Releo cuentos de Poe. Decir esto suena a que estoy repasando cuando en realidad siento que leo por vez primera, lo cual es extraño pues este es uno de esos autores de los que a fuerza de haber escuchado tanto, o por el modo en que se ha filtrado en la cultura popular, uno siente que ya lo ha leído bien. Seguramente Narraciones extraordinarias se encontraba en alguna lista de mis lecturas escolares, pero en noches recientes me llegó con sorpresa la certeza de que El gato negro y El corazón delator son esencialmente el mismo cuento (apenas los leí hace unas noches en la edición de Alianza de sus cuentos completos). Si no son el mismo cuento, al menos de ellos se podría sacar uno que pudo haberse titulado, sencillamente, "El ojo que culpa", se me ocurre. Incluso, bien visto, podría decirse algo sobre cómo existe una línea directa entre estos dos cuentos y William Wilson, un texto sobre dobles pero cuyo tema central es, finalmente, la conciencia, el ojo que todo lo ve.
Algo leía en Lo fantástico de Remo Ceserani sobre la importancia del ojo en la literatura fantástica a partir de El hombre de arena de Hoffmann.
***
Cosa curiosa: lo anterior lo escribí sin saber para qué y entonces me fui a comer y a tomar un café y seguí con mi lectura de All the Pretty Horses de McCarthy. Mi intención era transcribir las líneas en las que Poe describe cómo se le saca el ojo al gato en El gato negro y cómo se le saca el ojo al anciano en El corazón delator y hablar sobre cómo es bonito que la colección de horror de Alianza ahora traiga en su lomo un ojo rojo sangre. Pero entonces, les digo, leí a McCarthy y me topé con esto, sobre los últimos momentos de Gustavo A. Madero:
"Gustavo was turned over to the mob in the courtyard of the ciudadela. They crowded about him with torches and lanterns. They abused him and tormented him, calling him Ojo Parado. When he asked to be spared for the sake of his wife and children they called him a coward. [...] They pushed him and struck him. They burned him. When he begged them again to cease one of them came forward with a pick and pried out his good eye and he staggered away moaning in his darkness and spoke no more. Someone came forward with a revolver and put it to his head and fired but the crowd jostled his arm and the shot tore away his jaw. He collapsed at the feet of the statue of Morelos. Finally a volley of rifle shots was fired into him. He was pronounced dead. A drunk in the crowd pushed forward and shot him again anyway. They kicked his dead body and spat upon it. One of them pried out his artificial eye and it was passed among the crowd as a curiosity".
Y ahora, antes de despedirme, me viene a la mente que en Blood Meridian viene una descripción del ataque de un murciélago que parece sacado de cuento de horror.
Algo leía en Lo fantástico de Remo Ceserani sobre la importancia del ojo en la literatura fantástica a partir de El hombre de arena de Hoffmann.
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Cosa curiosa: lo anterior lo escribí sin saber para qué y entonces me fui a comer y a tomar un café y seguí con mi lectura de All the Pretty Horses de McCarthy. Mi intención era transcribir las líneas en las que Poe describe cómo se le saca el ojo al gato en El gato negro y cómo se le saca el ojo al anciano en El corazón delator y hablar sobre cómo es bonito que la colección de horror de Alianza ahora traiga en su lomo un ojo rojo sangre. Pero entonces, les digo, leí a McCarthy y me topé con esto, sobre los últimos momentos de Gustavo A. Madero:
"Gustavo was turned over to the mob in the courtyard of the ciudadela. They crowded about him with torches and lanterns. They abused him and tormented him, calling him Ojo Parado. When he asked to be spared for the sake of his wife and children they called him a coward. [...] They pushed him and struck him. They burned him. When he begged them again to cease one of them came forward with a pick and pried out his good eye and he staggered away moaning in his darkness and spoke no more. Someone came forward with a revolver and put it to his head and fired but the crowd jostled his arm and the shot tore away his jaw. He collapsed at the feet of the statue of Morelos. Finally a volley of rifle shots was fired into him. He was pronounced dead. A drunk in the crowd pushed forward and shot him again anyway. They kicked his dead body and spat upon it. One of them pried out his artificial eye and it was passed among the crowd as a curiosity".
Y ahora, antes de despedirme, me viene a la mente que en Blood Meridian viene una descripción del ataque de un murciélago que parece sacado de cuento de horror.