Monday, May 30, 2011

La Tempestad 78: México, la mirada de los artistas

Ah, número de aniversario. Trece años. Vaya, vaya. Veamos. En Literatura: Como parte de nuestro tema de portada, Sergio González Rodríguez analiza el presente de la narrativa mexicana y su relación con las problemáticas actuales del país. Un cuento inédito en español de Donald Barthelme, "La Cama", puede leerse en la página 130, dentro del "Cuaderno para invenciones", además de poemas de Edgardo Dobry. En Cine: ¿De qué modo confrontan la realidad nuestros cineastas contemporáneos? Carlos Bonfil revisa cintas de directores jóvenes en el dossier "México". "Actualidad del arte" incluye una entrevista con Serguéi Loznitsa, así como reseñas críticas de películas de Cristi Puiu, Mohamed Al-Daradji y Pablo Larraín. Música: El siglo XXI es "El siglo de las compositoras", como hemos titulado otro de nuestros dossiers, donde se aborda la obra de Unsuk Chin, Olga Neuwirth, Kaija Saariaho, Rebecca Saunders y Helena Tulve. En "Estudio" visitamos el espacio de trabajo de Julio Estrada, con quien conversamos acerca de su proceso creativo. Arquitectura y diseño: El Museo Soumaya de Fernando Romero, recientemente inaugurado, es abordado por Nicolás Cabral en "Formas útiles". Por su parte, Alejandro Hernández Gálvez ofrece una reflexion sobre las relaciones entre la arquitectura mexicana reciente y las ciudades del país (p. 118). Artes visuales: Daniel Garza Usabiaga explora, como parte del dossier "México", obras visuales sobresalientes por el modo en que plantean los problemas más apremiantes del país. En "Cuaderno para invenciones", Javier Rivero entrevista a María Lind, influyente curadora que presentó en el Museo Tamayo la exposición Abstracción posible. Artes escénicas: "Violencia y representación", de Rodolfo Obregón, abre nuestro tema de portada con una perspectiva crítica sobre el teatro mexicano contemporáneo. "Actualidad del arte" presenta reseñas de obras de Dave St. Pierre, Heiner Goebbels, Noé Morales y Javier Daulte.

Sunday, May 29, 2011

Tonto National Monument

Qué tonto.
Qué tonto fui.
Si lo fui, ¿lo soy?
Qué tonto soy.
Aunque quizá no es una cuestión de tener o no tener razón.
Qué tonto soy al creer que la razón tiene algo que ver con esto.
Es decir: ¿tiene que ver mi capacidad intelectual en el ser tonto?
Define tonto.
¿Tiene sentido pedirle a un tonto que defina algo?
Define tonto.
Tiene sentido: se es tonto, ocasionalmente. Se puede ser tonto, frecuentemente. Pero no se puede ser tonto todo el tiempo y reconocerse tonto.
Pues es claro que fui tonto.
Pero define tonto.
Tonto es quien para definir tonto necesita un diccionario.
Tonto es quien necesita un diccionario pero no lo tiene a mano.
Tonto es quien quiere definir lo que significa ser tonto y espera a que cargue la página de la RAE antes de definirlo.
Tonto es quien no sabe qué hacer en el aquí y en el ahora.
Tonto es quien siente lástima por sí mismo.
Así pues: quizá no es que sea un tonto.
Quizá soy un pendejo.
Define pendejo.
Pendejo es quien al esperar a que abra la página de la RAE abre la página de la Wikipedia como quien abre una página de horóscopos.
Pendejo es quien en lugar de buscar la definición de pendejo, cuando es lo que necesita, pues lo necesita, pues todo pendejo necesita algo, lee un modo de explicarle a un pendejo lo que es un tonto: "Eres medio tonto con las mujeres" podría aplicarse a un hombre inteligente, pero que por timidez comete errores con las mujeres. Lee también, en la Wikipedia: Así mismo "eres un completo tonto" se usaría para señalar a quien toma siempre la opciones o decisiones incorrectas. Lee también: "Poco tonto" se usa para quien por medio de tonterías se sale con la suya.
Quizá soy un poco tonto.
Pero definitivamente soy un pendejo.
Y ante todo esto, ¿qué?
¿Qué de qué, pendejo?

Friday, May 27, 2011

Puentes colgantes

Dormí con la ventana abierta, soñé que emprendía una carrera de obstáculos. La pista, una serie de puentes colgantes y redes, estaba construida en el interior de una casa, en una gran sala. Había candelabros y alfombrados, como si fuera un salón de conferencias en un hotel que intentaba pasar por lujoso. Competía contra una persona disfrazada como un hombre de la realeza quien, al inicio de la competencia, caía en una de las trampas de la pista. Al caer sobre el alfombrado su cuerpo se rompía como si estuviera hecho de barro pero, de inmediato, los fragmentos se evaporaban, dejando atrás pequeñas nubecillas de polvo marrón. Los tablones de los puentes colgantes se abrían apenas uno los pisaba. Comprendí, entonces, que para hacer el recorrido debía avanzar agarrado de las cuerdas que los suspendían, como si fuera una changuera. Desperté mientras avanzaba.

Wednesday, May 25, 2011

En la librería

A punto de dar las 6.00 a.m. Soñé que, como había faltado a la boda de una amiga de infancia, sus padres me pedían que los acompañara a cenar. Una serie de complicaciones me lo impedían, complicaciones familiares. Todo esto sucedía de noche y tiene su espejo en la realidad, relativamente; el fin de semana pasado no pude asistir a la boda de una amiga de infancia por cuestiones laborales. También soñé que era el último en salir de una oficina que a la vez era una casa humilde que se encontraba en provincia. Tengo una idea vaga de lo que esto significa. No es importante. También soñé, para variar, con una librería, creo que basada en el Péndulo que se encuentra en la colonia Condesa. Me encontraba allí con mi hermana, no la mayor, la otra (la noche anterior había soñado con la mayor), me ayudaba a encontrar una edición del único volumen de las aventuras de Tintín que, en la realidad de mi sueño, yo no poseía. No lo encontrábamos. Al menos, no precisamente. Encontrábamos versiones en francés, lengua que yo no conozco. Luego encontrábamos engargolados con los diálogos traducidos del francés al inglés y al español pero los engargolados no traían imágenes, sólo eran fotocopias. "Quizá me convenga más comprar esto", le decía a mi hermana, mostrándole otro volumen que prometía reunir material inédito relacionado con Tintín, incluyendo imágenes de producción de distintas versiones fílmicas basadas en el cómic. Este volumen también mostraba la relación entre las aventuras de Indiana Jones (otro de mis héroes de infancia) y las de Tintín. En mi sueño, entre las explicaciones, se mostraba una serie de escenas que se llevaban a cabo en escenarios que ocurrían dentro de las aventuras de Tintín (desiertos, montañas nevadas, cañones; recuerdo especialmente la de un espejo enorme, curvo, que se encontraba incrustrado en la boca de una cueva, en el interior de un cañón; recuerdo también la representación de una serie de gorilas que esperaban, sus ojos rojos como la cereza de un cigarro, sentados a la orilla de un río de lava). No sé si lo que voy a decir a continuación también lo soñé o si, al contrario, lo pensé entre sueños, ya más del lado del mundo de la vigilia. Y es que se me hacía claro, pero no recuerdo dónde, insisto, que corría un río oscuro detrás de esta búsqueda, donde se hermanaba la producción de Hergé y la de Karl May, el autor, se dice, favorito de Hitler. Más sobre esto, acá.
En mi sueño tenía toda la intención de comprar el libro. "Pero está muy caro", me decía mi hermana. Eran, recuerdo, 300 pesos exactos. Recuerdo, también, que buscábamos el X'ed Out de Charles Burns y que no lo encontrábamos.
6:09 a.m. Me voy a correr.

Tuesday, May 24, 2011

Petra

Otro sueño recurrente, mi familia y yo (mis padres, mis hermanas) visitamos una casa en el bosque. Cerca de esta casa se encuentra una cantera en cuyo fondo hay un profundo estanque de agua. Alrededor de la cantera, un bosque. En la parte baja de la carretera -hay una carretera- que rodea la cantera, un pueblo. Algunas casas, sin embargo, se encuentran en las crestas de las colinas que también rodean la cantera. Podría dibujarlo, me cuesta trabajo describirlo. Una media luna de bosque, rodeando una cantera con un profundo estanque en su fondo. Algo así. En algunos sueños subo en bicicleta hasta el punto más alto de la cantera y me arrojo al agua, es una actividad que los habitantes del pueblo (un destino turístico de fin de semana, de descanso) realizan con cierta regularidad. Diversión. Peligro. En otros sueños visito las casas y los establecimientos -restaurantes, en su mayoría- del pueblo, formaciones en tierra caliza, cuevas a las que les pega el sol, como, imagino, sucede en Petra o algunas islas griegas. En el sueño de anoche camino con mi familia (mis padres, mi hermana mayor) por las faldas de la colina, por un camino de terracería que lleva al pueblo. Entonces, un deslave de lodo cubre a mi hermana mayor. Pienso, recuerdo, que ella sola podrá librarse del lodo -no parece una capa muy pesada, más bien líquida. Pero pasa el tiempo y no logra emerger. Qué curioso que use la palabra emerger, el término librarse. En mi sueño corro e intento sacarla. Mis padres están detrás de mí, tengo la impresión de que quieren ayudarla también. Llevo los guantes que utilizo para andar en bicicleta. Me angustio. Despierto antes de poder sacarla.

Monday, May 23, 2011

Anoche

Anoche soñé que me pedía hacer un trabajo que yo no quería hacer. Se sentaba directamente tras de mí en una posición en la que, de querer, podía ver la pantalla de mi computadora pero de tal forma que yo no pudiera ver si me estaba monitoreando o no. Soñé otras cosas también pero las he olvidado.

Wednesday, May 18, 2011

Fui al banco

Hace rato fui al banco para hacer un pago y mientras esperaba en la fila me fijé en un cartel que decía: "Por su seguridad, está prohibido el uso de gorras, lentes oscuros y celulares en las oficinas bancarias". Pensé que, por nuestra seguridad, quizá sería bueno también prohibir el uso de armas de fuego o máscaras o estas grandes bolsas de cuero que tienen pintado un signo de dólar, dentro de las oficinas bancarias. Y que los robos, que esos también los prohíban.

Monday, May 16, 2011

...

Bataille tiene unos 27 o 28 años cuando le escribe a su joven amigo Michel Leiris, entonces de 23 o 24, esta carta:

Querido amigo,
¿Se sigue aburriendo? Estoy demasiado solo para tomar en serio por mi parte esas historias de aburrimiento. Las influencias que uno sufre en París por amistad o por cualquier otra razón son imbéciles. Si me expreso diciéndole algo diferente de lo que tengo que decir, discúlpeme: o sea que esas historias siguen siendo tan enmarañadas como lo son. Tampoco creo que las simplificaciones extremas a las que llego por mí mismo signifiquen algo, pero no soy tan complicado que no sepa cómo alcanzo a desdeñar todas las perspectivas en las que uno termina creyendo en París. Por supuesto, no se trata ya de procedimientos confesables, pero si a fuerza de hipocresía uno no arriesga nada más que la convicción de haber llegado al colmo del ridículo en caso de fracaso, igualmente me gusta jugar y perder: estoy acostumbrado. Evidentemente, nada más consecuente que escribir por ejemplo esta página.
Muy amistosamente,
Georges Bataille.

Unos siete años más tarde Leiris le escribe a Bataille en una carta: "Cree en toda mi amistad -a pesar de las "muchas cosas" a las que me dices que has sido sensible- y puedes estar seguro de que no hay otro móvil para todas mis acciones que una lucha terrible contra el tedio".

Leiris no aprende.

Sunday, May 15, 2011

Pues los sueños también participan de la historia

De un tiempo para acá sueña que conduce un automóvil a altas velocidades y sabe que debe dar vuelta en una calle, pues maneja en una gran ciudad, pero se pasa y entonces se da cuenta de que no puede parar el automóvil pero, me dice sorprendido, no choca. En otras ocasiones sólo sueña que está perdido en la ciudad. Imagino que se trata de una ciudad extranjera, desconocida, pero no se lo digo. A cambio le cuento mi sueño lúcido recurrente, que ocurre en una ciudad también, pero es una ciudad extranjera que, sin embargo, he visitado varias veces. En mis sueños, quiero decir, a lo largo del tiempo. No me siento perdido en la ciudad, le aclaro, pero en esa ciudad hay una librería y a veces la librería está cerrada o cuando está abierta y estoy buscando el libro que quiero, nunca lo encuentro. Termino tomando otros libros, me percato ahora. Y ese es mi sueño, le digo a mi padre, y mi padre sólo levanta las cejas.

Friday, May 13, 2011

Wednesday, May 11, 2011

Anoche

Leía en la cama, temprano, como a las 10:30. Me quedé dormido. Desperté a las 2.30. De nuevo a las 3.30. Siempre me ataca la decepción y el optimismo, cuando despierto a horas extrañas -ya que no puedo dormir, pienso, puedo hacer otras cosas, como leer. Pero no lo hago, me quedo dando vueltas sobre la cama, ensayando posiciones, pensando en el día y en las personas que quiero. No recuerdo a qué hora volví a conciliar el sueño, recuerdo que tuve sueños, pero no los sueños. Desperté unos cinco minutos antes de que dieran las 8.30.