Si hubiera pasado el año nuevo en París, seguramente hubiera visto los fuegos artificiales en la torre Eiffel, como tantos turistas sin saber que hacer. También aprendería una expresión francesa, esprit d'escalier, o el espíritu de la escalera, que se refiere, como todo mundo sabe, a esa sensación que uno experimenta cuando tiene la frase exacta, el argumento, el insulto o el pensamiento --pero momentos, muchos momentos, después de que se necesitara.
Ahora tengo eso.
Pasé la Navidad y el año nuevo en Saint Michel (San Miguel Octopan Guanajuato). Voy regresando de ahí. En el camino, a unos metros de la carretera, vi al menos cinco incendios que me hicieron pensar en, sí, lo siento, El Llano en Llamas.
Alguien se está haciendo pasar por Enrique Vila-Matas, en un gesto muy Vila-Matesco, aquí, en los comments de mi blog. Debo decir que es gracioso. Y que estaría con madre, como dice un amigo, que fuera el verdadero Vila-Matas. Por otro lado, si lo fuera, creo que me caería mal que hablara tanto sobre sus propios libros. O tal vez no. Tal vez me caería bien y lo comprendería, entendería que uno necesita inflarse el ego para seguir, convencerse de que es de los mejores.
2 comments:
1. ¿El último párrafo fue espíritu de escalera?
2. También yo debo confesar que me hizo reír que vieras el llano en llamas. Lo siento también.
Muy condenado Guillermo
feliz año.
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