Monday, August 27, 2007

Fiebre lacónica

En Le Mans Academy el equipo de atletismo, de basketball, de futbol soccer y en general todos los equipos deportivos siempre entraban al registro de competencias bajo el nombre de Spartans. Como un gran sello que auguraba disciplina y solemnidad, sobre el gimnasio en el que entrenábamos, no sólo deportes sino malabares militares, estaba pintado un casco espartano, de perfil, en rojo. El mismo estampado que llevaban las playeras que se vendían en la papelería de la escuela. Había sudaderas también, que fue lo único que tuve con ese estampado. A la fecha lamento no haber comprado una playera, el diseño estaba fregón. Eran blancas con cuello rojo y mangas cortas, también con el borde rojo --como el cuello. En el centro llevaba el sello espartano. Ahora recuerdo a Kenneth, uno de los cadetes más jóvenes, la tarde en que entró por la puerta subterránea que daba a las lavanderías y donde nos agrupábamos después de tener actividades deportivas al aire libre. Pero esa vez no regresábamos de ningún entrenamiento o caminata, sólo del periodo de esparcimiento que teníamos diariamente. Estábamos en medio de la temporada de nieve lo cual significaba que nuestras diversiones, al aire libre, consistían en organizar guerras con bolas de nieve o en tirarse para sentir cómo el hielo ardía en nuestros cachetes, mientras observávamos el imponente cielo gris que se cernía sobre nosotros. Entramos a las instalaciones más temprano de lo acostumbrado porque había comenzado a granizar. Y Kenneth entró, vaho elevándose de su cuerpo y calva (no era obligatorio raparse pero él había escogido ese corte por razones estéticas; ahora que lo recuerdo, pocos de mis compañeros que eran de color llevaban el pelo largo), vestido sólo con la playera con el sello espartano y unos shorts rojos. Su par de tenis Converse estaban empapados. Un profesor lo regañó por salir a la nieve así. Le gritó algo sobre la pulmonía. Pero Kenneth no parecía sentir frío. Y sólo sonrió, casi con malicia pero sobretodo con desapego, cuando el profesor le siguió gritando que se pusiera algo de ropa.

No comments: