Monday, August 29, 2005

Drama cotidiano

Hubo un tiempo en el que todo era paz y la separación no existía. Un tiempo en el que mi trabajo era más sencillo pues mi computadora podía entrar a Internet sin necesidad de un cable. Eran tiempos mejores. Ahora debo correr desde mi oficina a la biblioteca de la universidad para que pueda mandarle correos y trabajos a la computadora de mi jefe. ¿Por qué? Porque la tecnología ha avanzado y cada vez necesita menos materia, ya no poseemos entradas de floppy disks a nuestras computadoras y los usb's se han estropeado. Antes de la carencia de unidad que nos proporcionaba Internet, esto no era un problema.
Soy un imbécil, me repito. Esto no es en realidad un problema. Es un particular que quieres subir a un universal, es una pequeña y estúpida anécdota que quieres engrandecer para que parezca que tu vida es mucho peor de lo que imaginas y experimentas. Pues, sospechas, imbécil, que tu vida debería poseer un mayor sinigificado y que te sientes ligeramente culpable porque no es así. Tus preocupaciones, en el gran esquema de las cosas, son nada. Y ahora, peor, quieres hacer parecer que esta revelación añade cierta desesperación a tu existencia. Pero la verdad es que la pasas muy bien. Te divierte inventarte problemas. Y te divierte aún más advertir que te imaginas pequeños dramas personales como si esto fuera una virtud.
Pues no es una virtud.
La verdad es que cada vez te cuesta más escribir en tu bitácora. Primero porque sabes que ahora te leen, algunas personas, y no te puedes obligar a escribir ciertas cosas que realmente te preocupan. Segundo, porque comienza a aburrirte. Jugueteas con la idea de escribir poesía en secreto, en un cuaderno que guardarás debajo de tu colchón. La única manera de avanzar, descubres, es hablando de ti mismo y de tus pequeños truquitos literarios. Piensas que piensas que piensas que hace un momento estuviste a punto de tirar la coca-cola sobre tu teclado (por torpe) y que en el fondo lamentas que no haya sido así. Hubieras tenido un pequeño drama que contar. Y luego contarías sobre tus pequeños dramas. Y entonces dejarías de hacer literatura y comenzarías a escribir algo de importancia. Pero no tiraste tu coca-cola (porque tienes reflejos de lince). Este es tu nuevo drama.
Esto debería constituir un vistazo a la naturaleza del horror.
Pero no constituye nada.
Quiero escribir sobre cómo se desgarran los cuerpos en el vacío. Jodida moral.

Friday, August 26, 2005

Las cosas que debe hacer Adriana Degetau

1. Regresarme mis libros.
2. Ver Harry Potter y darme la razón.
3. Comer pizza.
4. ¡Regresarme mis libros! ¡Umph!

Carver

Hoy al salir de casa vi una gran paloma negra en una esquina de la cochera. Uyuyuy.

Granitos en la cara

Asumió que me había encontrado en internet porque en Amazon.com vio que una persona había comprado el número trece de McSweeneys, editado por Chris Ware, la novela gráfica Jimmy Corrigan: the smartest kid on earth, también de Chris Ware y Blankets de Craig Thompson. Asumió esto porque le presté Jimmy Corrigan y porque vio Blankets y el McSweeneys número trece en mi librero. Y pensó que nadie más compraría esos libros y los tendría alineados en uno de los anaqueles más bajos de su librero. Y yo también lo hubiera creído, pues aunque no me parece improbable que alguien comprara estos libros, sí me sorprende que alguien los compre al mismo tiempo. A pesar de que yo los tengo amontonados en el mismo lugar, no los compré a la vez. El McSweeneys me llegó por correo y es una gran cosa, el Jimmy Corrigan lo pedí en el Comic Castle de Universidad y lo trajeron desde Monterrey y el Blankets lo compré el San Francisco. Me encantó escribir este post. Me dio la oportunidad de hablar sobre los lugares a los que he ido para comprar mis libros y los rincones de la tierra desde donde llegan a mis manos. Por otro lado, me molestó un poco tener que confesar que aún, a mis veintitres años, con granitos en la cara y la hormona alborotada, leo comics. Sin embargo, como el lectos már atento se dio cuenta, esta vergüenza se vio ligeramente mitigada al llamarlos "novela gráfica"; lo cual suena mucho más hip y cool. Adoro los eufemismos.
Curiosamente en el McSweeneys número 13, dedicado absolutamente al comic, viene el siguiente apartado en una de las cuartas de forro (en letra chiquita y que ahora traduzco para que lo puedan disfrutar, y temer):
Comprendo que si veo este libro y resulta que me gusta alguna de sus imágenes, anécdotas de comics, o historias ilustradas, podré ser considerado por aquellos que son más inteligentes y cultos que yo como un: iletrado, pueril, o, aún peor, virgen. A pesar de esto, puedo probar, bajo la pena de perjurio, que en alguna u otra ocasión, he tenido relaciones sexuales con al menos otra persona:
una vez:___
dos veces:___
más de dos veces:___
un millón de millones de veces:___
El nombre de él o ella:_______
¿Se le puede contactar fácilmente? Sí___ No___ Si es así, ¿cuál es su teléfono?_______
Otros comics que leo: Batman, Superman, Spiderman, Gen 13 (sí, es verdad), Tintin, Astérix, Calvin y Hobbes, Fox Trot y alguna vez Mafalda, The Far Side, Garfield... y Archie.

Sunday, August 21, 2005

Houellebecq

Lo encontré en un cajón. Antes llevaba este poema en la cartera, escrito rápidamente en una hoja bien doblada, y quería que significara algo. Ahora sé que simplemente me gusta. Apenas lo transcriba, lo haré bola y lo tiraré al cesto de basura.
En una sala porno, jubilados jadeantes
contemplaban escépticos
los brincos mal filmados de parejas lascivas;
sin ningún argumento.
He aquí, yo me decía, el rostro del amor,
el auténtico rostro
Seductores, algunos; esos siempre seducen;
los otros sobrenadan.
El destino no existe ni la fidelidad,
mera atracción de cuerpos.
Sin apego alguno, sin ninguna piedad;
juegan y se desgarran.
Seductores algunos, por ende, codiciados,
llegarán al orgasmo.
Hartos ya, tantos otros, no tienen ni siquiera
deseos que ocultar;
Sólo una soledad que acentúa el impúdico
goce de las mujeres
Tan sólo una certeza: "Eso no es para mí",
pequeño drama obscuro.
Morirán, es seguro, algunos desencantados,
sin ilusiones líricas;
practicarán a fonto el arte de despreciarse,
de modo bien mecánico.
A quienes nunca fueron amados me dirijo
A quienes no gustaron;
A los ausentes todos del sexo liberado,
Del placer ordinario;
No temáis nada, amigos, mínima es vuestra pérdida,
no existe, no, el amor
es sólo una vícticama cruel cuyas víctimas sois;
juego de especialistas.

Thursday, August 18, 2005

Recomendaciones para hoy.

Sé que en este espacio la tentación de dar opiniones y reseñar novedades y dar recomendaciones es muy fuerte. Incluso tengo amigos que han escrito en este tipo de espacios sólo con la intención de dar recomendaciones de la semana. Generalmente procuro evitar este tipo de impulsos, pero ahora no puedo más. Así que ahí les va una sana y alegre recomendación que habrán de seguir al pie de la letra si quieren ser mejores y más felices personas.

Les recomiendo ser profesores adjuntos en una preparatoria de puros hombres y tener que hacer muchas cosas por la mañana, con el tiempo justo, sin haber desayunado para que después, cuando lleguen a la oficina en la universidad, después del suplicio de la prepa, puedan tener mucha, mucha hambre. Entonces podrán disfrutar enormemente de una tasa de café aguado con unas canelitas de Marinela. Una gloria para el paladar del asalariado (también deben usar corbata y un saco, aunque haga mucho calor, aunque suden, aunque el tiro se les suba por la entrepierna). Les advierto, esto es un gusto adquirido.

Sunday, August 14, 2005

Sobre perder a un amigo

Nunca he perdido a un amigo así que no tengo nada que decir al respecto.

Wednesday, August 10, 2005

Lo que se espera

Esto es lo que va a pasar. Julián, el amigo, agarrará sus chivas y se largará a tierras más cálidas donde el peligro de los huracanes es mayor. Extrañamente, ahí será más feliz o tendrá mayores oportunidades para serlo. Y entonces se le extrañará y podremos afirmar esto sin temor a ser juzgados, sin temor a que él mismo opine que sea una declaración extrañamente torcida y peligrosamente homoerótica, pero no lo será pues estará basada en algo sólido como la amistad.
Y después pasará el tiempo.
Y después nos volveremos a ver.
Y platicaremos de cómo pasa el tiempo, de cómo parecía apenas ayer cuando esperábamos el nuevo disco de Pearl Jam, de cómo esperábamos que fuera el fin de semana para salir de la ciudad o para que saliera tal o cual película. Nada de esto ocurrirá hasta después de este sábado, pero apenas llegue comenzaremos a contar en reversa, esperando el nuevo libro de Houellebecq o el nuevo disco de Pearl Jam o a que finalmente se recopilen los archivos de Bolaño o a que salga la cuarta parte de Indiana Jones o a que llegue la fecha en que veamos a los Foo Fighters y así se nos irá pasando el tiempo y nos preguntaremos si habrá un momento en que dejaremos de esperar a que sucedan estas cosas. No llegará ese momento y será, probablemente, lo único que no esperaremos con ansia pues apenas lo veamos a la distancia advertiremos que habremos perdido esa base sólida que nos permita esperar tonterías con desesperación. Supongo que quiero decir algo con esto, algo que le escribiré a Julián por correo al día siguiente de que se haya ido, o tal vez no al día siguiente si no dos días después pues no querré demostrar ningún sentimiento o en particular. Tal vez debería esperar una semana. Dos, para no ser pesado. Tal vez un mes. Sí, un mes antes de escribirle y decirle que todo está bien por acá, que finalmente me he titulado, que he estado leyendo a Musil. Le preguntaré qué le pareció La literatura nazi en América, le preguntaré qué le pareció Lovecraft: against life, against the world, le preguntaré si leyó el último Replicante. Le aseguraré que habré rockeado. Que seré feliz. Que todo está bien.
Julián, por su parte, sudará.

Tuesday, August 09, 2005

Contagio

Más sobre higiene, tomado de Higiene Escolar, de 1929, por el Prof. L. Burgerstein:

Es preciso inculcar los hábitos de limpieza en la casa, en el vestido, en el cuerpo, especialmente en las manos, incluso las uñas de los dedos; prohibir el uso de objetos que utilizan otras personas, especialmente pañuelos, vasos, gorras, lápices, etc.; además, hay que evitar cualquier contacto de sus propias mucosas (labios, nariz, ojos) con los dedos, sobre todo si están sucios, que humedezcan distintos objetos con la saliva, que se tosa o estornude con la cara dirigida a otras personas, y cuidarse de alimentos crudos. Es de gran valor el abundante movimiento al aire libre, y el endurecimiento corporal.
Pues yo estoy enfermo. Hace unos días comí sushi, toqué mucosas con mis mugrosas manos y no he evitado besar manos. Así que todo se entiende bastante bien. Ahora sudo, visto mi bata morada, escribo y leo en el baño a Kafka.

Friday, August 05, 2005

La lectura, la escritura

Lecciones de Higiene literaria

a) La impresión ha de ser de un color negro intenso y de contornos muy precisos, y el papel no ha de ser brillante ni ha de permitir que las letras se transparenten en el lado opuesto. Durante la lectura, la distancia entre los ojos y el libro ha de ser tan considerable como lo permite la estatura del lector; se tiende a aproximar los ojos al objeto a leer (y escribir), adoptando una posición contraria a las reglas de la higiene, no sólo porque la actitud erguida exige un mayor trabajo muscular que las posiciones encorvadas, antihigiénicas, sino también por la siguiente razón: la imagen del objeto que se produce en el ojo, aumenta por la aproximación; como el ojo inexperto posee una gran capacidad para acomodarse con exactitud a los pequeños objetos cercanos, en la proximidad los objetos aparentan ser mayores que cuando se miran a distancia; esto, por supuesto, da origen a posiciones y actitudes viciosas.
Ha de procurarse no leer con una luz deficiente ni en una actitud viciosa, que no se dedique tiempo excesivo a la lectura, ni se empleen libros impresos con caracteres demasiado pequeños o apretados. Por lo que se refiere a las ventajas e inconvenientes higiénicos de las escrituras redondas y angulares, puede afirmarse que las ventajas están de parte de la primera y las desventajas de la última.
b) La escritura ha de ser objeto de reflexiones más minuciosas que la lectura. Se comenzará, desde luego, con el empleo del lápiz y papel, pasando lo más pronto posible al uso del papel y tinta. Por desgracia, a pesar de los diferentes ensayos practicados, aún no se ha logrado hallar un material que por todos los conceptos sustituya favorablemente estos medios. El papel para la escritura no debe ser áspero, ni brillante, ni ha de permitir que lo escriuto se transparente al lado opuesto; la atura del cuaderno no deberá ser mayor de 20 cm. y la longitud de la línea no ha de exceder de 11 cm; cuanto más alto y ancho sea el cuarderno, tanto más se facilitará que los escritores adopten actitudes viciosas. La altura de las letras minúsculas no ha de ser menor de 3 mm; pero si exceden de 5 mm., no guardan ya relación con las dimensiones de los dedos. También será preciso que se evite adoptar un tipo de escritura demasiado pequeño o demasiado fino.

Monday, August 01, 2005

El abismo

No sé cómo comenzar. Ahora tengo ganas de escribir "para variar". Y dejar estas frases introductorias y entrar directamente al abismo, que es el tema de esta actualización. Desde hace semanas quiero escribir sobre el abismo. A veces, acostado en mi cama, pienso: "Mañana escribiré sobre el vacío". Después, duermo. Más tarde, al despertar recuerdo lo que había pensado, o mejor dicho recuerdo que me había dicho algo precisamente antes de dormir, algo que era importante para mí, en un nivel. Así que paso algo del tiempo de la mañana pensando en qué era precisamente aquello sobre lo que quería escribir (en la regadera, mientras me visto frente al espejo de cuerpo completo que tengo en mi armario, al lavarme los dientes) y luego llega la idea, finalmente, después de años de viaje, después de siglos de haber deambulado en el desierto; pero de otra manera, cambiada, casi no reconocible, un poco coja y mal arreglada: "Más tarde escribiré sobre el abismo", me digo, aunque sé que era otra cosa, muy similar y cercana a la idea que tenía en el principio.
Y es el horror helado.
Siempre pienso un poco antes de comenzar a escribir. No pienso precisamente sobre lo que voy a escribir ni cómo lo haré, no a menudo, al menos, pero pienso lo suficiente como para llegar a ese lugar donde puedo escribir sin demasiadas trabas. Pienso en el pasado y en el presente y en cómo serán las cosas más tarde y pienso en las estrellas y la historia de la humanidad y del pensamiento y de la literatura y en las amebas y en el movimiento de cerrar y abrir lo ojos; también pienso en movimiento de mi pecho cuando estoy agitado, pienso en los fluidos y en los sonidos que hace mi estómago. Imagino que soy una máquina. Imagino que no importo, o lo reconozco. Después, las cosas vienen un poco fácil. Después no lo es tanto pues recuerdo lo que quería contar originalmente, mostrar las imágenes con las que quería presentar esto: el vacío y la falla de Kier que aparece en Garden State, película tan buena.
Y luego pienso en el abismo del que habla Bolaño.
Luego, en el vacío de los cuerpos.
Después, en cómo los llenamos.
Y no consigo escribir bien.
Hoy compré los cuentos completos de Kafka. Hoy vi, también, en los brazos de una persona el libro de Calasso, K. No fue hasta este momento que pensé en la relación. En la fila para pagar mi libro (carísimo), también estaban dos argentinas muy altas y delgadas que me hicieron pensar en la manera en que las nubes, a veces, crecen como montañas. Otro libro que compré fue Los invasores de marte, de Trino. Que la verdad, es bien cagado. Finalmente, pensé, con lo de las nubes, en que el sodio de la ciudad de México hace que la luz se disperse sobre la ciudad, igual que en algunas ciudades costeras. No sé cómo acabar esto.

M.hizo bien

Primero: gracias de nuevo, con todo el cariño que le corresponde. Y ahora:
Obviamente uno sabe que cuando dice "Este es el mejor regalo que me han dado" está exagerando y está utilizando una frase hecha y trillada y terrible, el tipo de frases que deberían guardarse en un cajón de madera, con un montón de ladrillos, y tirarse en las fosas marianas, nada menos; pero extrañamente, cuando las palabras terminan de rodar fuera de la lengua de uno, se da cuenta de que es verdad, pues no sólo es uno de los únicos libros de Bolaño que no ha leído, sino que es uno de los libros de Bolaño que nunca había visto. Y entonces, lo toma, lo palpa y se da cuenta de que es real. Y después lee la dedicatoria, una cosa tan precisa y atinada que le hace pensar a uno que, para escribir dedicatorias, en comparación, quiere decir, uno es bastantes inútil.
Y el regalo incrementa exponencialmente su valor cuando descubre el sello: University of Notredame Library, y después, la colocación:
PQ
8098.12
.Q38
L58
1996
Supone que de alguna manera esto está mal, pero no le importa. Es agradable, el sentimiento. La lista de libros que pospondrá para leerlo es:
1. The infinite Jest.
2. The facts of winter
3. The people of paper
4. Cien años de soledad (de verdad).
5. La boda de Hitler y Maria Antonieta en el infierno
6. Lovecraft: against life, against the world
7. Uniones.
8. Tres mujeres.
9. El hombre sin atributos.
10. Impresiones de África
11. La Rosa
12. Los hechizados
Ay, y tantos otros.