Cuando voy al cine solo, que es a menudo (y con eterna tristeza fingida), utilizo el libro que llevo (porque siempre llevo un libro, que a veces ni abro) para sostener mi refresco y mis nachos. Me gustan mucho los nachos. Siempre los pido con queso encima. También me gusta el queso de los nachos.
Según Grabriel Zaid su biblioteca está conformada de libros que quiere leer. Los que ha leído, dice, los regala o pierde. También habla sobre esas bibliotecas que se tienen sólo para impresionar. Yo quiero ordenar mis libros (que están, en este preciso momento, detrás de mí y hablando pestes de mí) por colores.
Pero no he recibido ayuda.
Espero ayuda.
Resulta que mi emoción por leer el cuento de Bolaño que, según yo, no había leído nunca, se desvaneció cuando resultó que sí había leído el cuento. Pero es un buen cuento. Lo leí hace rato, mientras esperaba.
Cerca de mi casa hay una tienda que se llama La cabaña. Venden tortas que nunca he probado pero que se venden bien. Siempre hay gente pidiéndolas. Albañiles, primordialmente. Me cae bien la señorita que atiende pues cuando vivía mi perra no le importaba que entrara con todo y perra para comprar un Dr. Pepper y unos Rancheritos. Ahora escribiré una lista sobre las cosas inútiles que he hecho últimamente (en orden deprimente):
1. Leer.
2. Escribir.
3. Decir que a veces sufro porque no tengo lo que quiero
4. Vivir
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