Wednesday, March 30, 2011

Tempestad 77: La cultura del consumo

Óscar Benassini, uno de nuestros coeditores, subió estas imágenes anoche a su perfil de Facebook. Son del nuevo número de La Tempestad. En esta edición se inaugura una nueva sección: Estudio, "concentrada en un aspecto fundamental de la producción creativa: el espacio de trabajo, a la vez físico y mental", según explica nuestro director editorial, Nicolás Cabral, en su editorial (este número incluye una editorial dado que estamos a un par de meses de alcanzar el aniversario número 13). Para inaugurar Estudio se visitó el espacio de trabajo de Carlos Amorales. Texto de Alexis Salas, fotografías de Isabel Ruiz:

El dossier central gira en torno a esta pregunta: ¿permitiremos que la experiencia estética sea sustituida por experiencias de consumo? En nuestro dossier lateral se aborda el nuevo cine documental.
De este modo, en literatura: Ruido de fondo, de Don DeLillo, explora la pulsión consumista de las sociedades contemporáneas; a partir de esta novela, Sergio González Rodríguez introduce nuestro tema de portada. En "Actualidad del arte" se incluyen reseñas de libros de Herta Müller, Kurt Vonnegut (que escribí yo), Peter Stamm y J.M. Coetzee. Además: nuestra selección anual de lo mejor que se publicó entre febrero de 2010 y enero de este año.
En el dossier lateral, el de cine documental, se explora el trabajo de Andrés Duque, Serguéi Loznitsa, Deborah Stratman y Wang Bing. Larissa Ferrer lee la obra de David Fincher como síntoma de la sociedad de consumo. Además, reseñas de obras recientes de Christoffer Boe, Apichatpong Weerasethakul, Constantin Popescu y Jia Zhang-ke. En música: en la página 106, Juan Carlos Reyna estudia la relación entre música y crítica del consumismo en la obra de Matthew Herbert, como parte de nuestro tema de portada. La sección de actualidad se acerca a producciones de Alberto Posadas, Nico Muhly, The Pack y Álex Otaola. En arquitectura y diseño: entrevistamos a Rory Hyde con el fin de establecer una relación entre la sociedad de consumo y las propuestas de la llamada "arquitectura no solicitada". Por su parte, Miguel Romero analiza las implicaciones de la Ciudad de la Cultura de Galicia de Peter Eisenman en "Formas útiles". En artes visuales: Daniel Garza Usabiaga vincula las obras de Stefan Benchoam y José Antonio Vega Macotela a la crítica de la cultura consumista. Una entrevista con Anri Sala en la página 18. En artes escénicas: Rodrigo García se ha aproximado, desde una postura crítica e irónica, al consumismo: Alberto Villarreal explora su trabajo como parte del tema de portada. La sección de actualidad contempla las propuestas escénicas de La Comedia Humana, Rara Avis Escena, Lagartijas Tiradas al Sol y la dupla de Rafael Cruz y Ricard Gázquez.


También, en Cuaderno para invenciones, poemas de Kate Hall, un ensayo de Massimo Rizzante sobre la figura del poeta en la obra de Roberto Bolaño, poemas de Manuel Parra Aguilar, un cuento de Óscar Benassini y un breve ensayo de Carlos Jesús González. Creo que pueden ver un par de imágenes más en el FB de Óscar. Y pueden comprar la revista a partir del lunes entrante, si todo sale bien. Todo saldrá bien.

Friday, March 25, 2011

25. III. 2011

Comí con Abel, Nicolás y el otro Guillermo en un japonés que me cayó pesado. En lugar de acompañarlos a tomar el café caminé para bajar la comida. Cuando me sentí mejor entré por un café al establecimiento de cupcakes que está cerca de la oficina y empecé a leer un texto, "The Crying of Page 45", de Reif Larsen, que inicia hablando de Maze, un libro en el que "cada página muestra una habitación distinta del laberinto en un intrincado grabado, y cada habitación tiene una serie de numerosas puertas que llevan a otras habitaciones. Cuando eliges la puerta 20, por ejemplo, debes ir a la página 20, donde un nuevo cuarto con nuevas puertas te esperan".


No avancé mucho en el artículo, me entregaron el café y regresé a la oficina, la pesadumbre volviendo al estómago. Apoyé mi cabeza en un pilar del edificio mientras esperaba a que bajara el elevador. El tablero indicaba que se encontraba aún en el segundo piso cuando se abrieron las puertas. Entré junto al mensajero de la editorial que se encuentra en el tercer piso.
-Al tercero, ¿verdad?, le pregunté.
-Sí, gracias.
Oprimí el botón para el tercer piso, para el quinto, las puertas se cerraron pero el elevador no se movió de su lugar. Entonces, hombre de acción, el mensajero abrió las puertas manualmente. Volvieron a cerrarse, volví a oprimir el botón para el tercer piso y el tablero indicó que del segundo subimos al quinto -cuando, en realidad, sólo subimos de la planta baja al tercero. Ambos nos bajamos en ese piso (el elevador ya no tenía intención de moverse) regresé a la oficina y empecé a escribir esto.

Wednesday, March 23, 2011

Atención

Es como si se fuera a instalar, el peso, pero su existencia es breve. Más bien: se asoma, como un órgano tierno. Si le presto atención permanece. Parece un opresión del diafragma pero luego se aclara su forma, la sensación de acidez, como un susto contenido, distendido aunque persistente, una mancha de tinta, humor en el agua.
Puedo provocarlo.
No quiero provocarlo.
Le veo ventajas pero-
También hay una sensación física en mis costados, no sólo en el pecho. La misma idea: la idea fija. ¿Cómo atender la sensación tenue sin ajarla? No es algo que pueda mirarse insistentemente sin atravesarla, esa tela de araña.
Sin quererlo, en el pasado, me he abandonado a la sensación. Ahora que comienza a remojarse en la espesa salsa del sentido común es cuando puedo considerarla, debilitada.
La impresión de sensaciones que se alimentan de otras, parasitarias.

Monday, March 21, 2011

Historias rotas, ideas fijas

No soy una persona paciente.
En mi diario: "Volví a Lovecraft a falta de televisión".
Leí The Nameless City, donde se lee:

That is not dead which can eternal lie,
and with strange aeons even death may die.

Terminé The Victim de Saul Bellow. Disfruté más Dangling Man. Me gustó esto, sin embargo:

...affected as a candle flame is by varying amounts of air, as all that wants to be what it was made responds to whatever feeds or endangers it.

También recuerdo un momento donde describe el resplandor de la llama azul del piloto, iluminando el cavernoso y arácnido interior del calentador de agua.
Y esto otro, en palabras de Albee, un borracho que busca venganza, mentiroso irredento:

I know what really goes inside me. I'll let you in on something. There isn't a man living who doesn't. All this business, 'Know thy self'! Everybody knows but nobody wants to admit.

La impresión de haber leído The Victim en dos partes, por decir. Una con atención y otro con atención en otra cosa, en una idea fija. El problema de las ideas fijas. Descansé un poco de Bellow para leer un poco de Elizondo que, descubro, no me gusta. Mejor, para el caso, leer a Valéry. Pero le puse atención a esto de Elizondo:

Durante los últimos doce meses he sido presa de violentas distracciones. Solamente en el vacío de la atención puede nacer la idea interesante o el proyecto de imposible realización digno de considerarse unos instantes más o de ser arrojado al cesto.

Proyectos imposibles.
Cambiar ideas fijas por ideas fijas.
Elizondo cita esto de Hopkins, de su The Leaden Echo and The Golden Echo, que me gusta:

How to keep -is there any, is there non such,
nowhere known some, how or brooch or braid
or brace, lace latch or catch or key to keep
Back beauty, keep it, beauty, beauty, beauty, beauty...
from vanishing away?

La sensación momentánea de encontrarse en una ciudad extranjera.

Thursday, March 17, 2011

...

Guillermo Íñigo dice: (12:15:30 p.m.)
No me vayas a voltear a ver.
Guillermo Íñigo dice: (12:15:34 p.m.)
Estoy escuchando "I Wanna be Adored"
Guillermo Íñigo dice: (12:15:37 p.m.)
Y pongo caras de intensidad.
Óscar. dice: (12:15:46 p.m.)
...
Guillermo Íñigo dice: (12:15:50 p.m.)
Ya, ya acabó.
Óscar. dice: (12:15:50 p.m.)
Las he visto.
Guillermo Íñigo dice: (12:15:54 p.m.)
Si quieres veme.
Óscar. dice: (12:15:55 p.m.)
Sé de qué hablas.
Óscar. dice: (12:16:09 p.m.)
No me gusta verte intensear.
Guillermo Íñigo dice: (12:16:24 p.m.)
¿Te gustaría que yo fuera un superhéroe que se llamara INTENSO?
Óscar. dice: (12:16:44 p.m.)
No, Guillermo.
Guillermo Íñigo dice: (12:16:48 p.m.)
Y que fuera mi grito de guerra.
Guillermo Íñigo dice: (12:16:53 p.m.)
INTENSOOOOOOOOOOOOOOOOO
Óscar. dice: (12:16:59 p.m.)
...

Monday, March 14, 2011

Gato hidráulico

Ayer domingo cambié por la mañana la llanta que ponché el sábado por manejar demasiado rápido. Aunque hay un gesto de imprudencia en el manejar rápidamente a lo que solía llamar las "altas horas de la noche", como si fuera un espacio del tiempo que no tiene gran relación con el resto de mi vida, mi vida normal, debo decir que ahora comienzo a dejar de ver las cosas como si hubiera un mundo escindido. Y más como si todo fuera parte de una continuidad con sus respectivos vasos comunicantes y explicativos.
Pocas acciones tienen un sentido tan claro como cambiar una llanta. Es importante cambiar llantas, de vez en cuando. Debo haberlo hecho unas cuatro veces en mi vida y siempre que lo he hecho me he sentido útil y con propósitos claros -todavía recuerdo aquella ocasión en que llevando a una amiga al aeropuerto se ponchó la llanta poco antes de que se fuera su vuelo. Todo, sin embargo, salió bien.
Comienzo, una vez más, a ver por dónde va la cosa y creo que la cosa va bien. No creo, sin embargo, que vaya a ser fácil, pero carajo, cambiar la llanta no fue fácil, ¿por qué habría de serlo también las cosas que me importan realmente? Todavía me duele la espalda. Fue un buen fin de semana.
Hoy no me rasuré.

Sunday, March 13, 2011

El futuro


A través del NYT llego a esta imagen, donde fuerzas de defensa japonesas caminan en Otsuchi, de la prefectura Iwate, afectada por el tsunami. Me recordó esto.
El sábado un amigo me estuvo hablando sobre la maestría que está estudiando y algunas consideraciones generales sobre áreas de filosofía de la ciencia, filosofía de las matemáticas y sobre todo del poder que tiene, hoy en día, la lógica inductiva. Hablamos un poco sobre la relación que tiene ello con las grandes filosofías de la sospecha, con la necesidad, la verdad, la realidad y me explicó dos posturas antagonistas. Ya no lo tengo muy claro, pero era plantearse el problema como un tema epistemológico, con límites claros, o bien, creer, según entiendo, que existe la posibilidad de una teoría unificadora que pueda ayudarnos a interpretar el caos.
Saco algo en claro: el futuro no será aburrido.

Friday, March 11, 2011

Errar

Eduardo Milán en la segunda parte de Errar:

Los hechos hacen lo que pueden. Habito
un hecho. No tiene techo ni antena ni
veleta con gallo que la girara. Ni cara.
Es difícil mostrar la cara de un hecho
de la boca a las pestañas. La luz de la
mañana levanta sus pestañas, suspende el sueño.
Por ahora es un hecho desamparado en la ausencia
de pájaro en el tejado. Pero es un hecho sin quejas,
sin cajas de rencor donde la Pandora se aloja con
sus muñecas rojas, con su pelo viejo. El consejo
es dejar pasar -no ponerle jardín con su jardinero-,
dejar pasar el tiempo. Porque el hecho queda lejos.

***

Nadie tiene la culpa de nada. Las cosas,
simplemente, suceden. Y sucedió, eso fue todo.
El ejemplo del pájaro: el pájaro en su nido, sucede.
Como todos sucedemos y no terminamos de suceder. Nunca.
¿Para qué terminar de suceder? ¿Cesar de suceder? Dale
al César lo que es del César para que ellos, los ánsares,
los cuasares, los sinceros y los de oro no dejen,
nunca dejen de sucederse en el trono, en el trueno, en el
trino. Y ahora vuelve el ejemplo del pájaro.

Wednesday, March 09, 2011

Leí La pesquisa (...minotauro...)


Salí del trabajo y caminé un rato. Entré a un par de librerías, sobre todo para ver si me encontraba a alguien (no encontré a nadie) y al final regresé a casa, aburrido. Sin mucha hambre, como para entretenerme, me hice de cenar y me senté a, finalmente, terminar el único libro de Juan José Saer (1937-2005) que he leído. No se trata de su mejor obra, según me explicó Nicolás nunca-me-aburro Cabral un lector de Saer, pero, considera, es una buena introducción. Disfruté mucho La pesquisa (1994), especialmente habiéndolo leído después de Diálogo (ver, ay, la entrada anterior) que contiene algunas conversaciones entre Saer y Piglia (La pesquisa está dedicada a Piglia, quien, creo, ha ahondado más en el género policíaco).
Y ahora viene esta cosa de querer leer más de Saer.
Y a Piglia.
No olvido que mi amigo Julián Zárate, hace tiempo ya, me había dicho que debía leer a Saer.

Está esto, por ejemplo, donde el narrador observa a consumidores en la víspera de Navidad:

"Previstos rigurosamente de antemano por cuatro o cinco instituciones petrificadas que se complementan mutuamente -la Banca, la Escuela, la Religión, la Justicia, la Televisión- como un autómata por el perfeccionismo obsesivo de su constructor, el más insignificante de sus actos y el más recóndito de sus pensamientos, a través de los que están convencidos de expresar su individualismo orgulloso, se repiten también, idénticos y previsibles, en cada uno de los desconocidos que cruzan por la calle y que, como ellos, se han endeudado en una semana por todo el año que está por comenzar, para comprar los mismos regalos en los mismos grandes almacenes o en las mismas cadenas de marcas registradas, que depositarán al pie de los mismos árboles adornados de lamparitas, de nieve artificial y de serpentina dorada, para sentarse después a comer en mesas semejantes los mismos alimentos supuestamente excepcionales que podrían encontrarse en el mismo momento en todas las mesas de Occidente, de las que después de medianoche se levantará, creyéndose reconciliados con el mundo opaco que los moldeó, y trayendo consigo hasta la muerte -idéntica en todos-, las mismas experiencias concedidas por lo exterior que ellos creen intransferibles y únicas, después de haber vivido las mismas emociones y haber almacenado en la memoria los mismos recuerdos".

También está esto otro, fragmento de una descripción de un sueño:

"...se encontró vagando por la penumbra crepuscular, acerada por la reverberación de la nieve, de la ciudad levemente transformada por la alquimia ruinosa de su sueño. Los templos achatados en los que había que entrar casi en cuatro patas revelaban la esencia verdadera de sus dioses, y los monumentos públicos, borroneados por la indecisión de sus ideales o por la erosión, erigían formas confusas, efigies ecuestres o centauros, pulpos gigantes o esfinges, ángeles o águilas carniceras, héroes o mamuts. Las caras alargadas de los habitantes, grises y poco diferenciadas unas de otras, volvían remota la posibilidad de encontrar una que despertase simpatía..."

En mis peores momentos, que me obligan a confundirlos con los mejores, imagino que así es mi vida. Es decir: una vida donde uno vaga por calles conocidas, o que cree que son conocidas, para descubrir que esas calles no son las de la ciudad sino las de la maqueta de la ciudad que uno ha creado en su interior. Pero no debería ser así.


En fin, terminando de leer a Saer tuve, como quien dice, antojo de leer a Lovecraft y empecé The Dreams in the Witch House and Other Weird Stories. Pospongo así mi regreso a Bellow. (..."well, the world was a busy place -he scanned the buildings, the banks and offices in their Saturday stillness, the pillars ribbed with soot, and the changeable color of the windows in which the more absolute color of the sky was darkened, dilated, and darkened again"). Leí así, pues, "Polaris", que me gustó, "The Doom that Came to Sarnath" que medio me gustó y "The Terrible Old Man" que es muy breve y quizá por eso me gustó. Tanto en "Polaris" como en "The Doom..." se describen ciudades distantes, geográfica o temporalmente, con sus domos y pilares, sus bóvedas y en fin, toda esa cosa borgeana laberíntica que puede inspirarle horror al hombre moderno. Estoy harto de la ciudad que llevo dentro.

Wednesday, March 02, 2011

Leyendo: Diálogo, Piglia-Saer


Leo Diálogo, un libro publicado por Mangos de hacha en el cual se recogen algunas de las conversaciones entre Ricardo Piglia y Juan José Saer ("el improbable encuentro entre Emilio Renzi y Pichón Garay", dice Nicolás Cabral en Contornos de una amistad, el texto introductorio). Inicia Piglia: "La relación entre diálogo y la literatura es una relación conflictiva. La literatura ayuda a desconfiar del diálogo: no es cierto que hablando la gente se entienda. Quizás escribiendo se entiendan un poco mejor, pero tampoco es seguro".
Leía y me encontré haciendo una pequeña marca en la página para volver a lo siguiente, que me recuerda el análisis que hace Piglia de una mala traducción del Ulises de Joyce en, creo, El último lector. Acá, hablando sobre Faulkner, se detiene en la traducción que hizo Borges de Las palmeras salvajes:

"...lo que uno encuentra en esa traducción es una 'lucha' entre el estilo de Borges y el estilo de Faulkner. Uno puede encontrar la tensión entre ese estilo desaforado y abierto que tiene Faulkner y el intento de contención de Borges que a menudo interviene, falseando, las intenciones de Faulkner. Por ejemplo, si observamos el primer párrafo de Las palmeras salvajes ocupa casi toda la página, y Borges, que no puede soportar esto, pone un primer párrafo aparte. Hace más limpio el tipo de enunciación. La primera escena de Las palmeras salvajes es un hombre, un médico que baja con un farol una escalera en una casita en el campo. Cuando en Faulkner empieza a bajar esa luz, no se sabe de quién se trata, si se trata de un hombre o de un fantasma, si están en la playa, si ese individuo está bajando o subiendo, si eso es un sueño. Porque es así como está narrado. Uno se va dando cuenta de que hay una luz, en un lugar, y de que hay una persona, o algo, que baja por una escalera. Y, cuando termina el párrafo, se empieza a percibir lo que pasa. Lo que hace Borges con sus cuentos, qué es lo que está por pasar. A partir de ahí empieza a existir una suerte de combate entre esa prosa llena de paréntesis y de subordinadas de Faulkner y el intento de Borges de aclarar esa sintaxis".