Monday, April 30, 2007

Más sobre El secreto del mal, de Bolaño

Muchos de sus cuentos están inconclusos. No vale la pena. Excepto los que están concluidos. Por otro lado, uno de ellos quizá ya lo leyeron en Reforma --que lo publicó como exclusiva hace muchos años-- y algunas otras cosas quizá no las hayan leído ya, pero quizá, a su modo, ya, en muchos de sus libros. Digo, está bien. Y me gustó. Pero soy fan. Y no todo mundo es fan. Así que si no eres fan, no te vayas con la finta. Y si eres fan, pues, mira, ¿quién soy yo para decirte qué hacer?
Puedo decir que:
1. La colonia Lindavista, el cuento con el que abre el libro, me recuerda, obviamente, a Nocturno de Chile y Estrella distante (y también, al pasaje de La literatura Nazi en América en el que se recogía ya el asunto del avión y los poemas en el cielo). Pero también, quizá con menos obviedad, a aquél pasaje de Los detectives salvajes en el que un joven Belano baja una cordillera a caballo y donde se rememora sus tiempos de una preparatoria del Opus --mismo pasaje que me remite a Dos cuentos católicos.
2. El secreto del mal me recuerda al viaje que hice con Julián a Veracruz, o de Veracruz, no recuerdo, en el que él leía, creo, Mantra y yo leía, creo, Monsieur Pain --también, durante un tiempo, conocido como La senda del elefante (creo). Y me recuerda a este texto pues además de que se hace referencia a la casa del pan (Chez pain), se hace un juego con el sonido de Pain, en francés, y la palabra en inglés --el personaje de este cuento es un periodista norteamericano en París. Pero creo que pensar en Hemingway o en la parte de Fate de 2666 ya sería demasiado.
3. El viejo de la montaña. Más de Belano y Lima. Inconcluso.
4. El hijo del coronel. ¿Recuerdan cuando García Madero, en Los detectives salvajes, camina cerca de un manicomio y observa cómo los locos caminan hacia la reja que los separa del mundo en el estilo más zombie a la George Romero? ¿O cuando García Madero cuenta todas esas películas serie B que vio en el cine Teresa? ¿O cuando uno de los detectives salvajes considera seriamente que la novela que Jack Torrance escribía podría ser una muy buena novela?
5. Sabios de Sodoma. Una de esos textos para provocar que, en mi desorden, se asemeja a la disertación de 2666 de por qué los niños ricos que buscan respetabilidad a través de la literatura viajan a Berkeley a estudiar.
6. La habitación de a lado ya se había publicado en Reforma. ¿Alguien puede decirme si cuando esto sucedió Jaime Reyes ya dirigía el suplemente cultural?
7. Laberinto tiene algo de esos libros de fotografías de poetas que veía uno de los detectives salvajes en África. Pero también algo de ese latinoamericano arribista que muere para ignorancia de todos en un anónimo cuarto de hotel. Muy bueno.
8. Derivas de la pesada. Muy bueno. No es cuento.
9. Crímenes. Cuento, muy bueno, 2666. Incluso hay una parte que se ejemplifica un poco esa pregunta de si dos presos horribles podrían enamorarse en prisión.
10. No sé leer. Prueba de que Bolaño consideraba su vida algo singular.
11. Playa. Ya se había publicado en Entre paréntesis.
12. Músculos. Una versión de Una novelita lumpen (como se advierte en el prólogo del editor). Lo curioso de Una novelita lumpen es que, a diferencia de, digamos, Mantra (son de la misma colección de novelas que hablan sobre ciudades) no habla de la ciudad de la que se supone se hablará. Considero.
13. La gira. Me recuerda al inicio de 2666. Pero en rock. Piensen en los Beach Boys, tal vez. Inconcluso.
14. Daniela. Inconcluso.
15. Bronceado. En una entrevista, creo recordar, Bolaño hablaba --no, mentira; en una conferencia-- hablaba sobre cómo Penélope Cruz (carajo, ¿era una entrevista?) había ido a visitar a la madre Teresa de Calcuta y se hacía preguntas de suma, suma importancia.
16. Muerte de Ulises. Piensen en Muchachos desnudos bajo el arcoiris de fuego (antología de Roberto Bolaño de poesía con presencaión de Efraín Huerta y Miguel Donoso --a huerta le dedica un poema en La Universidad desconocida). También piensen que el poema de esa antología que escribió Mario Santiago se llamaba Consejos de un discípulo de Marx a un fanático de Heidegger (sí, sí, como la novela que escribiría más tarde Bolaño con Porta, pero no). Y luego piensen en Los detectives salvajes. Y luego a llorar de rodillas.
17. El provocador. ¿Inconcluso? Es bueno.
18. Sevilla me mata ya había sido publicado en Entre paréntesis o El gaucho insufrible, no recuerdo.
19. La jornada del caos pudo haber continuado como un capítulo de Los detectives salvajes o como un capítulo de 2666 o quién sabe, tal vez de algún modo se abra para continuar hasta que un Belano-Bowman nos hable en una voz helada de niño de las estrellas, a la 2001, y nos mande señales de radio desde el futuro con noticias terribles de un mañana incierto.
Cálmate azotes.
14.

Sunday, April 29, 2007

¿Quién es el valiente de vida singular?

De El secreto del mal:
Como la literatura solipsista, tan en boga en Europa, hoy que el joven Henry James vuelve a cabalgar a sus anchas. Una literatura del yo, de la subjetividad extrema, claro que tiene que existir y debe existir. Pero si sólo existieran literatos solipsistas toda la literatura terminaría convirtiéndose en un servicio militar obligatorio del miniyo o en un río de autobiografías, de libros de memoria, de diarios personales, que no tardaría en devenir cloaca, y la literatura también entonces dejaría de existir. ¿Porque a quién demonios le interesan las idas y venidas sentimentales de un profesor? ¿Quién puede decir, sin mentir como un verraco, que es más interesante el día a día de un triste profesor madrileño, por muy atildado que sea, que las pesadillas y los sueños y las ambiciones del insigne y ridículo Carlos Argentino Daneri? Nadie con tres dedos de frente. Ojo: no tengo nada contra las autobiografías, siempre y cuando el que la escriba tenga un pene en erección de treinta centímetros. Siempre y cuando la escritora haya sido una puta y a la vejez sea moderadamente rica. Siempre y cuando el pergeñador de semejante artefacto haya tenido una vida singular.

Saturday, April 28, 2007

Ajusco

Si rentan The Royal Tenembaums y ven la escena en la que Eli Cash bebe con Richie Tenembaum en la sala de su casa, verán una pintura colgada de la pared que es parte de la serie de Escape de Cacavilla, de Miguel Calderón. Una imagen que tengo siempre muy presente cuando pienso en el Ajusco. Hoy regresé al cerro después de no haberlo visitado en al menos dos años. Los negocios de renta de equipo y espacio para jugar gotcha han proliferado, pero en realidad todo se ve tan miserable como antes. Lo curioso del Ajusco es que consigue brindar, todavía, una ilusión de "contacto con la naturaleza", a pesar de la cercanía a la urbe y a su contaminación, a su crecimiento canceroso --y las vistas que uno ve desde el cerro. Dios, son apocalípticas.
Las pinturas de Calderón --intenté subir una pero era demasiado pesada, pueden buscarla en Google-- están inspirada en una noticia que este señor escuchó en la radio, o leyó en el periódico, no recuerdo: trataba sobre una banda de hermanos que violaban a personas, allá, en el Ajusco. Yo he escuchado de violaciones en el Ajusco, sí; he visto, subiendo a los parques donde ando en bicicleta, grupos de forenses estudiando los restos de autos incendiados y a finales de los noventa todavía escuchaba de ciclistas que eran sometidos y amordazados a árboles. A quienes, por supuesto, les robaban sus bicicletas.
Mariana se compró una bicicleta hace poco. Hoy la estrenamos en el Ajusco. Nos acompañó Rodrigo, con quien, sobretodo, recordé las múltiples historias ciclistas y bobas y divertidas y de signos de amistad que hemos acumulado a lo largo de los años. Fue genial, debo decir. A pesar del dolor que ahora siento --específicamente en partes de mis nalgas que nunca ven la luz del día-- sé que regresaré pronto. Oh sí. Vida sana.

Thursday, April 26, 2007

Todavía más optimismo

Bobby Fischer, el "fenómeno" del ajedrez, nos dice: "Se juegan partidas de ajedrez en todas partes. En bancos y mesas de parques públicos, en Clubs de ajedrez, en Clubs deportivos juveniles, en escuelas secundarias, en los regimientos, en las prisiones. Hasta por correo. Estoy cierto que usted no encontrará dificultades para encontrar un compañero y jugar una partida. Yo sólo espero que este libro le sirva para disfrutar de este maravillos juego".
¿No terminó Fischer loco? Es igual. ¿No adoran ese optimismo con el que nos dice que uno seguramente no encontrará dificultades para encontrar con quién jugar?
Creo que estoy escribiendo esto sólo para cambiar de tono a la bitácora. Mi anécdota de ajedrez favorita: la mujer de Duchamp, celosa de la afición de éste, de esa obsesión con el juego, un día, cuando Duchamp dormía, se levantó de la cama, se acercó al tablero de Duchamp y pegó todas las piezas con resistol.

Tira cómica de gallinas


Tuesday, April 24, 2007

Entrada 500

Sobre el tema del aborto: Me explican que desde una perspectiva moral kantiana es prácticamente imposible no apoyar el aborto de un bebé no deseado en el primer trimestre de embarazo (es decir, entre las primeras doce semanas, mismas que comprenden el tiempo en que un óvulo fertilizado se implanta en el útero; que, es muy curioso, si se fijan, la manera en que sólo decirlo de otra forma parece implicar cosas distintas). Es prácticamente imposible, decía, porque para Kant --ese pensador ilustrado-- la dignidad de la persona no es una especie de sustancia como el alma o como los valores personalistas que, muy comprensiblemente, lo criticarían más tarde. No, la dignidad de la persona es una cuestión relacional: la manera en que interactuamos con la otra inteligencia. De esta forma, un bebé de doce semanas (o bien, un óvulo fertilizado implantado en el útero), no es capaz de dar signos de inteligencia alguna --y, agregó la persona que explico esto, por ello es tan relevante que se haya demostrado que en ese momento de la gestación tampoco se pueda experimentar dolor o placer alguno. Esto, aparentemente, es la diferencia entre matar un bebé como imaginamos normalmente a los bebés --con pañal, moviendo sus bracitos-- quien sí experimenta placer o dolor. La felicidad, recordemos, para Kant no sólo no es un fundamento de la moralidad, sino que además se reduce a la capacidad de experimentar placer (por más sofisticado que sea).
Otra objeción planteada a esta manera de entender la dignidad de la persona: si una persona sufre de sus capacidades mentales, ¿tiene dignidad? En la medida que podemos advertir signos semejantes a los de una persona con todas sus capacidades mentales en forma, nos explican, sí.
¿Y la inteligencia artificial? Nos confudiría, me dicen.
Así que bien: una de las recomendaciones de Kant, sabemos por sus Críticas, con objetivos claros, de aclarar la razón --si es que ésta será la guía de nuestra moralidad-- es no dejarnos engañar por los errores de la razón. Es decir, mantener nuestras pasiones a raya, no ceder a argumentos formados sobre quimeras, tener cuidado con dejarnos guiar por los sentimientos, ¿pero quién quiere hacer algo así cuando está lloviendo sangre y el mundo es regido por payasos emputados?

Sunday, April 22, 2007

Cierta sabiduría en High Fidelity


Dick: I guess it looks as if you're reorganizing your records. What is this though? Chronological?
Rob: No...
Dick: Not alphabetical...
Rob: Nope...
Dick: What?
Rob: Autobiographical.
Dick: No fucking way.

Sobre el tercer número de El Inquilino

El Inquilino, como ya saben, es un fanzine que inició hace tiempo y que procuraba reseñar cosas que nos gustan. Libros, música, películas, sobretodo libros y sobretodo textos, reseñas que ayudaran o invitaran a compartir esas cosas que nos gustaban --nunca, era la intención, aparecerían reseñas de cosas que no nos gustaran o escritas de manera que mostraran que aquello que estábamos reseñando no nos gustaba. La intención era hacer de esta revista algo casi moral. Algo bueno. Algo sano pero en un sentido didáctico. Total que publicamos dos y el tercero aún está por publicarse --ha estado así desde hace tiempo. Recuerdo que los orígenes del proyecto (mas no del nombre) se germinaron en un Hooters.
Supongo que es normal, esta pulsión de los jóvenes, o quienes aún quieren sentirse jóvenes, de sacar algo al mundo, algo hecho con nuestras manos y cabezas y talentos. Una revista, un fanzine, cosas con poca vida y poca distribución. Les llamamos revistitas, fanzines y suplementitos porque sabemos que son poca cosa y que sólo forman parte de una especie de educación sentimental.
¿Estoy generalizando demasiado? No lo sé. Creo que la historia me avala. Y veo a mi rededor y veo a Julián Etienne con su Polemista, a los chicos de Oráculo, a Viento en Vela (que sigue con mucha vida), y Dios, a toda esa jungla de revistas que se venden en la UNAM y --oh, ¿para qué seguir? Es un lugar común esto de la "tradición de lo efímero", como lo llamó Elizondo en un artículo de 1978. Les copio el último párrafo:
Las revistas literarias de los jóvenes tienen la misma propiedad del Ave Fénix que consigue renacer de sus cenizas, pero apenas cada milenio. Las revistas de poesía son un mal necesario que afecta casi siempre solamente a los jóvenes, una especie de acné literario. Su existencia efímera y su tránsito constante van poblando los minuciosos registros para los futuros historiadores de la literatura; ellas son el testimonio del despertar y de la toma de conciencia de la terrible vocación poética.
Ay, somos unos niños. ¿Será siempre así? ¿Siempre estaremos en un momento dado de un camino ya trazado? ¿No les da terror? Porque yo veo a otros amigos, como Jesús Salazar con sus Libros de Homero, y digo, oh, esto está muy bien, o veo Cuaderno Salmón y pienso con optimismo tantas cosas que me gustaría sólo llegar ya a término. Pero no puedo motivarme lo suficiente para aplanar nalga hora tras hora, tras hora.

Thursday, April 19, 2007

CS4


Comenzar con un "miren nomás", o "ay papá", "ajúa" y otras expresiones que me gustan, o gustaban, me resulta ya cansado cuando quiero hablar de algo que me emociona. Se entiende que es el tipo de expresiones que utilizaría ahora, para hablar del nuevo número de Cuaderno salmón, que siempre me emociona tener en mis manos.
En fin, informo que: este nuevo número tiene como "tema", sin ser tema, las traducciones. De ahí que haya fragmentos de Hamlet (una nueva traducción), de Finnegans Wake (una de las traducciones posibles, en el sentido de una de las que se pudo hacer, no de que se puedan hacer millones) y algunos cuantos poemas, geniales, de Lovecraft quien, debo decir, funciona como segundo "tema", sin ser tema, pues además hay una reseña de H.P. Lovecraft: Against the world, against life, de Michel Houellebecq, hecha por Pohlenz. También hay un ensayo de David Miklos que trata, a su modo, de Lovecraft y lo que significa leerlo y cómo debe actuarse cuando uno lo lee --un texto que se conecta con el cuento que apareció en el último número de la revista La Tempestad.
Además: una entrevista con Fabio Morábito, hecha por María Lebedev. Y textos, apariciones y presentaciones estelares de: Luigi Amara, Geney Beltrán Félix, Gabriel Bernal Granados, Luis Jorge Boone, Hernán Bravo Varela, Nicolás Cabral, Nellie Campobello, Noé Cárdenas, Fabián Casa, Ricardo Cayuela Gally, Christopher Domínguez Michael, Luis Felipe Fabre, Joao Guimaraes Rosa, Fernando Lanz, Rafael Lemus, Graciela Martínez, María Minera, Isaí Moreno, José Manuel Prieto, Joan M. Puig, Gabriela Sánchez, Tomás Segovia, Esther Seligson, Ricardo Silva-Santisteban, Alejandro Toledo y Álvaro Uribe.
Ya dejen de comprar Letras Libres: ni se hagan, que luego sólo se saltan a la parte de atrás, la de reseñas y creación literaria. ¿Qué hacen con lo demás? ¿Se lo dan de comer a sus perros? Consíganse este nuevo Cuaderno Salmón, que es sana diversión, y a veces tiene mucha pero agradable aliteración.
Ya está en el FCE y Gandhi. De paso, pueden comprar de los anteriores. ¡Es que ya los compramos! Pues persuadan a alguien de que lo compre. ¡Es que todos mis amigos, a quienes les gusta leer, ya la compraron! Pues enséñenle a alguien más a leer. Enséñenle lo que es bueno.

Monday, April 16, 2007

Blacksburg


"We're all locked in our dorms surfing the Internet trying to figure out what's going on".

Saldo

Después de ver Hard Candy y pasar tiempo con Mariana, regresé a casa para inciar la tarea del francés que había pospuesto durante estas dos semanas de vacaciones --vacaciones del francés-- a pesar de que algo me decía que no haría nada. Algo que, además, Mariana conoce bien. Me dijo: Ni te hagas. No vas a hacer nada. Pero igual fui a casa. Y no fue hasta media hora pasada la media noche que intenté iniciar. Conseguí terminar dos ejercicios.
Hoy es otro día. A diferencia de las dos semanas pasadas, me desperté a las seis de la mañana. El mundo es distinto a esta hora. Todo es posible. Los pájaros cantan y las personas, aunque no se ven sonrientes, se ven contentas. Esto es, las personas con el hábito de levantarse temprano. En fin. Clase de francés. Revisión de ejercicios. Sin mayores consecuencias, la clase continúa, se termina, uno sale a la calle y se dirige a su trabajo --que no comenzará hasta dentro de diez minutos. Llevo una hora en la Universidad Panamericana, donde trabajo. He mandado un par de correos. Me he comido una dona y bebido media taza de café. Cuando, hace una media hora, bajé por la rampa del estacionamiento, no pude retener mi bostezo y tuve que pedirle perdón a la señora que me entregó mi boleto por enseñarle todas mis encías y dientes y lengua a tan temprana hora de la mañana. Le causó gracia.
Anoche, en lugar de hacer mis ejercicios de francés bajé unos discos a mi computadora --algunos de los cuales me prestó Mariana-- y escribí una actualización en la bitácora que no me animé a subir pues estaba escrita con el filo del bisturí con el que me examino. Dije: oy. Y lo borré. Intenté escribir otro par de actualizaciones pero no salió nada bueno. Pensé: mañana. Pero aún ahora tengo ganas de borrar esta actualización. A veces creo que escribir por escribir es un desperdicio de energías. A veces descreo del ejercicio. Pero, ¿qué más voy a hacer a esta hora de la mañana? ¿Leer?

Friday, April 13, 2007

Bolaño para rato


Hay nuevos libros de Bolaño (¡sí, Bolaño!), son La Universidad Desconocida, un libro de poesía, y El secreto del mal, una colección de relatos, muchos no terminados. Uno de estos relatos, uno de los terminados, que trata sobre zombies (¡sí, zombies!) apareció en la Granta #7, en español, misma que no poseo.
Ya habrá tiempo para leerlos.

Cierta sabiduría en Bernhard

To write about a period of one’s life, no matter how remote or how recent, no matter how long or how short, means accumulating hundreds and thousands and millions of falsehoods and falsifications, all of which are familiar to the writer describing the period as truths and nothing but truths.
Thomas Bernhard
Está bien dicho y lo que quieran, pero es falso. El pasado no puede ser lo completamente otro y si lo es, sólo lo es en la medida de que somos completamente deudores insolventes. Y esto seguramente a muchos les podrá resultar un límite negativo. Pero, ¿no es esto como decir que uno debería sentirse mal por sentirse agradecido? Por favor, no se confundan, no es que el pasado sea lo completamente mismo, esa verdad y nada más que la verdad que supuestamente uno reconoce; estoy convencido de que hay distancias entre el pasado y el presente, insalvables, pero son las mismas distancias que permiten un pasado y un presente. Con las que, en fin, estamos en deuda.

Wednesday, April 11, 2007

Chita


Uy papá, ve nomás esta otra chulada de Los libros de Homero. Se trata de la primera novela de Lafcadio Hearn, de 1884: Chita. A Memory of Last Island, en una cuidada y bella traducción de mi amigo Eduardo Charpenel Elorduy.
El libro es sensacional. Lo leí hace rato, en una sentada --dos sentadas, en un momento me paré por una coca cola. Y Dios, tienen que ver las descripciones de las tempestades en Nueva Orleans --una Nueva Orleans que parece ya no existir, con sus pantanos y su francés criollo, con sus enjambres de cangrejos y sus mujeres mulatas. Con un temor y respeto y admiración ante al mar que sólo he leído, en términos comparables, en Las memorias de ultratumba de Chautebriand. A ver si lo consiguen. Para informes, pregunten en: salazar.velasco@gmail.com

Monday, April 09, 2007

Controversias Blatchford



Esta primera edición del inédito, en español, Controversias Blatchford, de G.K. Chesterton, se realizó en recuerdo del 70 aniversario de la muerte de su autor. Su edición estuvo al cuidado de los meticulosos y entusiastas miembros de esa buena editorial que es Los libros de Homero, a saber, Jesús Salazar Velasco, Diego Ramírez Escudero y Lorena Gómez Mostajo. Además, lleva un epílogo de Pablo Soler Frost. Lo peorcito del libro es la traducción, que hice yo. Uno hace lo que puede.

Sunday, April 08, 2007

Hemingway y Joyce

Aquí, sobre mi escritorio, están las múltiples lecturas que me apremian. Esto no es lo que quiero decir, "apremian". Pero lo digo porque sale y lo escribo porque no lo he pensado. Pero son demasiadas palabras para tener tan poco que decir. Así que ahora está la duda constante. Tampoco quiero decir "constante". Esto es agotador. Sin embargo, no sudo ni siento dolor en las coyunturas, al menos no como producto de esta actividad, de escribir --pero, ¿porqué el "al menos no como..."?, ¿para qué dar lugar a la ambigüedad cuando sé con certeza, que en este momento, no estoy ni sudando ni experimentando dolor alguno en las coyunturas de mi cuerpo?
He aquí la razón: quiero dilatar la palabrería. Quiero seguir escribiendo, observar, no con atención (que era la actitud que utilizaría), sino con --¿con qué? Me estoy tomando mi tiempo para responder a esto, no lo tengo claro, pues. Aquí la ambigüedad sí cabe. No me avergüenzo de ello. La nutro, es verdad. Entonces: Guillermo, por favor. Quieres seguir escribiendo para ver tu pensamiento reproducirse en la pantalla. Para ser testigo del avance de las palabras. No serás, ciertamente, el testigo más objetivo del mundo --no estarás observando cómo avanzan estos signos-- pero la objetividad no es una cosa que te interese demasiado pues sabes, con certeza, que no es esto lo que se le pide a alguien que escribe literatura. Que si fuera historia, tal vez. Pero ni siquiera entonces. Oh, comienzas a filosofar. Y eso no te gusta. Parece que si pasa por la mente, esa bola con tentáculos que camina por los ductos de la memoria, la imaginación y los conceptos, introduciendo sus tentáculos a los sockets repartidos por estos ductos... Estás perdiendo el hilo.
Publica esto. Reléelo. Detéstalo mañana. No mañana, cuando lo leas de nuevo. Cuando sea eso. Quizá antes de publicarlo. ("Publicar" es un decir, te dices). ¿Por qué Joyce es tan bueno para representar el caos interno? ¿Por qué si a Hemingway no le sale tan bien como a Joyce lo prefieres a él? Esto era de lo que querías escribir.

¿Temes que tu obra no sea apreciada?

Yo no.
No tengo obra.

¿Temes por tus hijos?

Yo no.
No tengo ninguno.

Friday, April 06, 2007

Fui al cine...

...a ver Alatriste. Pero antes de eso, actualicé mi membresía como "Invitado Especial Oro", para este año. El boleto que te dan a cambio de esta actualización fue el que utilicé para ver la función, que comenzaba a las cuatro. Este pequeño trámite lo llevé a cabo a las dos. Como esto sucedía en un centro comercial, me hice creer que tenía suficientes cosas que hacer antes de poder entrar al cine. Pero en realidad mis posibilidades se limitaban a consumir. Cosa que, por otro lado, no era tan terrible. No había comido aún. En una de las pantallas del cine por el que transmiten cortos de próximos estrenos, ininterrumpidamente, se ponía la siguiente pregunta: ¿SOMOS PRODUCTOS CREADOS PARA CONSUMIR OTROS PRODUCTOS? No me estremecía, ni nada. No averigüé de qué película era parte ese corto. Por un momento, me sentí el personaje de una novela de Houellebecq.
Enfilé a un restaurante. Le llamé a una amiga para ver si quería acompañarme a ver la película. Me contestó su padre. Mi amiga no se encontraba, estaba tomando el sol, en la terraza. En realidad, asumí que estaba tomando el sol. Quizá leyendo, pues este es el tipo de cosas que hace Adriana, pero su padre en realidad sólo me dijo que estaba arriba, en la terraza. "Gracias Bernardo", le dije. Me senté en el restaurante. Pedí una naranjada y un sándwich. Abrí mi revista. Leí. Comí. El mesero me retiró el plato cuando terminé. Me preguntó si quería algo más. Y aunque pude haber pedido cualquier otra cosa, me decidí por una taza de café y dos bolas de vainilla. Seguí leyendo. Me sentí muy cinematográfico.
Aún tenía una hora que perder, así que me fui a una banca para seguir leyendo mi revista. Después me harté un poco de la revista (era la nueva Letras Libres, dedicada al "nuevo cine mexicano" y sus recientes triunfos) y entré a una tienda de discos en la que también venden libros. Me compré otra revista, el nuevo número de la Tempestad que llevaba el provocador bullet: "¿El triunfo del cine mexicano?". En realidad no la compré por eso sino porque sabía que saldría un cuento de un amigo en el que soy un personaje velado. Un cuento que, por lo demás, ya había leído. Pero estas son las cosas que uno hace para matar el tiempo antes de entrar al cine.
En la sala, sentado solo, me sentí como aquella chica que mi padre y yo vimos en Miami, hace unos años; una chica que había ido de shopping y se sentaba sola en el cine. Era una comedia con Sandra Bullock. Pero no recuerdo cuál. Recuerdo, sin embargo, que en ese momento pensé en que si mi padre fuera a ser santo por alguna razón, sería porque, bueno, entre las varias razones, sería, una de ellas, pues, que aunque no entiende inglés, en Miami me acompañaba a ver películas que no llevaban subtítulos --para escapar del shopping de mis hermanas y mi madre, para acompañarme. Pero en fin. Esa chica iba, compraba, era rubia, entrada en edad, se sentaba en silencio, estoicamente. Hoy me sentí como creí que ella se sentía aquél día. Sin nada que hacer. Aburrido, pero con el entretenimiento a la mano. Me salí antes de que terminara la película.

Tuesday, April 03, 2007

Más ingenio

Transcribo una carta que me mandó hoy Enrique Krauze (me saltaré a las partes importantes):
Estimado amigo,
con el número 101, correspondiente al mes de Mayo 2007, termina su suscripción con nuestra revista Letras Libres. [...] Ponemos a su disposición los precios para renovar su suscripción anual: $450.00 D.F., Área Metropolitana. Usted puede realizar su pago mediante depósito bancario a nombre de Editorial Vuelta S.A. de C.V. en: BBVA, Cta. 0103410331, Suc. 285.
Posteriormente, envíenos copia de la ficha de depósito, junto con todos sus datos al fax 56591124.
Te reitero mi agradecimiento y en espera de que continúes acompañándonos en este esfuerzo.
Atentamente,
Enrique Krauze.

¡Ay, Enrique con sus cosas! Siempre es agradable tener noticias suyas. De verdad espero que salgan bien su revista.

Monday, April 02, 2007

Happy Birthday


Dado que estoy lejos de la ciudad, de que Mariana está fuera, de que no podré hacer una fiesta, ir a comer con mis amigos, a beber o a comprar libros, tendré que posponer mis celebraciones y dar algunas vueltas por la red. Eso es lo que pasa cuando nos organizan hasta el tiempo libre.