Wednesday, October 31, 2007

Lista

1. Escribir el texto sobre Chris Ware
2. Terminar Pelando la cebolla
3. Leer Los culpables
4. Reseñar Los culpables
5. Actualizar la bitácora satisfactoriamente
6. Seguir con la novela
7. Seguir con la tesis
8. Arreglarme los pantalones
9. Sentar cabeza

Deberes: 1, 2, 4, 7, 8. Deseos: 3, 5, 6, 9.

Tuesday, October 30, 2007

Gorila

O el hombre cromagnon. ¿Cómo se escribe? Según David se escribe cromañón, pero no me suena. En este momento lo está revisando. Yo debería revisar ese cuento de Lovecraft --y diablos, tengo aquí el libro, aquí a lado-- pero es raro, cuando uso esta madre, este "blog" como dicen, es decir, esta "bitácora" electrónica, me vale un poco madres cómo se escriben las cosas o quién las dijo y sé que no debería ser así, que debería ser más responsable. David siempre me está regañando por esta tendencia rara de los mocosos y sus blogs que no hacen el fact-checking. Ya lo revisó, David. No está aquí, David. Está allá, en su casita, y me manda un mensaje instantáneo en el que me dice: "Se escribe cro-magnon", ya muy seguro de sí mismo. Pero bueno, yo hablaba de mi tendencia salvaje a escribir a lo salvaje mientras estoy aquí, en esta madre que tiene, rara cosa, la apariencia de ser rápida y efímera cuando probablemente no sea así, precisamente no ésta cosa, mi "blog", que me va a sobrevivir, caray. Y quizá sobreviva a mis hijos, para eterna vergüenza de ellos. Si llego a tener hijos, esto es. En fin. Hablaba de eso y así pero tal vez debería, en lugar de ponerme a hablar de esto, investigar cuántas son las personas que creen que el buen Óscar parece o no un gorila, en esta foto. Según él son dos. Pero, tal vez, sean más. Muchas más. Y yo aquí sin saber y escribiendo al aire.
David ya se emocionó. Sigue aquí, vía MSN, y ahora me manda una entrada de Wikipedia sobre el hombre cro-magnon. Quizá debería detenerme para ponerme a leer al respecto o para, de una buena vez, abrir ese cuento de Lovecraft en el que se habla sobre uno de los eslabones perdidos, o esforzarme en recordar esa vez que, en Alemania, me llevaron a un museo cerca de Düsseldorf donde, recuerdo, se encontraron los restos de un hombre. Diría que fue el hombre de Neandertal, pero ni siquiera sé si estoy escribiendo bien "Neandertal" o si era ese el hombre cuyos restos habían encontrado ahí --o si puedo o no decir "hombre" y debería, en su lugar, escribir "homínido" o algo parecido. Son tantas cosas las que ignoro. Tantas. Sólo recuerdo que había muchos maniquís, en aquella exposición, que hacía frío, y que todos los maniquís tenían la boca abierta, y que el suelo estaba alfombrado y que no entendía nada porque todo estaba escrito y hablado en alemán.

Monday, October 29, 2007

Elemental, mi querido Watson


Creo que ya ha pasado suficiente tiempo para que éste no sea un texto "coyuntural". Suficiente tiempo desde que Lovecraft escribió su Herbert West-Reanimator, claro. Esta serie de cuentos fue escrita desde septiembre de 1921 hasta junio de 1922 (según explica S.T. Joshi) para la revista humorística Home Brew bajo el título Grewsome tales.

Trata sobre un médico a la Frankenstein obsesionado con otorgarle vida a lo inerte a través de una inyección de un líquido determinado y bajo la creencia de que la vida es sólo una cuestión mecánica. De eso y sus aventuras y desventuras. Es un gran cuento (S.T. Joshi afirma que es de los que menos le gustaron a Lovecraft pues los escribió sólo por encargo). Pero también se trata de uno de los cuentos en los que seguramente Houellebecq, en su ensayo sobre Lovecraft, se basó para afirmar que Lovecraft era irremediablemente racista (un poco, debo decir, como Houellebecq mismo). Creo que el tercer cuento de esta serie, Six shots by midnight, es determinante. Gran parte de las aventuras de Herbert West están en la búsqueda de especímenes que sean buenos ejemplares para reanimar. Era crítico que el cuerpo muerto fuera fresco. De otro modo, si llegara a reanimarse, volvería, sí, pero sin razón alguna, hecho una bestia --dada al canibalismo, además. Así que en esta tercera entrega, Herbert West y su compinche (quien cuenta la historia) se adentran en una pelea de box clandestina entre Kid O'Brien y Buck Robinson, "The Harlem Smoke":

The negro had been knocked out, and a moment's examination shewed us that he would permanently remain so. He was a loathsome, gorilla-like thing, with abnormally long arms wich I could not help calling fore legs, and a face that conjured up thoughts of unspeakable Congo secrets and tom-tom poundings under an eerie moon. The body must have looked even worse in life--but the world holds many ugly things.

Las soluciones que se inyectan en los cuerpos, se explica en el cuento, no pueden funcionar para distintas especies. Así, una rana necesitaría una solución distinta a la inyectada a la de un humano. ¿Hace falta mencionar que la solución inyectada al cuerpo del negro no funciona, en el cuento de Lovecraft? "It was wholly unresponsive to every solution we injected in its black arm; solutions prepared from experience with white specimens only".

S.T. Joshi hace una nota en este pasaje (si no quieren saberse el final de esta historia, que seguro ya adivinan, sería bueno que no leyeran la cita): "The suggestion of biological racism here is countered by the later revelation that the solution does in fact work on the African American Robinson".

Me encanta que Joshi escriba "African American". Signo de nuestro tiempo. En fin: el final del cuento puede que revele que no hay racismo biológico, sino de otro tipo. Cultural, si quieren. Es una cosa rara, esto del racismo. Es algo que no le gusta reconocer a la gente, que todos lo somos en algún momento (cuando adivinamos segundas intenciones, por ejemplo) pero a la vez es bueno que no nos guste reconocerlo, que hay modos de dar pasos atrás en nuestras primeras, apresuradas, impresiones. ¿Leyeron este texto, de Pedro Meyer, el del 20 de octubre, sobre Watson? Está bueno.

Ay sí, Lovecraft, Lovecraft. Por cierto: en un cuento posterior, The rats in the walls de 1923, Joshi escribe en la nota 16: "Lovecraft owned a cat of this name as a boy; it ran away in 1904, when his family moved from 454 Angell Street to 598 Angell Street". El nombre del gato era "Nigger-Man".

Sunday, October 28, 2007

Elliott Smith, Thirteen

Televisión

Es domingo, comí frente a la pantalla, acompañado de mi hermana, no intercambiamos palabras y sigo viendo la televisión, desde entonces, pero es un decir porque no la estoy viendo en el sentido de que estén pasando algo sino que está encendida y mi hermana tiene el control y le cambia y le cambia y yo escribo esto y navego por la red en mi laptop pero es un decir porque en realidad no es que esté navegando sino que abro "ventanas" y leo un momento lo que hay en una, en otro momento leo lo que hay en otra, leo blogs de amigos que no se han actualizado en lugar de levantarme y caminar hasta mi cuarto para abrir esos libros que están cerrados y que inicié hace días y probablemente sea justo lo que haré cuando termine de escribir pero también es altamente probable que me mantenga en mi sitio, en silencio, viendo la televisión, mirando sin mirar, escuchando a Clive Owen (pues pasan una película con Clive Owen que, por supuesto, ya vi) y sintiendo el frío y escuchando el refrigerador abajo y pensando en Dios, en Domingo.

Saturday, October 27, 2007

Friday, October 26, 2007

Lovecraft

Tenía un amigo que se llamaba Loveman.

Thursday, October 25, 2007

Botox

¿Crees tú que podrá alguna vez alcanzar la sabiduría, y verdadera dignidad humana aquél para quien el camino que lleva al espíritu pasa por los sentidos?
Platón, Fedro

Dos madres: la primera, quien le decía a su hijo que era el niño más guapo de la cuadra; la segunda, la madre de Lovecraft, quien "hablaba continuamente de su desafortunado hijo quien era tan espantoso que se escondía de todos y no le gustaba caminar por las calles donde las personas podían verlo" (según cita S. T. Joshi en sus anotaciones al cuento Facts Concerning the Late Arthur Jermyn and His Family de la memoria de Clara Hess, sobre Lovecraft y su madre).
Este es Lovecraft:

Dos cosas: no soy quién para juzgar, pero así como que feo horrendo, Lovecraft no lo era del todo; quizá su madre era, sencillamente, cruel. S.T. Joshi cita ese pasaje para hablar de las probables señas autobiográficas que se desprenden del siguiente pasaje del cuento:

Arthur Jerymn went out on the moor and burned himself after seeing the boxed object wich had come from Africa. It was this object, and not his peculiar personal appearence, which made him end his life. Many would have disliked to live if possessed of the peculiar features of Arthur Jermyn, but he had been a poet and scholar and had not minded.

"And had not minded", pues, verán, aparentemente a los poetas y a los académicos no les importa ser feos. Tienen cosas más importantes en la cabeza. Por ejemplo, la Verdad. La Justicia. El Bien. Pero, ¿la Belleza? Así que si a un académico feito que se dedica a temas estéticos --pensemos, no sé, en el jorobadito Kant-- si se fuera a suicidar no sería, ciertamente, por ser feito. Sino por otras razones. Sartre, haciendo bizcos.

Se cuenta, pero quién soy yo para decir dónde, que Edgar Allan Poe, cuando quería imaginarse a alguien sanguinario, un personaje malévolo, seguía el siguiente método: se sentaba y hacía muecas, hasta que en su cabeza se materializaran los pensamientos que, creía, serían apropiados para un personaje de ese tipo. Poe, pues, creía que la expresión antecedía a la emoción. Poe, de algún modo, hacía como esos actores que se caracterizan y a base de gestos e imitaciones producían peculiares sentimientos dentro de ellos. Esto lo pensaba hoy, en clase. Y pensaba también en esas bellas actrices, de rostros lisos y perfectos que habitan y pululan en Hollywood --en su incapacidad para, tal vez, fruncir el ceño: no con ese virus inyectado, que, si entiendo bien, paraliza nervios. Pensaba hacer una especie de convergencia: una chica con el rostro inyectado --de Botox-- y Hannibal Lecter con la máscara de piel que se pone en The silence of the lambs, con ese rostro que no es suyo, o con Leatherface de The Texas Chainsaw Massacre o con Mike Myers, con esa impasible máscara de Halloween. Pero me dan ñáñaras pensar mucho tiempo en estas cosas.

Wednesday, October 24, 2007

Contra la vida, dijo Houellebecq

Life is a hideous thing, and from the background behind what we know of it peer daemoniacal hints of truth which make it sometimes a thousanfold more hideous. Science, already oppressive with it's shocking revelations, will perhaps be the ultimate exterminator of our human species --if separate species we be-- for its reserve of unguessed horrors could never be borne by mortal brains if loosed upon the world.
H.P. Lovecraft en Facts Concerning the Late Arthur Jermyn and His Family
Seguir el ejercicio que propone Weschler en su Credo: Imaginar el conocimiento absoluto o divino como un círculo perfecto e imaginar un cuadrado dentro de dicho círculo. Este cuadrado será la ciencia. La ciencia, el cuadrado, no es el círculo, pero si le añadimos un ángulo, lo volvemos en pentágono y sus líneas se acercarán más a la circunferencia. Luego, el hexágono, lo hará aún más, el octágono todavía más y así hasta llegar a la figura geométrica de n-lados. Esto será lo más cercano que la ciencia nos acercará al conocimiento absoluto pero, a la vez, lo más lejano que nos tendrá de ella: no será una circunferencia sino una figura de n-lados que no ha conseguido dar ese último brinco, si quieren, de fe; esa figura suave y perfecta que conocemos como el círculo.
Nadie, pienso, puede dibujar un círculo perfecto.
Recuerdo que en un campamento católico en Wisconsin al que asistí cuando tenía unos diez o doce u ocho años (de verdad que no recuerdo, pero digamos doce), una de las personas que estaba encargada de cuidarnos decidió darnos una pequeña plática de religión. Lo único que recuerdo es que esta persona afirmaba que el rostro de Dios (aunque probablemente dijo Cristo) era tan, pero tan bello, que si lo viéramos moriríamos en el acto. Pero, ¿no es esto más bien la descripción de una belleza monstruosa? Cada que leo a Lovecraft pienso en esto.

Tuesday, October 23, 2007

Refu la chistosita

Refu la chistosita me espera afuera de Office Max, echada como emperatriz que espera sus uvas. Simultáneamente, un hombre observa cómo contesto al saludo que me hace Refu pues Refu, a veces, hace como ese saludo raro de levantar la cabeza y bajarla rápidamente. Le contesto con un saludo similar. Mientras la desamarro, pues estaba amarrada, me percato de que el hombre sigue ahí.
-Qué bonito está tu perro.
-Gracias.
-¿Qué raza es?
-Labrador.
-Pero, ¿así? ¿Achocolatado?
-Ajá.
-Son muy nobles esos perros, ¿no?
-Pues sí, son a toda madre.
-Tan nobles que si se mete un ladrón los deja pasar a la casa...
Y aquí es donde yo debería comenzar a reírme y decirle algo así como Ojalá no, pero en lugar de eso tengo que jalar la cadena de Refu porque se ha puesto a ladrar y a soltar dentelladas.

Monday, October 22, 2007

¡Presentación de Libros de Homero!

Este jueves 25 de octubre, a las siete de la noche en el Fondo de Cultura Económica (la Rosario Castellanos, en la Condesa goey) se inflarán de entusiasmo y alegría los agradables y entusiastas Jesús Salazar, Alfonso Morales y Julio Hubard. También: José Luis Ibáñez, como pueden leer en la invitación, realizará una "lectura dramática de algunos pasajes de la Ilíada". Y eso, pues eso picotea nuestra curiosidad.
¿A poco no?
Quítesela, asista y ahí nos vemos.

Sunday, October 21, 2007

Sobre Michael Clayton

Fui a ver Michael Clayton. Y aunque este no es el tipo de actualización jocosa en la que digo que voy a reseñar una película para hablar de otra cosa, sí quiero decir que, en la fila para entrar al cine (Dios, voy demasiado al cine) una pareja otoñal pero bien conservada se preguntaba por qué había dos filas. Y me dieron ternura porque tardaron en percatarse del sistema de retribución al cliente de Cinemex, esa onda de las tarjetas doradas y del invitado especial y que permite que se haga una fila para miembros y una fila para gente normal. Y cuando se dieron cuenta, el hombre de la pareja otoñal bien conservada dijo algo así como: "Pero eso es para gente que viene demasiado al cine", con un tono que lo hacía ver como un hombre que estaba demasiado ocupado con cosas, pues, importantes, sus nietos, quizá, o hacerse bien el peinado del mucho pelo que conserva; en fin, con un tono que hacía ver que todas las personas que van demasiado al cine pues son, en suma, personas desagradables y ociosas.
Quizá esta entrada sí va a ser jocosita e ingeniosa, después de todo.
Así que estoy en el cine y estoy viendo Michael Clayton y George Clooney está actuando y lo está haciendo muy bien y avanza la historia y llega a un punto en el que el hijo de Clooney, es decir, el actor que interpreta a --un punto en la historia en el que el niño le explica a su padre, es decir, a Clooney interpretando a --le explica la trama de un libro que está leyendo, un libro que además tiene alguna relación con un juego de tablero, o de baraja, tipo Magic --y, ¡en fin!, el niño explica la trama o una parte de la trama del libro, en el que una serie de personas tienen un mismo sueño (pero no, no es a Clooney a quien se lo explica sino a otra persona, pero creo que da igual) y el mismo sueño hace que todas estas personas, ignorantes de que han tenido el mismo sueño, se dirijan a un punto geográfico en específico y zas, en ese momento recuerdo que quiero llegar pronto a casa porque van a pasar Spielberg on Spielberg pues quiero escucharlo y verlo hablar sobre Indiana Jones y sobre Jaws y sobre Encuentros cercanos del tercer tipo y el resto de su obra. Y pienso en esto pues lo que está contando el hijo de Clooney --el actor que interpreta a-- es similar a la trama o a una parte de la trama de Encuentros cercanos del tercer tipo cuando Dreyfuss --o el personaje de Dreyfuss-- sueña o no puede dejar de soñar o de pensar o de ver una figura en específico, en todos lados. Y se desespera, el pobre. Grita en la regadera: ¡En todos lados, carajo! Se quiere morir, nadie lo comprende. Pues la figura está en el puré de papa, en la almohada, en la espuma, en su cabeza --igual que la mamá del niño, otro personaje de la película de Spielberg, que dibuja y dibuja y no puede parar de dibujar la misma figura, que es ésta, Devil's Tower:


Está en Wyoming. Acabo de consultar cómo se escribe Wyoming. Y en fin, en la película se descubre, en la de Spielberg, que muchos han sido atraídos al mismo lugar porque quiere saber por qué carajos no pueden quitarse esta montaña de la cabeza. Y claro, más tarde pienso en The Call of Cthulhu y The Wisperer in Darkness de Lovecraft, en los que, creo recordar, la gente, mucha gente, sin saberlo, sueña en lo mismo, en el mismo horror; así como los tres reyes magos sueñan que no deben ir a ver a Herodes de nuevo.

Ahora me detengo y me pregunto cómo debo de terminar esta actualización. ¿Preguntándome si todos hemos soñado, alguna vez, sin saberlo, lo mismo? ¿Preguntándome, como Stephen King, y a su modo David, qué sueños contienen la almohada de Lovecraft? ¿Preguntándome si algo similar pasa cuando dos científicos que no se conocen investigan y están a punto de hacer importantes descubrimientos en áreas específicas del saber, en puntos apartados del globo? ¿Si hay alguien ahí afuera o aquí adentro mandándonos estas señales, por un radio interestelar o subterráneo? ¿Preguntándome por qué carajos no pasaron la entrevista con Spielberg?

Ahora, sobre mi escritorio

La hermenéutica analógica frente a la hermenéutica metafórica de Paul Ricoeur de Vicente de Haro Romo (el único libro que ha sobrevivdo a tres reordenamientos de mi escritorio). Bajo ese libro, papeles de pendientes atrasados. Algunos post-its amarillos y uno blanco y arrugado sobre el que escribí enigmáticamente: Bouvard y Pécuchet, p. 126, Carta a Verlaine, "Autobiografía".
La laptop. Una lámpara a la que alguna vez, Yolanda, quien entonces trabajaba aquí, limpiando, dijo: "Esa lámpara parece una lámpara marciana". Detrás de la computadora: un Larousse francés-español, español-francés; un flyer de ¿Dónde están sus historias?, el primer largometraje de Nicolás Pereda --que no he podido ver--, Elogio de la mano de Henri Focillon, el soundtrack de 2001: A space odyssey, y libros que no he leído (uno de Murakami, cuentos de Thomas Mann, The Wrecker de Stevenson y un manual de ajedrez). Más libros, en otra pila, Los placeres y los días de Proust, un tomo de diálogos de Platón, The new confessions de Boyd (que no he abierto), Pelando la cebolla de Grass --que espero terminar ya-- y libros de francés. Otra pila: la Ilíada en Gredos (un regalo), una especie de biografía de Tomás Moro (otro regalo), el número 104 de Letras Libres que ya leí pero por alguna razón sigue ahí y más libros para estudiar francés.
Otra pila: seis Moleskines (uno donde escribo cuentos, otro donde anoto sobre mis estudios de francés, una agenda, uno en el que según yo iba a continuar una novela pero que no he abierto en mucho tiempo y uno que usé para una traducción). Bajo los Moleskines, Autobiografía y literatura árabe que es una colección de estudios; Las trampas de la fe de Paz que me acaban de devolver y no he guardado, el primer tomo de José y sus hermanos de Thomas Mann, Les Bienveillantes de Littell y algunas hojas fotostáticas. Otra pila: The english patient, la novela, que me prestaron pero sospecho nunca leeré, Fifty years of europe: an album (también prestado; aunque lo empecé), Historia de la teoría política que debo devolver; Las confesiones de Rousseau, también prestado.
Unos audífonos.
Una tarjeta de metrobús.
Una servilleta y un vaso con coca-cola.
Otro Moleskine, mi diario. Otro Moleskine, mi agenda. A Farewell to arms de Hemingway, de la biblioteca (¡en pasta dura, Scribners!); Aproximaciones a la razón narrativa, de Vicente Huici, de la biblioteca; y Bowl of cherries de Milard Kaufman, que empecé ayer.
También hay un borrador de goma y la ventana está abierta y a veces pasa una ardilla.

Friday, October 19, 2007

Convergencia


Magritte siempre se presta para este asunto. La imagen de arriba la vi en el blog de la redacción de Letras libres, hace tiempo. Abajo, Le Viol de 1934. Esto es un guiño a un ensayo escrito por Weschler, Torso as face, face as torso donde escribe sobre Magritte, D. Morris, Rilke y una imagen que apareció en el The New York Times Magazine en el que aparecía la modelo Shalom Harlow fotografiada por Andrew Eccles, usando un vestido en el que se había estampado su rostro y que cubría toda la fábrica del vestido. Aquél número de The New York Times Magazine, de noviembre de 1998, lleva el bullet: "It's so you".
El poema de Rilke del que habla Weschler es Torso de Apolo Arcaico, de 1908, que dice así:
No conocemos la inaudita cabeza,
en que maduraron los ojos. Pero
su torso arde aún como
candelabro
en el que la vista, tan sólo
reducida
persiste y brilla. De lo contrario,
no te
deslumbraría, la saliente de su
pecho,
ni por la suave curva de las
caderas viajaría
una sonrisa hacia aquel punto
donde colgara el sexo.
Si no siguiera en pie esta piedra
desfigurada y rota
bajo el arco transparente de los
hombros
ni brillara como piel de fiera;
ni centelleara por cada uno de sus
lados
como una estrella: porque aquí
no hay un sólo
lugar que no te vea. Debes
cambiar tu vida.

Gracias literatura

Tengo un par de links que ya no veo o mejor dicho que ya no veo con tanto entusiasmo como antes, pues debo decir que aún leo o procuro hacerlo diariamente los contenidos de las páginas electrónicas o las bitácoras electrónicas a las que me llevan estos links; pero lo que ya no me explico, hasta hace un momento, es cómo fue que llegué a ponerlos porque son excesivamente, er, literarios. Y entonces recordé cuándo di con ellos por primera vez, durante el tiempo que di clases en una preparatoria, cuando las noches se me iban en calificar tareas, examenes o preparando clases, pero nunca, como ahora, navegando en Internet o leyendo --todo este tiempo libre que antes añoraba sólo me ha servido para preguntarme de qué carajos me sirve la literatura. Y no, de nada.

Thursday, October 18, 2007

Siento que me va a estallar la cabeza

A ver si recuerdo bien cómo fue, sé que estaba en el salón de clases, durante el seminario sobre emociones y expresión, en el instituto de investigaciones filosóficas de la UNAM, y hacía sol y calor a pesar de ser octubre y fue, sí, cuando la maestra habló sobre un libro que iba a salir que se llamaba algo así como Monkeys and philosophers cuando yo pensé, inmediatamente, en los bonobos porque ella hablaba sobre los sentimientos de empatía que se había visto en algunas especies y más adelante, caray, se puso a hablar sobre la percepción selectiva, esa madre que hacemos a veces de ver la realidad sólo a través de ciertas categorías (como cuando estamos tristes y notamos que está nublado y que atropellan a un perrito pero no que la gente está contenta, corriendo bajo la lluvia); y algo más sucedió, recuerdo, que me hizo sentir que la cabeza iba a estallar de tantas referencias que veía en todos lados --sí, fue un cuento que se llama Bad habits de Joyce Carol Oates, sobre un asesino serial y sus hijos, y me hizo pensar en el título de un blog y en el título de una canción y en el título de una película y en una cosa que había transcrito alguna vez en mi cuaderno, también de Joyce Carol Oates, que dice:
Llegamos al mundo como seres puramente físicos, y lo abandonamos del mismo modo. En medio, durante nuestra vida, nos esforzamos con orgullo por crearnos una identidad, un yo diferente a nuestro cuerpo. No qué somos, sino quiénes somos. Éste es el meollo de nuestra humanidad.
El texto de donde saqué eso no es el de Bad habits sino de otro, donde recuerda haber, involuntariamente, sonreído ante la mirada insistente de unos reos confinados a una cárcel de seguridad máxima en Estados Unidos; inmediatamente los reos se pusieron como locos, todos, y comenzaron a gritarle cosas, pero no a ella, a Joyce Carol Oates, sino a su feminidad. Carol Oates no sabe por qué sonrió, pero recuerda la vergüenza que experimentó --una vergüenza similar a la que sentí yo cuando me corregí, hoy, en clase, pues abrí mi bocota y dije: "Sí, yo leí una entrevista que le hicieron al autor de ese libro, de Waal, se llama, creo, donde habla sobre una especie de primate, el bonobo, que es como una comunidad hippie donde dominan las mujeres..." Alguien más tomó la palabra en ese momento. Pero tuve que interrumpirlo pues me corregí: "No, perdón; las mujeres no, las hembras", dije y sonrojé, involuntariamente, pues así son las emociones, suceden, a veces, traicionándonos. La maestra me dijo: "Entendí lo que quiso decir, lo tomé como una metáfora".

Wednesday, October 17, 2007

Explotar en el espacio

En ocasiones las personas consiguen reducir el espacio que les separa, para bien. Y consiguen mantenerse así, durante mucho tiempo. Hasta que la muerte los separa, incluso. Otras personas sencillamente no lo consiguen.
Durante toda mi infancia y gran parte de mi adolescencia, cada vez que recorría el espacio que me separaba del excusado en mi habitación, veía ésta, la primera fotografía que se tomó de la Tierra desde la Luna, colgada en la pared. Mis padres me la habían comprado en Houston, durante una visita que hicimos, pero no recuerdo, al Space Center que tiene la NASA ahí. A veces la urgencia me impedía detenerme, pero aparecía en mi campo de vista y sabía que seguía ahí. ¿Qué imaginé las veces que, en cambio, me detuve a contemplarla? ¿Podía acaso, desde entonces, pensar en los insondables vacíos del universo, en toda esa materia que alguna vez estuvo unida? ¿Sospechaba, tal vez, que no existía un vacío perfecto así que en realidad no hay vacío sino materia negra, en todos lados, a toda hora, en todo momento? Creo que sólo me gustaba cómo rebotaba la luz del planeta, el azul, el gris. El negro.
Esos hombres, los astronautas. Allá arriba, flotando, alejándose a pura fuerza de física de su planeta, encaramados en sus estaciones espaciales, ocupados y concentrados, sin miedo alguno. O quizá con algo de miedo, pero entorpecido por sus comunicaciones, sus rutinas y los trabajos que necesitan realizar para mantenerse con vida. Hay algo de romántico en todo esto, pero a la vez, sin demasiado sentido de aventura.
Leo lo siguiente en Rusia de Juan Ignacio Boido:
7 de febrero 1992. Moscú anuncia que carece de fondos para financiar el regreso de Krikaliev y que buscará transferir a Estados Unidos la estación espacial, el transbordador Soyuz y los laboratorios montados a bordo.
Krikaliev, el cosmonauta, estaba allá arriba, en la estación espacial MIR. Dos días después de esa fecha, anota Boido, pudo considerarse a Krikaliev el primer ser humano abandonado en el espacio (el récord en permanencia involuntaria, hasta ahora). El 28 de febrero de 1992: "Krikaliev comunica por radio que considera de 'pésimo gusto' haber encontrado en la videoteca de la nave una película llamada 48 horas, cuya trama gira alrededor de dos astronautas condenados a morir en la nave en un plazo máximo de cuarenta y ocho horas".
Al final, Krikaliev pasó trescientos trece días en órbita (se llegó a especular que comenzaba a perder la razón; su masa muscular bajó considerablemente). Rusia consiguió dinero subastando "plazas" en la estación, después de que la NASA mostró poco interés en comprarla --y en fin, todo mundo sabe, MIR jamás pudo funcionar del todo bien de nuevo y terminó desintegrándose en nuestra delgada pero persistente atmósfera.
El tiempo que pasó allá arriba, ¿se habrá sentido solo Krikaliev? Boido cuenta que su esposa le reclamaba que con lo que le daban las autoridades, no le alcanzaba para el gasto.

Sobre Michael Clayton

No he visto la película Michael Clayton pues todavía no se estrena. Estaba aquí, muy sentadote y alegre frente a la televisión que no estoy viendo pues estoy escribiendo esto pero igual está encendida porque demonios, soy un hijo del siglo XXI. Total que hubo un momento en que me detuve en mis actividades de Internet -mis intensas actividades de Internet- porque estaban pasando un anuncio de esta película, en la televisión. Un, lo que se dice, trailer. Y pues me interesé. Ya había visto afiches en las salas de cine y entonces, como estoy conectado -no, unido, a la red mundial que nos une a todos en su ancho y caluroso abrazo, decidí entrar a IMDB para ver qué más podía aprender sobre esta película. Hago esto, a veces. Leo la trivia, leo los "fun facts", leo quiénes actúan y me entero, poco a poco, a pedazos, sobre lo que me esperará el día en que finalmente me decida a sentarme ante la pantalla de cine para ver una película más -preferentemente, un fin de semana. En IMDB hay una cosa que se llama "Movie Comment" donde alguien, er, comenta, la película, así que ahora alguien puso: "Interesting movie, but you have to pay attention" o algo por el estilo. Y supongo que esto es grave, que se ponga como "pero" que alguien deba ponerle atención a una película para poder disfrutarla --lo cual no sé si significa que o es muy compleja o bien que hay mucha gente ahí afuera que va al cine para cerrar los ojos.

Tuesday, October 16, 2007

Buscar convergencias

No funciona buscar convergencias, las convergencias, las coincidencias a las que pretendemos atribuirles significado, ocurren. Así, por ejemplo, quería rimar una pintura que encontré en la que una señora le quita con paciencia los piojos a una niña quien apoya su cabeza sobre su regazo con la imagen que todos hemos visto en National Geographic, pero que no encuentro, del chimpancé o del simio genérico quitándole piojos o peinando a su cría. Pero ahora no puedo ni siquiera subir imágenes. Problemas con Blogger.
Pero pueden ver esto y esto. Encontré ambas imágenes, una junto a otra, en el mosaico que entrega Google Images al escribir las palabras "Bonobo mothers".

Luego

Luego no sé ni qué subir aquí. Leo que nombraron una sala de la Casa del Lago en honor a José Emilio Pacheco. Leo que afirmó no sentirse merecedor de ello. Y pienso en unas horas atrás, en el día, cuando releí Las batallas en el desierto, un libro velocísimo, y pienso en aquella chica quien me habló maravillas, no hace tanto, sobre este libro y sí, es una gran novelita, compleja y breve y fabulosa.
Nada más que reportar.

Monday, October 15, 2007

Animalitos de cobre al sol

Un sol injusto irradia sobre la ciudad así que las piezas de cobre que representan animalitos y que han aparecido en la ventana de mi automóvil, mientras espero a que se ponga el siga, centellean. Un vendedor ambulante las puso ahí con la esperanza de que compre algunas. Cuestan diez pesos, cada una. Quizá me juzgó un comprador potencial por la cara que puse al ver los escorpiones que hizo --está bien hechos, son rojizos y sencillos. Bellos, quizá --¿o es que últimamente experimento una insaciable sed de belleza? Tal vez. Ahora cualquier taco se me hace cena. También hizo caracoles, tortugas y alguna otra cosa que no consigo identificar --estoy más preocupado en decir que no quiero ninguno sin ser grosero. ¿Quién querría un animalito de cobre?
"Cómpreme aunque sea uno. Mire, esta mariposa, para su esposa".
La mariposa también es rojiza y ahora descansa sobre uno de mis espejos laterales. Sonrío pues al instante se corrige: "...o para su novia". Quizá le parezca evidente que soy demasiado joven para tener esposa --cosa que no es del todo cierto. Podría tener esposa. ¿Habrá, rápidamente, visto mis manos, desnudas de anillo? ¿O habrá adivinado algo más, alguna falla inherente, acaso, y que explicaría que no, sería imposible que alguien quisiera estar a mi lado con tal compromiso? He estado deprimido.
Quizá sólo quería hacer su rima distintiva, la rima que le ha ganado el cariño de otros automovilistas, la rima con la que ha vendido mariposas, su, tal vez, producto estrella.
"No, de verdad no", le digo. Casi le estoy pidiendo perdón. Pero ignoro si lo hago porque quiero emular su tono de voz (también parece que me está intentando vender estos animalitos como si se estuviera disculpando) o porque realmente lamento no tener necesidad de ninguno de ellos.
El hombre sabe lo que hace. Sabe que nadie tiene necesidad de animalitos de alambre. Pero a la vez, debe saber que pocas de las cosas que se venden cubren ya una necesidad. Así que intenta crearme la necesidad. Pero ha fallado, insisto, pues apeló a la existencia de una novia, cuando en el fondo debió apelar a un "Yo sé que a usted le gustan los escorpiones". Insistmos más, respectivamente, hasta que decide retirarse. Nos damos las gracias y apenas comienza a alejarse de mi auto, puedo ver por el retrovisor a una anciana --apenas su cabeza, sus gafas de sol asomándose sobre el volante-- y a su mano, con la que hace el gesto universal de No, no, no, ni se acerque.

Sunday, October 14, 2007

Told me not to worry

You were just a shooting star.

Saturday, October 13, 2007

El poeta caníbal


Así que anoche estaba platicando sobre Bolaño en el departamento de un amigo mío, de las pocas personas con las que hablo sobre Bolaño en los mismos términos. Bebíamos, yo me comía una sopa Maruchan y esperábamos a que llegaran unos amigos cuando me preguntó si ya había visto esto, que eran los cuentos completos de Antonio Di Benedetto. No, no lo había visto. "Es Sensini", me dijo. Y entonces, comprendí. También, en ese momento llamaron al teléfono. Así que me quedé ahí solo, con el libro de Di Benedetto en las manos, pensando en Bolaño, la literatura y las ansias que tiene la gente por destacar. Al salir del estudio donde este amigo mío guarda sus libros advertí, en un rincón, un montón de Inquilinos pero no como yo los conocía sino en la edición especial que vino de Mérida, que seguro pocos conocen. Me robé algunos. Lo cual es raro, esto de "robarse" una revista con la que uno está tan cerca --pero, entonces, repentinamente, me di cuenta, con ese libro de Di Benedetto en mis manos y esos fanzines en la otra y mi amigo en una llamada telefónica al otro lado y bebiendo, en fin, me acordé, o me di cuenta, de una noticia que había leído poco antes en el periódico y sentí una cosa rara, un punzón. Pero se me pasó pronto.

Oídos sordos, borracho

Estoy enamorado de ti.

Friday, October 12, 2007

Gay boy

¿Está gay escuchar un disco que se llama In Rainbows? Ay, no sé. Pero me encanta. Está genial. Llevo dos días sin escuchar otra cosa, excepto, en un breve lapso, un poco de The Smiths, pero no es mi culpa, es culpa de alguien más, y ahora que escribo esto sin saber qué escribir escucho In Rainbows, la voz chillona de Yorke y la música de un disco que cada vez que suena me hace pensar que es mejor, genial, sublime incluso. Todo en pausa, de algún modo. Hacía tiempo que no me pasaba esto de someterme absolutamente a un disco.
Diablos, me llegará a cansar.

Thursday, October 11, 2007

Expression theory

(E-T) If art object O has expressive quality Q, then there was a prior activity C of the artist A such that in doing C, A expressed his F for X by imparting Q to O (where F is a feeling state and Q is the qualitative analogue of F).
Alan Tormey en The concept of expression. Es increíble cómo los analíticos le quitan la carnita a todo.

Wednesday, October 10, 2007

Hotel theory

Sólo quería informar que entre las cosas que trajo mi hermana fue el número de octubre de The Believer en la que, me di cuenta al darle un rápido vistazo, aparece una reseña de Hotel Theory, de Wayne Koestenbaum. La reseña pueden leerla aquí. Leánla, está buena, se antoja incluso leer el libro. Pero también es como el perfecto punto final para mi mamada esta de los hoteles. Todo, ya lo dijeron, ya está dicho.

Tuesday, October 09, 2007

Hotel Kafka


Este periplo parece que sirvió para, después de algunos años, convertirme simplemente en un escritor contemporáneo, que casi sin darse cuenta ofrenda su vida no a la crianza de animales ni a una serie de ejercicios espirituales capaces de darle a su existencia una dimensión onírica mayor, sino que el verdadero deseo terminó siendo la palabra, no sólo crearla sino compartirla en una escuela que dirijo con un grupo de futuros escritores que, semana a semana, se reúnen, con una fe admirable, para tratar de desentrañar el sentido oculto de los textos.

Mario Bellatin, El Gran Vidrio

De Hotel Kafka creo que me enteré por Adriana Degetau quien durante un tiempo me estuvo mandando información sobre distintas escuelas de escritores. Incluso creo que me llegó a inscribir o a ponerme en el mailing list de una en la que mandaban como "tareas" para escribir, con las cuales nunca cumplí. Hotel Kafka es una escuela para escritores en Madrid. Tiene talleres de escritura creativa, de guiones, cómics y algunos cursos monográficos. La gente va, se reúne, discute sus textos o escucha al profesor y se retira. También tiene una librería y una "recepción" porque, pues, todo es muy exótico y profesional. (Por alguna razón pensé, justo en este momento, y quiero compartirlo pues quizá simboliza algo, aunque probablemente no y sólo sea muestra de cómo, a veces, funciona mi cabeza; en fin, pensé en una noticia que leí en Ciudad del periódico Reforma hace rato, sobre una chica a la que descuartizaron y cuyo cuerpo encontraron en el departamento de una de sus "parejas sentimentales", un tal José Luis Calva Zepeda quien se hacía pasar por un artista; en el departamento que rentaba, además del cuerpo, los miembros de la policía encontraron panfletos con poemas).


Yo asistí a una "escuela de escritores", la EDDE que dirige Mario Bellatin y donde uno nunca jamás lee ni muestra sus textos, sólo va y escucha, pero no escucha, al menos no siempre, a escritores sino a artistas de otras disciplinas, digamos coreógrafos o escultores. Pues, se piensa, se considera, y lo creo, uno no puede enseñarle a otra persona a escribir. A lo mejor puedes animarlos, ayudar a que encuentren su camino. El objetivo de enfrentarnos a artistas de otras disciplinas era para que observáramos su propio proceso creativo. También, otro objetivo, era quitarnos las mañas que uno, como escritor, inevitablemente adopta.


Recuerdo un alumno en la preparatoria quien tenía inquietudes literarias. Además de recomendarle algunos libros que creí que le gustarían e incluso revisarle algunos textos --creo que llegué a dejarle algunos ejercicios de redacción-- cuando me pedía ayuda me sentía, la mayor parte del tiempo, como un completo inútil. "No puede enseñarse a escribir", me excusaba. Y bueno, este chico, que terminó estudiando Derecho --quizá para escribir por las noches o anotar cosas en un cuadernito que esconde-- parecía creerme sin desanimarse. Tiempo después, creo que através de MSN, le pregunté algunas cosas sobre su vida, su carrera y lo que estaba leyendo en ese momento. Me dijo que había comprado El arte de enseñar a escribir, el libro de memorias que salió de la EDDE. Pueden leer una reseña de ese libro aquí. No he leído el libro pero supongo que ha de estar interesante.


Lo que yo hago cuando siento que estoy estudiando para escribir, además de leer, por supuesto, es leer específicamente entrevistas a autores. Es como el mejor MBA en literatura creativa que pueda tenerse. También, y a diferencia de lo que se lee en este blog, creo que me esfuerzo reescribiendo cosas. Pero no soy tan diligente en esto, sospecho, como a veces hago creerme. Creo que estoy diciendo, en general, que cierto tipo de "escuelas" para escritores sirven para ciertas cosas, pero ciertamente no para escribir. Sirven para que uno conozca gente, por ejemplo. Y para ocuparse. Y para inflarse la ilusión de convertirse en escritor. Pero uno escribe en silencio y a solas. Uno falla a solas. No hay otra manera. Y sin embargo, la supuesta Escuela dinámica de escritores de Bellatin siempre me pareció genial por esto: pues uno no aprendía a escribir sino a darse cuenta de cuáles eran los caminos erróneos y los caminos correctos, considero. Humildad, brinda, esta escuela que, por cierto, al parecer abrirá nuevas "franquicias" en otros países de América Latina. Los dos años que pasé ahí fueron un par de buenos años. Me quitó una especie de presión.

Historia curiosa: hace un par de días mi hermana estaba en Nueva York. Le había encargado un par de libros y le había dado las direcciones de las librerías donde podía encontrarlos. Me mandó, entonces, un mensaje por teléfono para preguntarme si la dirección que le había dado era la correcta. "Sí", le contesté. "Es que en frente tengo un edificio donde venden cosas para superhéroes", me explicó. "Es ahí", le dije. Fueron muchos mensajes. Es que es difícil de explicar.

La Brooklyn superhero supply sólo es la fachada de uno de los centros educativos que McSweeneys ha creado. Tienen en otras ciudades como Seattle, Los Ángeles, Chicago y la única que conozco, San Francisco (ahí, ademá de libros, se venden cosas para piratas; ojos de vidrio, banderas, espadas, etcétera). Aunque en su mayor parte está enfocado a tareas que tienen algo que ver con la escritura, a los niños se les da asesorías en otras materias. También, aunque menos, hay seminarios para adultos interesados en escribir o publicar revistas u otras monadas editoriales. También, venden libros.

Monday, October 08, 2007

Hotel zombie

¿Ya conté esto? Tengo un primo, a quien recogí anoche de la central. A pesar de que tiene 17 años, siento que es un adolescente en su punto. A este primo le he regalado varios libros pues parece que le interesa la lectura. Pero de ellos sólo ha terminado de leer Cujo de Stephen King. Le encantan las historias de terror. También le regalé un par de editorial Siruela, una antología de cuentos e historias sobre licántropos y una de asesinatos. También le regalé El desaparecido de Kafka, que no ha terminado. Desde hace meses carga consigo, a todos lados, Cell, también de Stephen King.
En esa novela, recuerdo, hay una escena en la que algunos de los personajes se refugian en un hotel de las ordas de zombis telefónicos. No suben a los pisos con habitaciones pues el elevador está atrapado entre pisos. Desde el lobby, se describe, pueden escucharse los tumbos que dan en los pasillos de los pisos superiores los zombis telefónicos. Es un buen pasaje. Por supuesto, es un pasaje corto, con un hotel que está de paso, que se visita poco, no así como el Overlook de The Shining, también de King. Me iba a detener más en todo esto. Hablaría sobre la relación que tienen estas películas con la propiedad privada, hablaría sobre los cementerios indios (¡Pet cemetery!), sobre otras películas, tal vez (como Dead and breakfast: zombie hotel) o sobre esa caricatura que también se llama Zombie Hotel, pero creo, todo es sólo un preámbulo para hablar del zombie más famoso de todos, el haitiano Clervius Narcise. En su texto Zombi (que apareció en el segundo Granta en español, Hotel América) sobre un reciente golpe de estado en Haití, escribe Pablo Biffi:

Un informe judicial del 26 de enero de 1980 identifica a Clervius Narcise como el individuo hallado el 18 de enero de ese año, vagando semidesnudo y en estado de shock, a las afueras de su pueblo natal. Sin embargo, el 3 de mayo de 1962 se había certificado su muerte en el hospital Albert Schweitzer, de Gonaives.
Gracias a una terapia, Narcise se recuperó parcialmente, lo que no ha ocurrido en casi ningún otro caso de zombificación, y pudo de este modo aportar datos para una investigación posterior. Narcise contó en detalle cómo su alma había sido robada por un bokor (un hechicero especialista en el uso de venenos y en "separar el alma del cuerpo", según el vudú) y cómo su cuerpo paralizado había sido enterrado vivo. Este "muerto en vida", un zombi en definitiva, describió el horror de escuchar a los médicos certificando su muerte y de su incapacidad para gritar que estaba vivo. Relató la agonía de permanecer encerrado bajo tierra húmeda horas interminables, y cómo fue desenterrado por el bokor y sus ayudantes, golpeado, atado y vendido como esclavo en una plantación, donde había otros zombis como él. Cuando el capataz de la plantación murió, los zombis comenzaron a vagar durante años por los caminos de Haití, hasta que la fortuna lo llevó nuevamente a su ciudad, donde fue reconocido por su familia. Narcise, casado y padre de un hijo, falleció para siempre años después. Hasta ahora no ha vuelto a levantarse de su tumba. [...]
Muchas familias de Haití, ante el temor de que sus familiares muertos puedan ser desenterrados y convertidos en zombis, los hacen morir por segunda vez: les disparan un tiro en la cabeza o le inyectan al cadáver un poderoso veneno. Otros los estrangulan y hay algunos que han llegado a decapitarlos para impedir que los hechiceros puedan hacerlos resucitar. El temor a la zombificación ha sido utilizado siempre en Haití como mecanismo de control social y político.
Nunca vacacionaré en Haití.

Sunday, October 07, 2007

Hotel América

Granta es una revista rara, pensé. Estaba esperando a mi primo en la central de autobuses del norte, dándole la espalda a la efigie de la Virgen de Guadalupe que tenían ahí. Sin pensarlo me había sentado de manera que estuviera directamente frente a ella, pero dándole la espalda. Me ardía la cara del sol que me había pegado a lo largo del día y las personas que se acercaban a persignarse y a soltar monedas en las ranuras de unas cajas de metal color dorado que estaban ahí, a veces me veían con cara de ¿Y este qué hace aquí? pero la mayor parte del tiempo sin prestarme atención. Hacían: Norte, Sur, Este, Oeste con sus manos, sobre sus rostros, a altas velocidades, y caminaban a sus distintos destinos. La gente hablaba sin parar.
Es una revista rara porque a menudo hay textos muy buenos pero, por alguna razón, siempre, invariablemente, sentía agradecimiento al terminarlos. "Uno más, el que sigue", era la consigna. Todavía no la termino. De los veintiseis que conforman la revista de trescientas y pico páginas, me faltan cinco textos. No se trata precisamente de una revista sino de una especie de antología hecha al aventón. Las traducciones a veces son buenas, a veces no. Y hay una extraña combinación de periodismo con literatura. No es un mal producto, por supuesto. Pero, incongruentemente, me arden las orejas.
Creo que el peor texto que leí, en cuanto a erratas y edición, fue el de Rodrigo Fresán.
Quizá es otra cosa lo que me preocupa. Y es que este número, el segundo en español, titulado Hotel América: 26 habitaciones, piscina y tv por cable, pensaba leerlo bajo las categorías de una de mis obsesiones. Pero se resiste, de algún modo. Esperaba, realmente, que hubiera un aire de América como algo fugaz, como un gran edificio que se ha construido, que es habitado pero que está constantemente a la espera, aunque fuera tácitamente, de su verdadero dueño. Un dueño que no llegará pues se ha construido precisamente para todas esas personas que estamos de paso. En su lugar encontré un número atiborrado de sentimientos hacia Estados Unidos, una pequeña parte de América. Así que ahí está la culpa autoconsciente de algunos norteamericanos y la relación amor-odio que parecen llevar el resto de los habitantes de la tierra. Sin embargo, creo que ya leí el mejor libro de cuentos que toca el tema, de Bissel.
Referencias explícitas a hoteles en este número de Granta: Paul Theroux, en su Cautiverio, habla sobre el hotel en el que no pasó una sola noche por pasar un mal rato con una mujer y su hermano en Lusaka (un texto genial). A. M. Homes habla de la asepsia estadounidense como si se tratara de un vaso envuelto en plástico (me gusta Homes, no sé si puedo juzgar su texto). Nell Freudenburger habla de un grupo de personas, expatriados laosianos, que se alojan en el Hôtel de la Princesse, Luang Prabang, aunque tangencialmente. Y ya. Eso es todo. No más hoteles. Xenofobia. Guerra. Ilusiones marchitas. Sentimientos ambivalentes. Eso es este número de Granta. Creo que pasará mucho tiempo antes de que lea otro. Hoy me llegó la nueva McSweeneys.

Friday, October 05, 2007

Hotel

1. Evitaré lo sórdido, eso lo guardaré para mí.
2. Recordaré aquella vez que escribí un montón de poemas en el cuarto de un hotel. Escondí uno en la Biblia que, como era natural, encontré en el cajón; otro entre el papel de baño y otro bajo el televisor.
3. Este fin de semana leeré el segundo número de Granta en español, que lleva el subtítulo Hotel América.
4. Pensaré en esa sección de The Believer en la que se reseñan hoteles.
5. Imaginaré mi bitácora electrónica como un edificio limpio y ordenado, con distintas habitaciones, cada una de las cuales contiene algún arista de mis obsesiones.

Thursday, October 04, 2007

Sobre "Hotel Chevalier"

Lamentablemente, supuestamente, el corto Hotel Chevalier de Wes Anderson ya no está disponible en YouTube. Derechos de autor. Twentieth Century Fox. Esas cosas. Aparentemente se distribuyó también por iTunes. Alcancé a verlo en YouTube. Cuando lo hice, sentí ganas de llorar, reír y otras cosas sobre las cuales no tengo demasiado control. Pero estoy exagerando. Se trata de una especie de preludio o explicación a The Darjeeling Limited, la nueva película de Anderson, al menos para el personaje interpretado por Jason Schwartzman (¡sí, el de Rushmore!). También: actúa Natalie Portman en papel de femme fatal pero no femme fatal sino una muy particular femme fatale, para alguien, pues, esa chica que todos hemos conocido, que viene y se va pero también viene para irse una vez más aunque sin ganas de irse del todo, ¿pescan cuál? Sale una canción muy buena y hubo momentos realmente enternecedores, otros momentos fueron graciosos y como muchas otras cosas que hace Wes Anderson, pues me llevaron a otras cosas, como al hotel Chelsea, y a lo que me contó Benassini del Hotel Virreyes, y al personaje interpretado por Hackman en The Royal Tenembaums, quien vive en un hotel, y claro, la visita que hace Margot Tenembaum a París --y también a esa película que hizo Ethan Hawk sobre el Hotel Chelsea pero que no terminé de ver porque me aburrió. En fin. En fin. ¡En fin!
Quitaron el video. Todavía no estrenan The Darjeeling Limited. Pero podemos ver a Portman rapear en SNL.

Tuesday, October 02, 2007

Novedades

Ordené mis libros, mi "biblioteca". Alfabéticamente, no por el título sino por autor. Además, los separé entre libros en español y libros en inglés. Tengo un solo libro en francés. No sé qué hacer con él. Comenzamos anoche, Adriana y yo, y terminamos hace rato. Nos duele la espalda y tenemos las manos llenas de polvo, pero es un decir, porque ya nos las lavamos. Adriana insiste en que fue una mala idea separar los libros entre inglés y español. Tiene razón, por supuesto. Siempre tiene razón. Cuando no tiene razón no sé cómo le hace para que parezca tenerla. Considera que debería separar libros de filosofía, ficción, no ficción (y yo, fantaseo, libros que son autobiografías, memorias o diarios íntimos). Además, separarlos por autor. Y por país. Pero la verdad es que no tengo tantos libros como para hacer eso.
Me gustaría ordenar mis libros autobiográficamente, como Rob ordena sus discos en High Fidelity. "Libros que me avergüenzan". "Libros que me regaló gente a la que estimo". "Libros que debería tirar pero que no me atrevo a hacerlo". "Libros obsesivos". "Libros mediocres". "Libros de consulta". "Libros que me hacen pensar en el día en que moriré sin provocarme angustia". "Libros verdes". "Libros que me regaló mi padre y que demuestran que sólo conoce una parte de mí". "Libros firmados por autores famosos". "Libros de amigos". "Libros que me robé o robaron para mí". "Libros de Robert Walser".