Tuesday, March 29, 2005

Carajo

Ya van dos veces. Intento publicar y no puedo, en este maldito blog. Borré dos maravillosas actualizaciones que ya nadie verá, como algunas de las costas de Magallanes. La próxima vez que quieran llorar, piensen en esto.

Hace poco le compré un libro de Cortázar a un primo que tiene la hormona alborotada y no sabe qué hacer con su tiempo. Recuerdo que yo leí a Cortázar a su edad. Cumplo años este sábado. Me siento viejo. Me gusta ese sentimiento.

También: Anoche una amiga me dijo que alguien estaba dejando mensajes perversos en su máquina contestadora. Uno de ellos decía "Te voy a coger mamacita". Le prometí que no era yo.

Las cosas que deseo para este año (algunas):
1. Que salga El inquilino
2. Ser Dave Eggers
3. Que alguien me renueve la suscripción a McSweeney's
4. Comprar y terminar El hombre sin atributos
5. Terminar mi novela
6. Conocer a Bárbara Mori
7. Dejar de pensar en la seducción como un sistema de retribución narcisista
8. Que mi perra aprenda a hablar
9. Que la gente distinga cuando hablo en serio de cuando no lo hago
10. Ser menos barrigón

Mis blogs pasados era más largos que este.

Saturday, March 19, 2005

Se terminó de escribir a las 2.25

Dos de la tarde pasados diez minutos. Mi padre grita en un cuarto contiguo, le grita a mi madre, le grita porque no entiende lo que dice, una mala conexión telefónica. Mi madre viene en camino, por carretera, y a su llegada partiremos. Semana que es santa. Semana que es vacacional. Una lista de lecturas planeadas y que no terminaré:

1. Caminos de bosque, Heidegger
2. ¿Qué es la metafísica?, Heidegger
3. Nietzsche, Heidegger
4. La montaña mágica, Mann
5. I., Stephen Dixon
6. Tristram Shandy, Sterne
7. McSweeney's Quarterly Concern Issue #15, varios.
8. The Fortress of Solitude, Lethem

Le voy a prestar a mi padre 2666 para que lo lea en vacaciones. No le va a gustar. Anoche tuve una pesadilla. En algún momento yo era Adrian Brody (pero como aparece hacia el final de El pianista) y en otro estaba en una especie de misa negra. También: me peleaba con un amigo al que estimo. La pelea tenía que ver con la manera en que trataba a su hermano. Mi amigo, en la realidad, no tiene hermanos. Amanecí con un arañaso en el hombro. Mi hermana me preguntó, por la mañana, por qué gritaba en la noche. Le expliqué que había tenido una pesadilla. Esto le pareció gracioso.
Por otro lado, creo que estoy enamorado. También creo que es algo puedo decidir, elegir. Cambiaré de tema.
Anoche bebí dos cervezas y un poquito. Abrí una y estuvo bien. Abrí otra y me supo a madres, a químico, a jabón. Abrí otra y me supo mejor. Las tres estaban un poco tibias. Quiero seguir escribiendo porque cuando deje de hacerlo comenzaré a organizar las cosas que debo organizar antes de irme (comprar la comida, el equipaje que falta, ponerle gasolina al coche).
En fin. A lo que sigue.

Monday, March 14, 2005

Por supuesto que no lo vale

Finalmente ordené mis libros cromáticamente. Rojos hasta arriba. Naranjas y amarillos de inmediato. En el anaquel inferior, los libros cuyo borde es blanco y que son de los que más tengo. Debajo: verdes, azulosos, azules de verdad, azules oscuros, negros y en el otro librero una hilera pequeña de libros negros. Muchas gracias a Adriana Degetau por su ayuda. Al ver todos estos libros siento una tranquilidad que pronto se deforma para recordarme la cantidad de libros que están ahí y que no he terminado o no he comenzado.
En Valle de Bravo: olvido las cosas que debo hacer (una traducción que he postergado y un espantoso trabajo sobre ecología que aún no comienzo) y leo el último número de McSweeneys. Momentos más tardes escucho el retumbar de una batería y dos guitarras. Intentan tocar los acordes de una viejísima canción de Green Day. Una voz, de una casa cercana, les grita que se callen. Si mi perra siguiera viva y estuviera ahí hubiera comenzado a ladar, sobretodo por las vibraciones de la batería, y después correría por el jardín con su enorme tranco y daría curvas sin dejar de acelerar en las esquinas de la casa. Tendría que sacarla a pasear y tendría que llevar una rama para golpear a los perros que se le acercaran con segundas intenciones. Después, en el pueblo, la dejaría amarrada afuera de una heladería y cuando saliera con lo que hubiera comprado (no sería un helado sino un refresco, frío) un par de adolescentes, chicas, la estarían acariciando y diciendo: Qué bonita perra. Porque era una bonita perra. Y por supuesto, yo no diría nada, simplemente la desamarraría y caminaría de nuevo hacia la casa de campo, recriminándome por no decirles nada.
El último número de McSweeneys incluye un gran cuento que se titula Counting under water escrito por Kiara Brinkman y otro, que se llama Sales de Judy Bunitz. Ambos son muy pero muy buenos. También recopila historias de autores islandeses, que no he comenzado a leer.
Soy un desordenado. Debo dejar de escribir esto y comenzar mi trabajo. También: debo conseguir dinero. Aplicaré a la Gran Casa de las Becas Latinoamericanas y buscaré respetabilidad y cerraré los ojos ante el vacío y me cagaré hacia dentro. Pero tendré dinero. Me pregunto si lo vale.

Tuesday, March 08, 2005

La utilidad de los libros

Cuando voy al cine solo, que es a menudo (y con eterna tristeza fingida), utilizo el libro que llevo (porque siempre llevo un libro, que a veces ni abro) para sostener mi refresco y mis nachos. Me gustan mucho los nachos. Siempre los pido con queso encima. También me gusta el queso de los nachos.
Según Grabriel Zaid su biblioteca está conformada de libros que quiere leer. Los que ha leído, dice, los regala o pierde. También habla sobre esas bibliotecas que se tienen sólo para impresionar. Yo quiero ordenar mis libros (que están, en este preciso momento, detrás de mí y hablando pestes de mí) por colores.
Pero no he recibido ayuda.
Espero ayuda.
Resulta que mi emoción por leer el cuento de Bolaño que, según yo, no había leído nunca, se desvaneció cuando resultó que sí había leído el cuento. Pero es un buen cuento. Lo leí hace rato, mientras esperaba.
Cerca de mi casa hay una tienda que se llama La cabaña. Venden tortas que nunca he probado pero que se venden bien. Siempre hay gente pidiéndolas. Albañiles, primordialmente. Me cae bien la señorita que atiende pues cuando vivía mi perra no le importaba que entrara con todo y perra para comprar un Dr. Pepper y unos Rancheritos. Ahora escribiré una lista sobre las cosas inútiles que he hecho últimamente (en orden deprimente):
1. Leer.
2. Escribir.
3. Decir que a veces sufro porque no tengo lo que quiero
4. Vivir

Sunday, March 06, 2005

El plan

Las primeras ideas, el borrador de un plan, fueron escritas en un hoja cuadriculada sobre la barra de Hooters, hace un par de días. Julián Zárate y Guillermo, el otro Guillermo, estaban presentes. Ahora descubro que es difícil hablar de esto. Lo que sé es lo siguiente: Somos varios y tenemos ideas similares. Creemos: que debemos hacer algo. ¿No lo tomamos en serio? No demasiado. ¿Creemos que ésta es una virtud? Sí. (Pero no). ¿Tenemos esperanzas? Algo muy parecido a la esperanza. Y al optimismo. Y a un entusiasmo disfrazado de indiferencia.
Escribí:
METAS A LARGO PLAZO: Crear una Editorial y una Revista semestral.
METAS A CORTO PLAZO: -Crear público. -Comenzar con pérdidas, público cautivo. -Recordar Might, no hacer una revista de acceso difícil. -Invertir para ganar credibilidad. -Difusión (UNAM, Chopo, IBERO, Cholula) -¿Anuncios? Anuncios. -Crear una red: A través de un blog, del boca a boca, correo masivo, tener un historial. -Definirse. -Hacer un DUMMY:
Personas que podrían interesarse:
-Vinicio, little Jesus.
-Zagal.
-Piú.
-Salazar.
-Insolentino, saludos de su parte.
-Chema.
-Pavel.
-Adriana.
-EDE (Daniel? Rafael? El librero Víctor? Se llama Víctor?)
-Las personas de El Inquilino (Alejandro, Alejandro, Ingrid)
-Guillermo, el otro Guillermo.
-Luis.
-El Reyezuelo.
También, por alguna razón escribí "aurático". No sé por qué hice esto.
La revista semestral estaría dividida en tres partes: Narrativa, Reseñas y Sugerencias, Ensayo y Opinión. No habría poesía. La poesía se hace en casa. Y a solas. Y en un cuaderno que nadie debe leer.
Ahora pienso que también debemos añadir a Miguel Ángel, comandante de nuestra sociedad no-utópica, y a Silvia, secretaria de nuestra comunidad no-utópica, y a Palma, por ser uno de esos gordos que no desagradan tanto como otros gordos pero sobretodo porque es una gran persona --no pun intended.
¿Y a quien haríamos presidente? A mi perra Refu, si aún estuviera viva.
Comentarios y sugerencias al: guillermoinj@yahoo.com

Friday, March 04, 2005

Lista de libros por leer

(Y que compré en esta semana que termina)

1. La rosa, Robert Walser.
2. Austerlitz, Sebald.
3. Tristram Shandy, Laurence Sterne.

(Y que se añaden a los otros libros que estoy leyendo o aún no comienzo pero que están en mi escritorio esperando)

1. Don Quijote de la Mancha, ¡lo sé! ¡A quién engaño! ¡No lo terminaré porque me da pereza pero diré que lo he terminado!
2. Señores y sirvientes, Michon
3. Nacimiento de los fantasmas, Darrieussecq
4. Sobre la historia natural de la destrucción, Sebald
5. La montaña mágica, Mann (¡otro!)
6. Ferdydurke, Gombrowicz
7. Timothy McSweeneys Quarterly Concern # 15 (probablemente sólo lea este)

Estómago deshecho

Dos noticias:
La buena, encontré un cuento de Bolaño que no está en ninguno de los libros de cuentos de Bolaño que tenía. El librero de la casa del refugio del poeta, en Zitlatépetl, la Condesa, me regaló la revista en el que viene y le estoy eternamente agradecido. Una gran persona, este librero. Creo que se llama Víctor.
La mala noticia es que tengo el estómago deshecho.
Estómago desecho, a.k.a. mi amiga Adriana, se levantó del sofá en que el estaba acostada y se fue corriendo. Esto sucedió hace un par de días. Cuando lo hizo me pregunté si olía mal, yo. Y tal vez, pensé, por eso se había tan derrepente, corriendo. Fue un gesto extraño. Adriana me odiará por decir esto, pero me recordó exactamente a mi perra, cuando estaba viva. Mi perra era capaz de levantarse e irse corriendo cuando algo llamaba su atención (un ruido que yo no escuchaba, un movimiento en el pasto que yo no notaba). Pues así fue. Más tarde me enteré de Adriana tuvo que irse corriendo porque debía vomitar. Por segunda vez.
Este blog es educativo.
Presten atención.
El estómago desecho es el estómago que sólo contiene una mínima cantidad de lo que contenía antes. Desecho, pues, es sólo una partícula, vil, pequeña, inmunda; un residuo.
Yo no tengo el estómago desecho. Yo tengo el estómago deshecho, gracias a unas jodidas Buffalo Wings que comí anoche en Hooters. Y todo porque Guillermo, el otro Guillermo, ese Guillermo que no soy yo pero también es amigo de mi amigo Julián, decidió alburear a la camarera. Lo sé. Suena como si este Guillermo fuera mi oscuro hermano gemelo. No es así. Este Guillermo es tan real como las agruras que siento. Guillermo pidió unas buffalo wings con picante. Después le preguntó a la camarera si ella comía picante. Etcétera. Nos trajeron un plato de buffalo wings muy picantes y un plato de buffalo wings enfermizamente picantes. La salsa de esas tres buffalo wings que se crearon en el infieron fue elaborada a base de habanero. Y como no las probé (sólo olí la salsa y la probé en la punta de mis dedos) fui reprimido. Me llamaron Poco hombre. Me llamaron Mujerzuela. Me dijeron: "Primero no tomas Pulque y luego no comes esto. Es el colmo". Probé Pulque. No sé por qué Julián decidió que yo no probé pulque aquella vez que probamos pulque. Oh. En fin. Las otras buffalo wings me hicieron llorar y sudar. Guillermo, el otro, afirmó que comer esas buffalo wings después de las buffalo wings con salsa de habanero era como comer caramelos.
Dijo: caramelos, con voz de Homero Simpson.
También: la mesera me pidió una identificación, como es costumbre. Me preguntó mi edad. 22, le dije. Después dijo que tenía cara de niño. Más tarde, en algún momento, me llamó babyface. Creo que Babyface era un rapero. Y que los cara-de-niños son unos bichos. También me preguntó si tenía algo de francés, cuando me vio, dijo, creyó que era francés. Lo cual, como sabe cualquier persona que me conoce, es simplemente ridículo.
Hooters es ridículo.
Nací un dos de abril de mil novescientos ochenta y dos. Lo cual significa que fui concebido en septiembre de mil novescientos ochenta y uno (soy sietemesino). Me pregunto si mis padres decidieron tenerme. Es decir: sé que decidieron conservarme, pero ignoro si decidieron: En esta ocasión tendremos un niño. Quise hablarahora sobre esto porque creo que ya es tiempo de que conozcan mis orígenes ad Ovom pero también porque sé que a nadie le gustan los relatos que comienzan por el principio.
Ahora lo saben.

Tuesday, March 01, 2005

La bondad humana no conoce límites

¡Gracias Ingrid! ¡Horas de insomnio! ¡Ajúa!