Desperté temprano para asistir a un compromiso familiar. Involucró una homilía durante la cual se habló del paso de un corazón de piedra a un corazón de carne. El tema me interesó bastante, la posibilidad del endurecimiento, la posibilidad de salir de él. Más tarde presté atención a conversaciones. La gente habla. Es un fenómeno interesante, la comunicación humana, la disposición general a interesarse por los demás, las sospechas que cruzan por debajo, las certezas que nos ayudan a descartar las sospechas. Más tarde vi televisión, comí, dormí, descansé, pensé en un texto que quiero escribir, solucioné algunos pendientes, mantuve otros lejos de mi mente. Reflexioné sobre mi vida afectiva, las lagunas insondables de mi persona que procuro no conocer, minita de oro e interés. Minita de oro e interés, dije, lagunas insondables, aventuré, vida afectiva, propuse. Más tarde leí un poco de Cesare Pavese, El diablo sobre las colinas. Me gusta cómo termina el cuarto capítulo: "Estas noches modernas -dijo Pieretto- son viejas como el mundo".
Sunday, September 18, 2011
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