Monday, June 09, 2008

Leer a Lovecraft en la casa de campo

Anota Héctor Manjarrez en el apartado 58 de su El bosque en la ciudad:
"En la segunda mitad de los años ochenta, con relativa frecuencia me iba entre semana a la casita común que tenían los hermanos Bracho en A... Me llevaba libros, máquina de escribir (una Hermes mecánica color pistache, como la de muchísima gente) y buenas viandas, y pasaba de dos a cuatro días totalmente solo con los autores, mis ideas y la naturaleza. Recuerdo dos noches aterradoras: una vez el pavor me lo causaron los Cuentos de Cthulhu de Lovecraft; me despertaba aprisionado por los seres espantosos de la espantable imaginación de ese hombre cuyo apellido era la perfecta negación de su vida, pues carecía por completo del oficio de amar; dichos engendros se mezclaban, zoomórficamente, con el agudo miedo a los alacranes que rondaban en las noches por el piso de mi cuarto..."
Apenas es lunes y ya escuché el nombre de Lovecraft una vez, en la oficina. La semana pasada lo escuché invocado dentro del elevador.
Qué bueno es ese apartado 58: el descubrimiento de Manjarrez de que a veces grita en la noche, de que habla solo cuando pasea con los perros, de que no regresó a casa de los Bracho durante mucho tiempo porque -¡lo había olvidado!- algo le sucedió una noche, cerca de un árbol en el que colgaban a la gente, allá en A...
La semana santa pasada, recuerdo, experimenté ese delicioso placer de meterse debajo de una cobija, linterna en mano, a incómodamente leer a Lovecraft. ¿Por qué desperdiciar el tiempo cuando uno puede seguir leyéndolo? Me voy.

7 comments:

Oscar said...

Seguro, debajo de la cobija, leyendo, linterna en mano, "linterna" en mano. Puerco.

Guillermo Núñez said...

Con una mano sostenía la linterna. Con la otra el libro. Manos no me sobran. No sé por qué te estoy explicando esto. No sé, tampoco, por qué imaginas sosteniendo lumbreras. Marrano.

Oscar said...

Te imaginé sosteniendo con tus dedos una velita de cumpleaños.

Anonymous said...

jajaja, cochinos.

David Miklos said...

Ay, Memo©. ¿Corta o larga la mecha de esa velita, Benassini?

Oscar said...

Sin.

Anonymous said...

yo conozco esa casa de los hermanos bracho.

si asusta.

un abrazo.

benjamin