñente Clint Eastwood. Un homenaje coral a Stanley Kubrick puede leerse a partir de la página 122. En música: En "Los nuevos caminos del rock" examinamos las aportaciones de cinco bandas aparecidas en esta década (Xiu Xiu, Animal Collective, TV on the Radio, Arcade Fire y Battles). Por su parte, Jeremy Glazier explora las propuestas sonoras de Alvin Lucier, auténticas investigaciones sobre la coexistencia en el medio ambiente. En la sección de actualidad se aborda la radical ópera de Bernhard Lang I Hate Mozart. En arquitectura: "Atmósferas" es el título del ensayo en el que Alejandro Hernández Gálvez medita sobre los conceptos de Peter Zumthor, un autor que ha abandonado la noción de "naturaleza" para adoptar la de "ambiente". Dentro de "Formas útiles", Puma City, un proyecto de LOT-EK. En artes visuales: En la página 110, un texto de Alessandra Poggianti (es italiana, neta) sobre Tue Greenfort (es danés, en serio), artista visual y ambientalista que propone ecología radical. En "Actualidad del arte" se repasan exposiciones de Peter Doig (en NY), Liliana Porter, Nina Beier & Marie Lund y María Ruido (en el DF). En artes escénicas: Shaday Larios Ruiz se interna en las propuestas escénicas de Philippe Quesne y Vivarium Studio, que han construido una singular poética ambiental. Reseñamos además los últimos trabajos de Gerardo Trejo luna, Luz Perceval, Rodrigo García y Héctor Mendoza.
Este número tiene un lomo de un centímetro y utiliza papel 100 % reciclado. Por las noches nos hincamos y rezamos para que el porcentaje de erratas sea idéntico.
En la edición LTeens le dedicamos un dossier completo al nihilismo de Nietzsche y su influencia en Charles Bukowski, Fight Club y la contracultura.
En la edición LTKidz también le dedicamos un dossier a la contracultura e incluimos un babero.

Thursday, March 12, 2009

Wednesday, March 11, 2009

Cierto ingenio por la mañana

Leo en La Montaña Mágica: "Sonaron descargas como disparos. Una chispa azul vibró en la punta de un aparato. Grandes relámpagos subieron crepitando a lo largo de un muro. En algún lado, una luz roja, semejante a un ojo silencioso y amenazador, vigilaba la habitación..."

Tuesday, March 10, 2009

Martes

Estoy en la oficina, no es temprano pero es de mañana y tengo una cortada en la cara de la rasurada. Ha pasado ya "el domingo y el lunes. Luego, una noche y una mañana formaron el tercer día de Hans Castorp en la reserva, un día de diario sin nada de particular: el martes". Me pregunto si más tarde en el día yo también veré "el crepúsculo que avanzaba rápidamente, ese crepúsculo de hoy que era tan difícil de distinguir del de ayer, del de anteayer y del de hacía ocho días". Para entonces yo ya habré notado que "había caído la noche y parecía que apenas había transcurrido la mañana. Aquel día subdividido y artificialmente abreviado se había deshecho entre sus dedos", me percataré, "se había evaporado, como pudo comprobar felizmente sorprendido -o, en el mejor de los casos, pensativo-; porque el horror ante esta fugacidad es algo aún ajeno a su edad. Sus ojos no habían dejado de mirar el mundo del todavía".

Friday, March 06, 2009

Más zombies en los medios

A. O. Scott en su reseña de la adaptación al cine de Watchmen:

As it is, the film is more curiosity than provocation, an artifact of a faded world brought to zombie half-life by the cinematic technology of the present.

El resto de la reseña, en el NYT.


Thursday, March 05, 2009

Caos y confusión


En mi casa, sobre un escritorio, un libro gordo en cual no avanzo porque me ocupo con otras lecturas. Conmigo, en el fondo de la mochila, un libro delgado que llevo a todos lados -a la oficina- para leer cuando vienen esos momentos muertos, la oportunidad de la lectura. Amigo lector, tú conoces bien esta enfermedad. La dispersión, esa vida de caos y confusión. Esa vida que te lleva al café a matar los minutos que quedan antes de regresar a la computadora para abrir el libro que, desde hace semanas, demasiadas, llevas contigo en el autobús, al baño, al asiento en el avión, a la sala de espera: The Sportswriter de Richard Ford. Ah, la angustia de ver cuarenta paginitas más para terminarlo pero que, sabes, no podrás terminar a menos que te obligues. En cambio, no, por las noches te obligarás a otra cosa, al libro gordo en el cual apenas se avanza, por más que lo intentes.
Y es así que abres The Sportswriter, incapaz de concentrarte. Pues pronto piensas en otra cosa. Específicamente: en una imagen que hace tiempo viste en un Art Now, un still de la película Electric Earth, de Doug Aitken. El párrafo -¡pues es todo lo que avanzas!- que te lleva a esa imagen se encuentra en el onceavo capítulo de la novela, cuando Frank Bascombe está a punto de realizar una llamada telefónica, con esa curiosa derrota encarada con una sonrisa. Dice:

In the phone booth I lean heavily on the cool plexiglass, staring at a wire shopping cart stranded in the empty parking lot, while the operator in faraway 401 runs through her listings. At a distance across the blacktop, a burger joint is open on Easter. Ground Zero Burg -a relic of the old low-slung Forties places with sliding screens, windows all around and striped awnings. A lone black car sits nosed under the awning, a carhop leaned in talking to the driver. The sky is white and skating toward the ocean at top speed. Things can happen to you. I know that. Evil lurks most everywhere, and death is too severe for most ordinary remedies. I have dealt with them before.

Tuesday, March 03, 2009

Thomas Mann: otro antídoto al entretenimiento

La montaña mágica es una novela aburrida. Esta impresión siempre me llega, sin embargo, como sorpresa. Recuerdo que cuando intenté leer José y sus hermanos me llegó una sensación similar, como si estuviera leyendo bajo el agua, avanzando -pero, no, hundiéndome- en un magma de historia. El fin de semana, recuerdo, leía, dormía, despertaba para comer, leía y luego dormía más, avanzando como un oso que hiberna. La montaña mágica es una obra para engordar y concentrarse. Anoto esto porque leía hace un momento sobre las aspiraciones de David Foster Wallace pasada The Infinite Jest. De acuerdo con D.T. Max:

From 1997 on, Wallace worked on a third novel, which he never finished—the “Long Thing,” as he referred to it with Michael Pietsch. His drafts, which his wife found in their garage after his death, amount to several hundred thousand words, and tell of a group of employees at an Internal Revenue Service center in Illinois, and how they deal with the tediousness of their work. The partial manuscript—which Little, Brown plans to publish next year—expands on the virtues of mindfulness and sustained concentration. Properly handled, boredom can be an antidote to our national dependence on entertainment, the book suggests. As Wallace noted at a 2005 commencement speech at Kenyon College, true freedom “means being conscious and aware enough to choose what you pay attention to and to choose how you construct meaning from experience. Because if you cannot exercise this kind of choice in adult life, you will be totally hosed.”

El resto del texto está en The New Yorker. Tiene 13 páginas y uno tarda en leerlo. El párrafo anterior es apenas de la segunda página. También hay un avance de la novela. Pero usted ya sabía todo esto.

Monday, March 02, 2009

The possibilities that every wasteland suggests

Cierta sabiduría en Heidi Julavits:

"If you don’t believe in this, what do you believe in? What do you care about? What is the purpose of this destructive clear-cutting, if you don’t have anything to suggest in its place, save your own career advancement? Reading many reviews these days (ones that aren’t regurgitated press copy, ones that are purportedly “critical”), I have the feeling of dust settling on a razed landscape, in which nothing is growing, in which nothing can grow. And this is what makes me depressed, and then angry, and then invigorated by the possibilities that every wasteland suggests. Like Wood, then, I will find my elation through my disenchantment".

Un fin de semana con Thomas Mann


No es suficiente el tiempo, uno avanza poco en La montaña mágica. Esta es la segunda vez que intento leerla. Veo ahora que quizá no era necesario iniciarla de nuevo sino retomar la página donde me quedé en mi primer intento. En las páginas 184 y 185 de la edición que ahora leo (la edición que leía antes la presté y nunca me la devolvieron), encuentro que Hans Castorp llega bastante molido después de una caminata a una conferencia que se imparte en uno de los salones del Sanatorio Internacional Berghof. El doctor que imparte la conferencia dice: "El amor reprimido no muere; vive y, aun en la más secreta oscuridad, aspira a realizarse; rompe la mordaza de la castidad y vuelve a la salir a la superficie, si bien en una forma diferente, irreconocible".
¿Bajo qué forma? "Bajo la forma de la enfermedad".
Castorp, pero no sé por qué escribo esto, se da cuenta entonces de lo que hace el doctor, está haciendo propaganda para su disciplina, "la disección de psicologías": "Venid a mí -parecía decir-, todos los que estáis afligidos y cargados de penas".
Castorp, más o menos en este momento, decide abandonar el salón con su primo no sin antes notar al grupo de personas que deciden acercarse al doctor: "Era como si todos le siguieran en un movimiento concéntrico, acercándose a él desde todos los lados, con gesto vacilante y como sin voluntad propia, movidos por una extraña atracción -igual que las ratas tras el flautista de Hamelín".
Como cerdos al barranco.
He notado que la edición de Edhasa utiliza indistintamente tumbona y chaise-lounge. Y ahora me viene a la cabeza el recuerdo de la tumbona del psicoanalista al que frecuenté en la preparatoria, cubierta por revistas y libros, sin ser utilizada. Era un buen psicoanalista.