Hace unos días Refu se cortó la frente, no sé cómo. Le lavé pero no con suficiente pericia, sospecho, pues hoy que finalmente la llevé al veterinario para ver si esa costra que está por encima de la hinchazón se trata de una saludable y signo de mejoría o bien, sólo una fachada detrás de la cual se encuentra un terrible monstruo infeccioso. Fue el caso. Así que sostener fuertemente a Refu, una labrador chocolate considerablemente más fuerte que yo (es un perro de verdad), mientras le quitan esa fachada farsante de costra, ese interior infeccioso (un poco de pus) y le limpian y le inyectan y le lavan. Más tarde, me venden algunas medicinas y me regresan a la perra quien, curiosamente, no parece haberse dado por enterada --ahora trae la piel viva, roja y pulsante, pero se mueve y juguetea tanto como antes. En los siguientes días le daré los antibióticos, metidos en salchichas, para engañarla, sanarla, mejorarla.
Friday, August 17, 2007
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